22/11/2024 07:12
Getting your Trinity Audio player ready...

Conchita Supervía Pascual nació en Barcelona el 9 de diciembre 1895. Algunas biografías sitúan su nacimiento en 1899. Supervía dio lugar a esta confusión ya que, por coquetería, mencionó que había nacido en 1899. Esta es la fecha que su marido puso en su lápida. En cualquier caso, se han aceptado 1895 como la fecha verdadera, que hace su estreno como un adolescente más creíble. Su debut a una edad tan temprana como 15 años sorprende un poco, pero más inverosímil es aceptar que lo hizo a los 11 años. 

Supervía fue al Damas Negras de Barcelona. Estudió canto con el maestro Alfredo Martini, en el Conservatorio del Gran Teatro del Liceo. Pronto se distinguió como una pianista notable. Esto sería bastante normal en el caso de un cantante, el hecho destacable es que debutó en el Teatro Colón de Buenos Aires, con la empresa Goula de ópera, el 1 de octubre de 1910. Así Supervía siguió una tradición que deriva del siglo XIX en el cual muchas cantantes debutan a una edad muy joven. Esto era el caso de las hermanas García, Grisi, Patti, Tetrazzini, Sembrich o, en el caso de España, María Barrientos, Elvira de Hidalgo, Josefina Huguet, Graziella Pareto o Mercedes Capsir. Pero la particularidad de Supervía estaba en el hecho que pertenecía a una cuerda diferente, a la coloratura de mezzo-soprano, y su estreno se puede considerar el más precoz, con quince años.

En el Teatro Colón cantó cuatro óperas. Debutó con Blanca de Beaulieu del compositor argentino César Stiattesi. En esta ópera hacia un papel de anciana, Mero Marceau. Era un papel poco apropiado a su edad y según se cuenta el maquillaje tuvo que hacer maravillas para ocultar sus rasgos jóvenes. Luego vino su interpretación de Zulima en la ópera de Tomás Bretón Los amantes de Teruel, que cantó junto al tenor catalán Francisco Viñas. Después Circe de Ruperto Chapi, y Lola en la ópera Caballería Rusticana de Pietro Mascagni.

En 1911 encontramos a Supervía en el papel principal de Carmen de Bizet. Cantar una parte vigorosa como esta a una edad tan temprana podía haber sido fatal, pero parece que ella estaba muy segura de sus posibilidades vocales. Así, ese mismo año, la llamaron para el papel principal en el estreno italiano de Der Rosenkavalier de Richard Strauss, en el Teatro COnstanzi de Roma, con la soprano rumana Hariclea Darclee. En 1912 debutó en el Gran Teatro del Liceo de Barcelona, cantando dos papeles de peso en su repertorio: Carmen y Dalila. En 1913 debutó en el Teatro Malibran de Venecia, con Carmen, con Bernardo de Muro y Mariano Stabile. Ese mismo año volvió al Liceo para cantar Carmen y Cavalleria Rusticana.

En 1914 hizo su debut en el Teatro de Ópera de La Habana con Carmen, y en el Liceo comenzó a encontrar su repertorio más afín a su voz con Sutil de Thomas, La Favorita de Donizetti y Il Barbiere di Siviglia de Rossini, donde cantó con Riccardo Stracciari y el tenor catalán Juan Nadal. Con esta ópera reestableció la tesitura de la parte de Rosina, rescatando aquel papel de todas las adiciones caprichosas hechas durante años por las sopranos ligeras que cambiaron la cuenta original. Aquel año también cantó, en el Liceo, Carmen con Luis Canalda y Mercedes Capsir, y el papel de Dalila con Canalda.

Supervía rescató la cuerda de mezzosoprano de coloratura y estableció dentro del repertorio de esta cuerda vocal Il Barbiere di Sevilla, La Cenerentola y L’italiana in Algeri. Estos papeles habían sido escritos, originalmente, para contraltos. Con posterioridad cantaron estos papeles sopranos ligaras -también conocidas como canarios- como consecuencia de la extinción de la voz de mezzosoprano. Conchita Supervía restauró el belcantismo rossiniano. Esta es su mayor contribución a la lírica. Cantantes como Teresa Berganza, Cecilia Bartoli, Marilyn Horne o Frederica von Stade deben su carrera artística a lo que en su momento institucionalizó la catalana Supervía.

LEER MÁS:  La Diputación Catalana. Por César Alcalá

En 1915 se le rindió un homenaje o Serenata de Honor. Ocurrió el 13 de febrero. En aquella representación cantó los dos primeros actos de Sansón y Dalila y el cuarto acto de Carmen. Además cantó varias canciones catalanas. Estas canciones la acompañarían, por todo el mundo, a lo largo de su carrera.

En 1915 cruzó Atlántico para debutar en Chicago. Debutó el 18 de noviembre con Werther de Massenet con Lucien Muratore y Dufranne. También cantó Sutil con Carlos Dalmores, Lisa Laudozy y Marcel Journet. Pocos meses después, en enero de 1916, cantó Carmen y fue la primera cantante en suplantar a Geraldine Farrar en este papel, que lo había monopolizado en aquel teatro durante años. Pronto volvió a Europa e inmediatamente debutó en todos los teatros de ópera de Italia. En 1919 nació su hijo Giorgio, fruto de su relación con el abogado y exalcalde de Nápoles Francesco Santamaria. El muchacho se convirtió en el centro de su vida. Supervía rechazó casarse con Santamaría. Incorporó en su repertorio una serie de canciones de cuna escritas por el compositor italiano Genas. Supervía también cultivó la música de cámara.

Los años veinte significaron un paso adelante en la investigación de Supervía sobre Rossini. En 1921 integró en su repertorio La Cenerentola. En 1926 el empresario Vittorio la llamó para inaugurar el Teatro de Turín con L’italiana en Algeri. Allí también cantó La Cenerentola y Barbiere. El público descubrió estas óperas cantadas en su tesitura, una cosa que no pasaba desde el siglo XIX. En 1928 volvió al Liceo con L’Italiana en Algeri, ausente en este teatro desde 1861, Il barbiere di Siviglia, así como una novedad, Hansel und Gretel de Humperdink.

Aquel mismo año canta en La Scala Der Rosenkavalier al lado de Ines María Ferrari como Sophie, bajo la dirección de Richard Strauss. Las dos artistas también cantaron juntas Hansel und Gretel. Existe un grabación en 78 rpm de extractos de esta ópera cantados por Supervía y Ferraris. En La Scala, también cantó el papel de Cherubino de Le Nozze di Figaro de Mozart. Entre los años 1929-30, el público de Paris se rindió a sus pies cuando cantó L’Italiana y Cenerentola en el Teatro des Champs Elysees, y Carmen en la Ópera Comique, la cual la cantó en francés. En París también cantó la opereta Frasquita de Lehar.

En 1931 se casó con el industria londienese, de origen judío, Ben Rubinstein. Supervía adoptó la religión de su marido y se instaló en Londres. Esta es la razón por la cual el público inglés se rindió al arte de la Supervía.

Aquel mismo año dio más de veinte conciertos en Inglaterra en cinco semanas, dos de ellos en el Albert Hall. De ahí marchó a los Estados Unidos, cantando en Chicago Carmen con Rene Maison y John Carlos Thomas. La audiencia de Chicago pudo apreciar que su interpretación era más madura. En 1933 abrió la temporada del Maggio Musicale Fiorentino con La Cenerentola. En 1934 cantó en el Covent Garden de Londres Carmen y La Cenerentola. Al año siguiente cantó Cenerentola, Carmen y L’Italiana en Algeri. Supervía estaba en la cumbre de su carrera.

En 1934 intervino en una película Evensong de Victor Saville. Es la adaptación de una novela dedicada a la soprano Nellie Melba. Supervía interpretaba a Baba L’Etoile, la joven rival de la anciana cantante Madame Irela -papel interpretado por Evelyn Laye- que habla de la joven cantante como una “vaca española”. Aquí la podemos ver interpretando el Vals de Musseta de La Boheme de Puccini. 

https://www.youtube.com/watch?v=VvwyiK3AkJ0

En 1935 se quedó de nuevo embarazada. Tenía 40 años y su embarazo era de riesgo. Tuvo que cancelar todos los conciertos previstos para otoño de 1935. El 29 de marzo de 1936 ingresó en una clínica de Londres para esperar el nacimiento de su hija. La niña nació muerta el 30 de marzo. Horas después, como consecuencia de una septicemia generalizada como consecuencia del parto, fallecía Conchita Supervía. Fue enterrada, con su hija, en una tumba diseñada por el arquitecto Sir Edwin Luytens, con esculturas de Sir William Reid Dick, en el Willesden Jewish Cementery en el norte de Londres.

LEER MÁS:  Tres pruebas directas de la existencia de Pelayo, Princeps de los ástures. Por Francisco José Borge Cordovilla

 

El periódico londinenes The Stage, el 26 de junio de 2019, publicaba el obituario de James Supervía firmado por Michael Quinn…

“En una carrera diversa, el carismático bailarín, coreógrafo y actor James Supervía bailó para Frederick Ashton y Rudolf Nureyev, apareció en pantomima, teatro marginal, el West End y con la Royal Shakespeare Company, y fue dirigido por Harold Pinter.

Nieto de la cantante de ópera Conchita Supervía, nació en Roma y pasó parte de su primera infancia en Lima, Perú, donde mostró un temprano interés por la danza después de ver la película de 1948 Los zapatos rojos. Más tarde, siguiendo a su padre gerente de telecomunicaciones a Londres, se matriculó en la Academia de Artes Teatrales Italia Conti. Al graduarse, siguió una doble carrera en la actuación y el baile, apareciendo en la primera temporada londinense del Scottish Theatre Ballet (Sadler’s Wells, 1969) y en Canterbury Tales de Martin Starkie y Nevill Coghill (Phoenix Theatre, 1971).

Poco después, comenzó a coreografiar para el Scottish Theatre Ballet y la efímera compañía Balletwho mientras continuaba actuando. Hubo apariciones ocasionales en pantomima en Guildford, Wimbledon y Harlow, y fue visto como Chief Stoat junto a Mole de David Suchet y Toad of Toad Hall de Derek Smith para el RSC (1973), en el primer renacimiento de West Side Story en West End (Collegiate, ahora Bloomsbury Theatre, 1973), The Rocky Horror Show de Richard O’Brien (King’s Road Theatre, 1976) y con Northern Ballet Theatre, antes de unirse al London Festival Ballet en 1977.

Con la compañía del Festival Nureyev de 1980 se le vio en papeles prominentes y ascendió de rango para convertirse en un solista junior en 1987. Las actuaciones principales incluyeron la reposición de Natalia Makarova en 1988 de El lago de los cisnes de Ashton y los roles duales de Tchaikovsky y Drosselmeyer para Peter Schaufuss en El cascanueces ( 1989).

 

El mismo año (para el recientemente renombrado English National Ballet), el New York Times lo aclamó como “el fraile Lorenzo más italiano y convincente que hemos visto” en Romeo y Julieta de Ashton en el Metropolitan Opera. Disfrutó de un éxito tardío como un Dr. Coppelius admirado en Coppelia de la compañía en 2000 y también enseñó y creó trabajos para su escuela de ballet.

Sus actuaciones posteriores incluyeron el sacerdote en el secuestro de Diana de Dario Fo (Café Theatre, 1996) y el camarero en la producción de Pinter de su propia traición en el teatro Duchess en 2003.

Varias de sus actuaciones de ballet sobreviven como transmisiones de televisión y sus pocas apariciones en películas incluyen La vida privada de Sherlock Holmes (1970) de Billy Wilder y Nijinsky (1980), protagonizada por Alan Bates.

James Patrick Supervía nació el 13 de septiembre de 1949 y murió el 30 de mayo, a los 69 años”.

 

Autor

César Alcalá