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1950. Unidades de la Armada Norteamericana visitan por vez primera en su historia el puerto coruñés. El presidente portugués Antonio Oliveira Salazar visita al Generalísimo Franco en el Pazo de Meirás y recorre en coche La Coruña.

Una flotilla de la Armada Norteamericana compuesta por los buques Eagle y Campbell arribaron al puerto coruñés en una soleada mañana del día 9 de julio de 1950, procedentes de Bélgica. 

Su llegada fue presenciada por numerosísimo público, que esperaron en el muelle de Méndez Núñez a las dos unidades de la marina norteamericana. Para recibir a los navíos llegaron desde Madrid el agregado naval de los Estados Unidos,  capitán de navío Oswald, así como el diplomático de la legación norteamericana Míster Fox. Les acompañó el cónsul de Estados Unidos en Vigo.

Trescientos guardiamarinas venían embarcados en los dos buques de la armada estadounidense. El Campbell era una moderna unidad del cuerpo de Guarda Costas de cien metros de eslora. Por su parte el Eagle era un precioso barco de vela de tres palos construido en Hamburgo en 1936 y que había sido buque escuela de la armada alemana. Al final de la segunda guerra mundial fue entregado a los Estados Unidos en concepto de indemnización. Medía 90 metros de eslora 9y la altura de sus palos era de más de cuarenta y seis metros.

Una vez finalizadas las labores de atraque, los marinos estadounidenses se esparcieron por toda la ciudad, recorriendo sus calles y visitando sus principales monumentos.  A la tarde en el parque del Sporting club Casino, el Leiron, la directiva del Casino, presidida por Enrique Méndez Nava, ofreció una fiesta en honor a los marinos norteamericanos. Numerosos socios y bellísimas jóvenes coruñesas se dieron cita en el Leirón para acompañar a los marinos en una animada verbena.

A las doce y media del día siguiente el alcalde Alfonso Molina, la corporación municipal, el gobernador civil Hierro Martínez  y otras autoridades civiles y militares recibieron en el salón de sesiones del ayuntamiento a una nutrida embajada de los dos buques que venía encabezada por el director de la Escuela de Guardacostas de New London en Connectica y jefe de la escuadrilla, capitán de navío, Swicegood al que acompañaban los comandantes del Campbell y Eagle, Olsen y Barton además de oficiales, suboficiales y numerosos guardiamarinas que realizaban su viaje de instrucción.

El capitán de navío Swicegood estampó su firma en el libro de oro de la ciudad con esta dedicatoria: “En nombre de los oficiales y guardiamarinas que componen las dotaciones del Campbell y Eagle, expreso mi más cálido agradecimiento a las autoridades y pueblo de La Coruña por la grata hospitalidad y cariñosa acogida que nos han dispensado. Llevaré siempre, al igual que todos en la memoria, el recuerdo imborrable de estos días”.

Los buques Eagle y Campbell de la Armada norteamericana en el puerto de La Coruña. En primer término el recordado e inolvidable amigo Pirulo Iglesias, que fue quien me facilitó la fotografía.

Ya en el salón de sesiones, Swicegood pronunció un pequeño discurso en inglés donde entre otras cosas dijo: “El pueblo coruñés nos ha acogido con enorme cariño y hospitalidad, que es norma común en todos los españoles”. Hizo votos para que este viaje de instrucción sirviese para estrechar los lazos de amistad entre ambos países.

El alcalde Molina expresó el agrado y felicidad que le producía el recibimiento que los coruñeses habían dispensado a los marinos norteamericanos. Finalizó el acto el gobernador civil Hierro Martínez quien tuvo palabras de salutación y bienvenida y terminó con vítores a España y a los Estados Unidos que fueron unánimemente contestados. Los ilustres visitantes fueron obsequiados con un magnífico vino español.

El gobernador civil Hierro ofreció una bandera de nuestra Patria al comandante americano quien a su vez entregó al gobernador una enseña de los Estados Unidos. Igualmente el alcalde les obsequió con diversos regalos que fueron correspondidos por los marinos con unas artísticas metopas. El día 12 de julio, los principales mandos giraron una visita a la Escuela Naval Militar de Marín. El capitán de navío, García Freyre, director de la escuela, le dio la bienvenida y con él recorrieron las dependencias del centro de enseñanza militar. Fueron obsequiados con un almuerzo en la residencia de oficiales de la Escuelas Naval.

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El alcalde de la Coruña Alfonso Molina junto a los oficiales de los buques de la Armada norteamericana Eagle y Campbell de visita en La Coruña.

A la tarde de ese día los marinos estadounidenses invitaron a las autoridades y a numerosas jóvenes coruñesas a visitar los dos barcos de guerra, donde les obsequiaron con una brillante fiesta.

A primeras horas de la mañana del día 13, levaron anclas con dirección a Lisboa. El nuevo amigo americano fue despedido con innumerables muestras de cariño y simpatía por parte de centenares de coruñeses que se acercaron al muelle de Méndez Núñez. Tres años más tarde Lolita Sevilla en la inolvidable película de Luis García Berlanga “Bienvenido Míster Marshall”, cantaría aquello tan recordado de: “Americanos vienen a España guapos y sanos. Viva el tronío de ese gran pueblo con poderío. Ole Virginia y Michigan y viva Texas que no está mal. Os recibimos americanos con alegría, ole mi madre, ole mi suegra y ole mi tía”. Una vez más La Coruña con su hospitalidad y alegría se había adelantado a su tiempo.

Aquella visita fue muy recordada en nuestra ciudad pues era la primera en la historia que unas unidades de la marina norteamericana realizaban escala en el puerto coruñés. Otra flotilla al mando del almirante Connolly había llegado, un año antes, a la base naval de El Ferrol. Su marinos también tuvieron la suerte de conocer La Coruña e incluso presenciaron una corrida de toros en el coso de la avenida de Finisterre. Llegaron a nuestra ciudad, procedentes de El Ferrol  a bordo de tres buques de nuestra Marina, Pizarro, Vicente Yáñez Pinzón y Lérez.

En ese año de 1950, concretamente el 26 de septiembre, un ilustre visitante paseó por las calles de La Coruña. Fue el Presidente del consejo de Ministros de la nación portuguesa, Antonio de Oliveira y Salazar. El doctor Oliveira había pasado a España por la frontera de Tuy el día 24. Allí le recibió el ministro de asuntos exteriores Alberto Martin Artajo, quien la acompaño a Vigo, donde le esperaba el Caudillo de España. Con el Generalísimo Franco visitó la ciudad, trasladándose  ambos de seguido a Santiago de Compostela, donde fueron recibidos por el Arzobispo de la diócesis de Compostela, doctor Quiroga Palacios. En la catedral compostelana el presidente de Portugal oró ante las reliquias del Apóstol, abrazó la imagen del Amigo del Señor, que preside desde el altar mayor la catedral compostelana y seguidamente visitó el templo.

El Generalísimo Franco recibe en el pazo de Meirás al presidente de Portugal Antonio Oliveira Salazar.

El Caudillo, antes de ofrecerle un  almuerzo en el pazo de Meirás,- donde el alcalde de Las Coruña, Alfonso Molina entregó a Oliveira una bandeja de plata repujada con las conchas y el escudo de La Coruña y un cenicero también de plata con los cuatro escudos de las provincias gallegas-, visitó, con su ilustre invitado luso, las baterías de costa del Monte de San Pedro. Finalizado el almuerzo, el mandatario portugués realizó una visita privada  a La Coruña. Recorrió las principales calles del centro de la urbe. Visitó la plaza de Portugal y la playa de Riazor. Igualmente la comitiva giró una visita al faro de Hércules, símbolo destacado de la ciudad. 

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Al día siguiente el Caudillo Franco acompañaría al presidente Salazar a una visita a Ferrol, recorriendo el  Arsenal Militar y los astilleros de la ciudad departamental. De igual forma visitaría la Escuela Naval Militar de Marín y realizaría una excursión por la rías de Arosa y Pontevedra, finalizando su jornada en Vigo. 

Al día siguiente, invitado por el presidente Salazar, el Caudillo de España  recorría el norte del país hermano, visitando entre otros lugares la ciudad de Oporto.  A la entrada de la ciudad esperaban al Caudillo y al presidente Salazar, el ministro de Defensa portugués, señor Santos Costa, en cuya compañía visitaron el nuevo cuartel del Regimiento de Infantería núm. 6 y el cuartel de Artillería Pesada núm. 1, donde le fue ofrecido al Generalísimo Franco un banquete. También giraron visita al puerto de Foz do Douvo y Matosinhos y a las instalaciones que en Vilanova de Gaia poseía la Real Compañía Vinícola.

Por la tarde pasaron por Santo Tirso, donde el Generalísimo y el Jefe del Gobierno portugués fueron objeto de una cariñosísima acogida popular, y visitaron el castillo y palacio de Guimaraes, el santuario de Nuestra Señora de Sameiro y la ciudad de Braga, con su santuario de Bom Jesus do Monte, donde fueron recibidos por el arzobispo.

A las nueve de la noche el Generalísimo Franco y el Presidente Salazar, llegaron a Brejoeira y cenaron en el palacio del mismo nombre, en cuyos jardines, artísticamente iluminados, fueron obsequiados con una fiesta de bailes populares, en la que participaron grupos folclóricos de Viana do Castelo, Braga y Monçao, Seguidamente, el Presidente Salazar, el ministro de Defensa y autoridades civiles y militares de la región, acompañaron al Caudillo a la frontera española de Tuy, donde se le tributó una calurosa y afectuosa despedida, dando así por finalizada la visita del Jefe del Estado Español a Portugal.

Autor

Carlos Fernández Barallobre
Carlos Fernández Barallobre
Nacido en La Coruña el 1 de abril de 1957. Cursó estudios de derecho, carrera que abandonó para dedicarse al mundo empresarial. Fue también director de una residencia Universitaria y durante varios años director de las actividades culturales y Deportivas del prestigioso centro educativo de La Coruña, Liceo. Fue Presidente del Sporting Club Casino de la Coruña y vicepresidente de la Comisión Promotora de las Hogueras de San Juan de La Coruña. Apasionado de la historia, ha colaborado en diferentes medios escritos y radiofónicos. Proveniente de la Organización Juvenil Española, pasó luego a la Guardia de Franco.

En 1976 pasa a militar en Fuerza Nueva y es nombrado jefe Regional de Fuerza Joven de Galicia y Consejero Nacional. Está en posesión de la Orden del Mérito Militar de 1ª clase con distintivo blanco. Miembro de la Fundación Nacional Francisco Franco, es desde septiembre de 2017, el miembro de la Fundación Nacional Francisco Franco, encargado de guiar las visitas al Pazo de Meiras. Está en posesión del título de Caballero de Honor de dicha Fundación, a propuesta de la Junta directiva presidida por el general D. Juan Chicharro Ortega.