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El 24 de diciembre de 1821, –hoy, exactamente hace dos siglos–, nacía en Guayaquil el mejor estadista nacido en el Continente Americano, en el suelo que se extiende , desde Ushuaia a Juneau, el más genial, el más íntegro, el más consecuente de todos: ¡Don Gabriel García Moreno!.
Nacía en pleno desmoronamiento del Imperio Español, gracias al Plan perfecto elaborado por la Sinagoga de Satanás y aplicado al pie de la letra por los revolucionarios –la mayoría de ellos españoles, no criollos–con la colaboración de las Logias de España e Hispanoamérica y el apoyo de las europeas y yanquis.
Su formación sufriría los embates de la educación liberal y de las ideas disolventes que trajo al mundo la “Ilustración”, pero su genio innato le ayudó a superar todos los obstáculos y acabaría enfrentándose a los enemigos de Dios y de su Patria –y la Patria de sus Padres o sea, la nuestras– y terminar asesinado por los esbirros ejecutores de las órdenes de los Amos del Mundo.
Cuando nuestro héroe se hallaba en la cima de su fuerza física, moral y espiritual caería bajo los hachazos y los tiros de unos cobardes asesinos para quienes sus últimas palabras fueron las de aquella frase inmortal: “¡Dios no muere!”.
He dedicado parte de mi tiempo y de mis horas de combate, a dar a proclamar los méritos de este héroe del Catolicismo, considerado por los papas beato Pio IX y León XIII, siempre como un mártir de la Fe. No piensan lo mismo nuestros jerarcas católicos y creo ver arrinconada por la Nueva Iglesia su causa de beatificación. Por lo visto la B’nai B’rith tiene mucha influencia en Roma y difícilmente veremos en los altares por ahora a Isabel de Castilla o a García Moreno.
Después de muchos años de resignación viendo “sepultada su memoria”, tuve hace unos meses, la inmensa satisfacción de recibir desde el Ecuador la alegría proporcionada por nos jóvenes de aquella hermosa tierra, informándome de su decisión de honrar al “mártir de la Masonería” y han creado una Fundación GARCIANA para recuperar el tiempo perdido. Una vez más se lo agradezco pues creía perdidos todos mis esfuerzos en pro de esa causa.
Con estas líneas me uno a la celebración de Guayaquil y les deseo el mayor de los éxitos. ¡Qué pena ver que los españoles –he imitándonos los hispanos de “allende la mar Océano”—no nos sentimos los suficientemente orgullosos de nuestros grandes hombres! No hay nación que nos pueda igualar y, nosotros, con “complejos de inferioridad”… Digo mal, porque yo nunca he tenido el menor complejo, si no es el de “superioridad” — por conocer bien la Historia Universal por estudios y por convicción–
La “raza cósmica” de Vasconcelos es única porque nunca España ha sido “xenófoba”. Es más, los españoles nunca han sido atraídos por el “racismo” –la fe católica que ha corrido siempre por sus venas se lo ha impedido. Han considerado a los seres humanos todos, tan hijos de Dios como él.
Queridos amigos ecuatorianos, desde España confío –y conmigo algunos más—confiamos en que la nación proclamada por nuestro héroe “República del Sagrado Corazón” sea, con la protección y el ejemplo de Don Gabriel García Moreno– como le fue España hace noventa años–, un dique frente al marxismo que a paso galopante va adueñándose de la América Hispana, ese regalo de nuestra Patria a la Iglesia Católica.
Todo cuanto hoy ocurre es consecuencia del Plan perfectamente elaborado por la sinagoga de Satanás, como paso previo a la aniquilación del Catolicismo. La bimilenaria organización diabólica, acabará con Europa cuando haya liquidado la Fe en nuestro suelo, y lo mismo ocurrirá en América.
Lucifer sabe muy bien que llama que Santiago trajo a Iberia –apoyado por María que lo visitó en Zaragoza—ha sido siempre la muralla inexpugnable protectora mundial de la Obra de Cristo… Desgraciadamente, esto se acabó. España ya no cree y ciertos obispos desvarían.
Cuando cese mis vacaciones escribiré un artículo felicitando al P. Jesús Calvo por el frenado en seco impuesto al representante de la Conferencia Episcopal española por su metedura de pata sobre el derecho a rezar por los difuntos ofreciendo misas por su eterno descanso. No abundan los sacerdotes valientes como el párroco de Villamuñío (León) pero haberlos haylos. (¡Qué despreciables y miserables son las venganzas contra los sacerdotes y obispos “de ley”! –recuerden a Guerra Campos–; ¡los “arrinconan” creyendo haberlos enterrado en vida!)
Más de un día he pensado: Un músico y compositor como el P. Calvo, ¿no estaría mejor de organista en cualquier catedral?… pero ser “oro de ley” lo impide y lo vemos pastoreando ocho pueblecitos de León.
Aprovecho para aconsejar a nuestros excelentes y jóvenes historiadores den a conocer a ese “Francisco Franco ecuatoriano” del siglo XIX, capaz de convertir la República del Ecuador en la joya de su tiempo. Y, eso, tras pocos años gobernándola. Lo cambió todo para bien, hizo reaccionar al país, mejoró las estructuras, dictó leyes beneficiosas para el pueblo, contrató sabios y catedráticos extranjeros, acogió nuevamente a los jesuitas como educadores, mejoró e hizo nuevas las cárceles (que ¡acabaron vacías!… la mala gente tienen olfato –como las ratas– y huyen antes de cometer crímenes) Podría seguir enumera BICENTENARIO IMPORTANTE
El 24 de diciembre de 1821, –hoy, exactamente hace dos siglos–, nacía en Guayaquil el mejor estadista nacido en el Continente Americano, en el suelo que se extiende , desde Ushuaia a Juneau, el más genial, el más íntegro, el más consecuente de todos: ¡Don Gabriel García Moreno!.
Nacía en pleno desmoronamiento del Imperio Español, gracias al plan perfecto elaborado por la Sinagoga de Satanás y aplicado al pie de la letra por los revolucionarios –la mayoría de ellos españoles, no criollos–con la colaboración de las Logias de España e Hispanoamérica y el apoyo de las europeas y yanquis.
Su formación sufriría los embates de la educación liberal y de las ideas disolventes que trajo al mundo la “Ilustración”, pero su genio innato le ayudó a superar todos los obstáculos y acabaría enfrentándose a los enemigos de Dios y de su Patria –y la Patria de sus Padres o sea, la nuestras– y terminar asesinado por los esbirros ejecutores de las órdenes de los Amos del Mundo.
Cuando nuestro héroe se hallaba en la cima de su fuerza física, moral y espiritual caería bajo los hachazos y los tiros de unos cobardes asesinos para quienes sus últimas palabras fueron las de aquella frase inmortal: “¡Dios no muere!”.
He dedicado parte de mi tiempo y de mis horas de combate, a dar a proclamar los méritos de este héroe del Catolicismo, considerado por los papas beato Pio IX y León XIII, siempre como un mártir de la Fe. No piensan lo mismo nuestros jerarcas católicos y creo ver arrinconada por la Nueva Iglesia su causa de beatificación. Por lo visto la B’nai B’rith tiene mucha influencia en Roma y difícilmente veremos en los altares por ahora a Isabel de Castilla o a García Moreno.
Después de muchos años de resignación viendo “sepultada su memoria”, tuve hace unos meses, la inmensa satisfacción de recibir desde el Ecuador la alegría proporcionada por nos jóvenes de aquella hermosa tierra, informándome de su decisión de honrar al “mártir de la Masonería” y han creado una Fundación GARCIANA para recuperar el tiempo perdido. Una vez más se lo agradezco pues creía perdidos todos mis esfuerzos en pro de esa causa.
Con estas líneas me uno a la celebración de Guayaquil y les deseo el mayor de los éxitos. ¡Qué pena ver que los españoles –he imitándonos los hispanos de “allende la mar Océano”—no nos sentimos los suficientemente orgullosos de nuestros grandes hombres! No hay nación que nos pueda igualar y, nosotros, con “complejos de inferioridad”… Digo mal, porque yo nunca he tenido el menor complejo, si no es el de “superioridad” — por conocer bien la Historia Universal por estudios y por convicción–
La “raza cósmica” de Vasconcelos es única porque nunca España ha sido “xenófoba”. Es más, los españoles nunca han sido atraídos por el “racismo” –la fe católica que ha corrido siempre por sus venas se lo ha impedido. Han considerado a los seres humanos todos, tan hijos de Dios como él.
Queridos amigos ecuatorianos, desde España confío –y conmigo algunos más—confiamos en que la nación proclamada por nuestro héroe “República del Sagrado Corazón” sea, con la protección y el ejemplo de Don Gabriel García Moreno– como le fue España hace noventa años–, un dique frente al marxismo que a paso galopante va adueñándose de la América Hispana, ese regalo de nuestra Patria a la Iglesia Católica.
Todo cuanto hoy ocurre es consecuencia del Plan perfectamente elaborado por la sinagoga de Satanás, como paso previo a la aniquilación del Catolicismo. La bimilenaria organización diabólica, acabará con Europa cuando haya liquidado la Fe en nuestro suelo, y lo mismo ocurrirá en América.
Lucifer sabe muy bien que llama que Santiago trajo a Iberia –apoyado por María que lo visitó en Zaragoza—ha sido siempre la muralla inexpugnable protectora mundial de la Obra de Cristo… Desgraciadamente, esto se acabó. España ya no cree y ciertos obispos desvarían.
Cuando cese mis vacaciones escribiré un artículo felicitando al P. Jesús Calvo por el frenado en seco impuesto al representante de la Conferencia Episcopal española por su metedura de pata sobre el derecho a rezar por los difuntos ofreciendo misas por su eterno descanso. No abundan los sacerdotes valientes como el párroco de Villamuñío (León) pero haberlos haylos. (¡Qué despreciables y miserables son las venganzas contra los sacerdotes y obispos “de ley”! –recuerden a Guerra Campos–; ¡los “arrinconan” creyendo haberlos enterrado en vida!)
Más de un día he pensado: Un músico y compositor como el P. Calvo, ¿no estaría mejor de organista en cualquier catedral?… pero ser “oro de ley” lo impide y lo vemos pastoreando ocho pueblecitos de León.
Aprovecho para aconsejar a nuestros excelentes y jóvenes historiadores den a conocer a ese “Francisco Franco ecuatoriano” del siglo XIX, capaz de convertir la República del Ecuador en la joya de su tiempo. Y, eso, tras pocos años gobernándola. Lo cambió todo para bien, hizo reaccionar al país, mejoró las estructuras, dictó leyes beneficiosas para el pueblo, contrató sabios y catedráticos extranjeros, acogió nuevamente a los jesuitas como educadores, mejoró e hizo nuevas las cárceles (que ¡acabaron vacías!… la mala gente tienen olfato –como las ratas– y huyen antes de cometer crímenes) Podría seguir enumerando BICENTENARIO IMPORTANTE
El 24 de diciembre de 1821, –hoy, exactamente hace dos siglos–, nacía en Guayaquil el mejor estadista nacido en el Continente Americano, en el suelo que se extiende , desde Ushuaia a Juneau, el más genial, el más íntegro, el más consecuente de todos: ¡Don Gabriel García Moreno!.
Nacía en pleno desmoronamiento del Imperio Español, gracias al plan perfecto elaborado por la Sinagoga de Satanás y aplicado al pie de la letra por los revolucionarios –la mayoría de ellos españoles, no criollos–con la colaboración de las Logias de España e Hispanoamérica y el apoyo de las europeas y yanquis.
Su formación sufriría los embates de la educación liberal y de las ideas disolventes que trajo al mundo la “Ilustración”, pero su genio innato le ayudó a superar todos los obstáculos y acabaría enfrentándose a los enemigos de Dios y de su Patria –y la Patria de sus Padres o sea, la nuestras– y terminar asesinado por los esbirros ejecutores de las órdenes de los Amos del Mundo.
Cuando nuestro héroe se hallaba en la cima de su fuerza física, moral y espiritual caería bajo los hachazos y los tiros de unos cobardes asesinos para quienes sus últimas palabras fueron las de aquella frase inmortal: “¡Dios no muere!”.
He dedicado parte de mi tiempo y de mis horas de combate, a dar a proclamar los méritos de este héroe del Catolicismo, considerado por los papas beato Pio IX y León XIII, siempre como un mártir de la Fe. No piensan lo mismo nuestros jerarcas católicos y creo ver arrinconada por la Nueva Iglesia su causa de beatificación. Por lo visto la B’nai B’rith tiene mucha influencia en Roma y difícilmente veremos en los altares por ahora a Isabel de Castilla o a García Moreno.
Después de muchos años de resignación viendo “sepultada su memoria”, tuve hace unos meses, la inmensa satisfacción de recibir desde el Ecuador la alegría proporcionada por nos jóvenes de aquella hermosa tierra, informándome de su decisión de honrar al “mártir de la Masonería” y han creado una Fundación GARCIANA para recuperar el tiempo perdido. Una vez más se lo agradezco pues creía perdidos todos mis esfuerzos en pro de esa causa.
Con estas líneas me uno a la celebración de Guayaquil y les deseo el mayor de los éxitos. ¡Qué pena ver que los españoles –he imitándonos los hispanos de “allende la mar Océano”—no nos sentimos los suficientemente orgullosos de nuestros grandes hombres! No hay nación que nos pueda igualar y, nosotros, con “complejos de inferioridad”… Digo mal, porque yo nunca he tenido el menor complejo, si no es el de “superioridad” — por conocer bien la Historia Universal por estudios y por convicción–
La “raza cósmica” de Vasconcelos es única porque nunca España ha sido “xenófoba”. Es más, los españoles nunca han sido atraídos por el “racismo” –la fe católica que ha corrido siempre por sus venas se lo ha impedido. Han considerado a los seres humanos todos, tan hijos de Dios como él.
Queridos amigos ecuatorianos, desde España confío –y conmigo algunos más—confiamos en que la nación proclamada por nuestro héroe “República del Sagrado Corazón” sea, con la protección y el ejemplo de Don Gabriel García Moreno– como le fue España hace noventa años–, un dique frente al marxismo que a paso galopante va adueñándose de la América Hispana, ese regalo de nuestra Patria a la Iglesia Católica.
Todo cuanto hoy ocurre es consecuencia del Plan perfectamente elaborado por la sinagoga de Satanás, como paso previo a la aniquilación del Catolicismo. La bimilenaria organización diabólica, acabará con Europa cuando haya liquidado la Fe en nuestro suelo, y lo mismo ocurrirá en América.
Lucifer sabe muy bien que llama que Santiago trajo a Iberia –apoyado por María que lo visitó en Zaragoza—ha sido siempre la muralla inexpugnable protectora mundial de la Obra de Cristo… Desgraciadamente, esto se acabó. España ya no cree y ciertos obispos desvarían.
Cuando cese mis vacaciones escribiré un artículo felicitando al P. Jesús Calvo por el frenado en seco impuesto al representante de la Conferencia Episcopal española por su metedura de pata sobre el derecho a rezar por los difuntos ofreciendo misas por su eterno descanso. No abundan los sacerdotes valientes como el párroco de Villamuñío (León) pero haberlos haylos. (¡Qué despreciables y miserables son las venganzas contra los sacerdotes y obispos “de ley”! –recuerden a Guerra Campos–; ¡los “arrinconan” creyendo haberlos enterrado en vida!)
Más de un día he pensado: Un músico y compositor como el P. Calvo, ¿no estaría mejor de organista en cualquier catedral?… pero ser “oro de ley” lo impide y lo vemos pastoreando ocho pueblecitos de León.
Aprovecho para aconsejar a nuestros excelentes y jóvenes historiadores den a conocer a ese “Francisco Franco ecuatoriano” del siglo XIX, capaz de convertir la República del Ecuador en la joya de su tiempo. Y, eso, tras pocos años gobernándola. Lo cambió todo para bien, hizo reaccionar al país, mejoró las estructuras, dictó leyes beneficiosas para el pueblo, contrató sabios y catedráticos extranjeros, acogió nuevamente a los jesuitas como educadores, mejoró e hizo nuevas las cárceles (que ¡acabaron vacías!… la mala gente tienen olfato –como las ratas– y huyen antes de cometer crímenes) Podría seguir enumerando –éxitos, pero todo se resumen en dos palabras: el pueblo ecuatoriano –como el español hace setenta años “vivía feliz”, –se sentía seguro, bien gobernado—Y, ¡eso es lo que quieren y esperan, lo pueblos!… no políticos sinvergüenzas, embusteros, degenerados, ladrones, sin conciencia, ni moral. Y, para colmo, ignorantes, estúpidos y cretinos, como los que tenemos hoy en España.
Don Gabriel poseía una mente de genio y una moral de santo y, eso, lo capta rápidamente el pueblo llano.
Repito, no pueden faltar, hoy, BICERNTENARIO DE SU NACIMIENTO, falten mis palabras de ánimo a quienes en Guayaquil honrarán CON UN GRAN HOMENAJE al “Mártir de la Masonería”
–éxitos, pero todo se resumen en dos palabras: el pueblo ecuatoriano –como el español hace setenta años “vivía feliz”, –se sentía seguro, bien gobernado—Y, ¡eso es lo que quieren y esperan, lo pueblos!… no políticos sinvergüenzas, embusteros, degenerados, ladrones, sin conciencia, ni moral. Y, para colmo, ignorantes, estúpidos y cretinos, como los que tenemos hoy en España.
Don Gabriel poseía una mente de genio y una moral de santo y, eso, lo capta rápidamente el pueblo llano.
Repito, no pueden faltar, hoy, BICERNTENARIO DE SU NACIMIENTO, falten mis palabras de ánimo a quienes en Guayaquil honrarán CON UN GRAN HOMENAJE al “Mártir de la Masonería”
ndo –éxitos, pero todo se resumen en dos palabras: el pueblo ecuatoriano –como el español hace setenta años “vivía feliz”, –se sentía seguro, bien gobernado—Y, ¡eso es lo que quieren y esperan, lo pueblos!… no políticos sinvergüenzas, embusteros, degenerados, ladrones, sin conciencia, ni moral. Y, para colmo, ignorantes, estúpidos y cretinos, como los que tenemos hoy en España.
Don Gabriel poseía una mente de genio y una moral de santo y, eso, lo capta rápidamente el pueblo llano.
Repito, no pueden faltar, hoy, BICERNTENARIO DE SU NACIMIENTO, falten mis palabras de ánimo a quienes en Guayaquil honrarán CON UN GRAN HOMENAJE al “Mártir de la Masonería”
Autor
- GIL DE LA PISA ANTOLÍN. Se trasladó a Cuba con 17 años (set. 1945), en el primer viaje trasatlántico comercial tras la 2ª Guerra mundial. Allí vivió 14 años, bajo Grau, Prío, Batista y Fidel. Se doctoró en Filosofía y Letras, Universidad Villanueva, Primer Expediente. En 1959 regresó a España, para evitar la cárcel de Fidel. Durante 35 años fue: Ejecutivo, Director Gerente y empresario. Jubilado en 1992. Escritor. Conferenciante. Tres libros editados. Centenares de artículos publicados. Propagandista católico, Colaboró con el P. Piulachs en la O.E. P. Impulsor de los Ejercicios Espirituales ignacianos. Durante los primeros años de la Transición estuvo con Blas Piñar y F. N., desde la primera hora. Primer Secretario Nacional.