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Evaristo de Churruca y Zubiría, conde de Motrico, y Jefe oficioso de la Falange de Guecho, ingresó en Falange prácticamente al tiempo de que esta se uniera con las JONS con 22 años de edad.
Muy preocupado por la justicia social, sus primeros trabajos para Falange consistieron en la redacción de un amplio estudio sobre sindicalismo, e incluso en el diario de Bilbao «El Pueblo Vasco» se publicó un trabajo suyo sobre Gibraltar en el que protestaba porque una potencia extranjera detentara la soberanía de parte del suelo español.
En 1934, y en los hechos de la Revolución de Octubre, Evaristo que ya era alférez de complemento de Infantería, al mando de una sección del Garellano, tomó parte en los combates de Vizcaya.
En 1935, el Jefe Provincial de la Falange de Bilbao, Felipe Sanz, designó a Evaristo como Jefe local de Guecho, pero tal designación no tuvo efecto al cesar en la Jefatura Provincial Sanz Paracuellos, a pesar de lo cual Evaristo y parte de sus primos formaron el núcleo más importante de la Falange bilbaína.
El 18 de julio de 1936, Evaristo se trasladó a San Sebastián con un parte para el Coronel Ortiz de Zárate, y una vez entregado el mismo, volvió a Bilbao para esperar en su puesto la orden de alzamiento, al fracasar éste, después de varias peripecias Evaristo logró llegar a zona nacional a finales del mes de septiembre disfrazado con un uniforme de la marina italiana.
Inmediatamente se le destina a la columna «López Tutor», que cubría el frente de Ondarroa, cerca de su pueblo Motrico, patria chica de los Churruca, en el sector prácticamente no hay combates, la vida es la típica de posición y Evaristo solicita el traslado al Regimiento de Zaragoza nº 30, que está combatiendo en Cornellana (Asturias), donde la lucha es muy dura y en un asalto cae herido por primera vez el alférez Churruca.
Una vez repuesto de sus heridas, es nombrado Jefe de una Centuria de la Primera Bandera de Falange de Navarra, tomando parte en la ofensiva de Vizcaya, vuelve a ser herido en la conquista de la ermita de San Roque junto a Bilbao.
Sin recuperarse del todo y aún cojeando, se incorpora en el Frente de Asturias al Tercer Batallón de Montaña Flandes nº 5 de la Cuarta División de Navarra.
Tras varios ataques a la posición de Peñavilla, el 8 de octubre de 1937, logra tomarla al frente de sus hombres, no sin antes volver a ser herido, por estos hechos fue propuesto para la medalla militar individual, que meses más tarde le habrían de conceder.
Sus heridas le retuvieron bastante tiempo en retaguardia y aprovechando la convalecencia, realizó los cursos de Teniente de Complemento, reincorporándose a su unidad y a la cabeza de la Cuarta División de Navarra rompieron el Frente de Aragón por Vivel del Río.
Ya de Teniente combate en las provincias de Teruel y Castellón llegando hasta el mar Mediterráneo, conquistando con su batallón Benicarló.
A los pocos días de iniciarse el avance hacia el sur por tierras de Castellón, el 19 de abril de 1938 Evaristo Churruca cae herido de muerte en el ataque de la Sierra de Irta a la altura de Peñíscola.
A orillas del Mediterráneo, acabó la vida de un héroe falangista.
A los pocos días, en su villa natal de Bilbao, le rindieron un homenaje póstumo y el General López Pinto le impuso la Medalla Militar Individual.
En la actualidad, en la carretera N-340, entre Peñíscola y Benicarló, justo en el lugar donde cayó muerto Evaristo, existe un monolito en su recuerdo con una inscripción que dice: «Rogad a Dios en cuidado por el alma de Evaristo de Churruca y Zubiría, Conde de Motrico, Teniente de Infantería condecorado con la medalla al mérito militar».
Evaristo Churruca, heredero de una de las familias más poderosas económicamente de las vascongadas, bien pudo proteger su vida y hacienda, como otros muchos hicieron, pero su compromiso revolucionario con la Falange y con la España que soñara José Antonio, le llevó al más alto y sagrado acto de servicio, dar la vida por su ideal.
(Foto inédita de Evaristo Churruca, Conde de Motrico, del archivo de los Guardianes de la Memoria Azul).
 
 
 

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REDACCIÓN