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Porfirio, hijo de un conocido Médico bilbaíno, fue uno de los fundadores del movimiento nacional-sindicalista en Vizcaya.
En noviembre de 1932, en los soportales de la Iglesia de San Vicente se reunió con Luís Cobos, Felipe Sáinz Paracuellos, Ibarrondo, Sopeña, Ángel y Gregorio Santos, Ruiz Bravo, Lorenzo, Sancho y los hermanos Alonso, para fundar entre todos las JONS bilbaínas.
Porfirio por tanto, fue uno de los primeros escuadristas de las JONS vascas, y en marzo de 1933, ya fijado el núcleo fundacional, se dirigió a Valladolid para entrar en contacto directo con la Jefatura Nacional de las JONS, allí recibieron instrucciones de Onésimo y de Ramiro.
Porfirio Silván Lalinde es de los camaradas más entusiastas en aceptar la unión de las JONS con la Falange.
El 20 de mayo de 1936, y como consecuencia del entierro de un guardia civil en Gallarta, Porfirio junto con otros falangistas fueron a protestar, siendo inmediatamente detenidos, entre ellos se encontraba Enrique Sotomayor, el que al acabar la Guerra sería el Secretario General del SEU, caído gloriosamente en el Frente Ruso con la División Azul.
Al poco tiempo, Porfirio es detenido nuevamente y encarcelado.
Al iniciarse la Guerra Civil, los milicianos asaltan su prisión y le fusilan junto a otros camaradas presos de Falange.
Porfirio cayó a tierra después de recibir «14 balazos» en su cuerpo, siendo dado por muerto por los ejecutores, aunque a las pocas horas, de forma absolutamente increíble, malherido, consigue escapar y refugiarse en un lugar seguro.
Este suceso, absolutamente sorprendente, muchos años después fue recordado por el gran escritor falangista Rafael García Serrano, aunque rebajaba a 11 el número de los balazos recibidos.
Una vez liberado Bilbao por las tropas nacionales, Porfirio se alista como voluntario en la Bandera de Falange de Vizcaya, en la que figuró como uno de sus más valerosos combatientes.
Al acabar la Guerra Civil, prestó sus servicios para el recién creado «Frente de Juventudes», del cual fue Inspector Provincial, siendo nombrado posteriormente Secretario Provincial de la Vieja Guardia de Bilbao.
Curiosamente, Carmen la hermana de Porfirio, era novia de un simpatizante falangista llamado Tassilo Mackle, de ascendencia alemana, con el que ya tenía planes de boda.
Tassilo se presenta voluntario a la División Azul para luchar contra el comunismo, luego de combatir con sus camaradas españoles, en vez de volver a Bilbao, se reengancha en la División «Wiking» de las Waffen SS, donde asciende a Sargento y al acabar la II Guerra Mundial en el mes de mayo de 1945, combatiendo ahora en la «12 Division Panzer», se rinde junto a sus camaradas alemanes.
Pasa por diversos campos de concentración rusos, hasta que por fin le trasladan a un campo en los Urales, donde había 68 presos españoles, consiguiendo quedarse con ellos hasta la finalización de su cautiverio.
Por fin, a principios de abril de 1954, Tassilo junto con sus camaradas divisionarios, consiguen volver a España a bordo del barco «Semiramis».
La familia de Tassilo, había recibido años antes la comunicación oficial de la desaparición de Tassilo, y todos le creían muerto, Carmen, su novia, incluso había conocido hacía poco a un joven Abogado gallego con el que iba a casarse, hasta que sorpresivamente reciben el aviso de que Tassilo estaba vivo y volvía a España.
Carmen le espera en el Puerto de Barcelona casi sin creerse que después de tantos años podía abrazar a su verdadero amor, y al poco tiempo se casan y acabaron viviendo en la localidad costera de Laredo.
Dos historias sorprendentes y absolutamente increíbles las vividas por los hermanos Silván Lalinde. A Porfirio le intentaron asesinar y después de recibir 14 disparos de fusil, consiguió escapar, y su hermana Carmen, novia de un camarada de Falange, después de darle por muerto en el Frente Ruso, y al cabo de muchos años, logra recuperarlo y casarse con él.
Estas son parte de las desconocidas y ocultas historias de los hombres y mujeres de la Falange.
Los Guardianes de la Memoria Azul seguimos perseverantes en la recuperación y difusión de la verdadera historia de la Falange, y en este caso, nos alegra que otro proyecto hermano, «Blog Azul Bilbao», haya colaborado en la reseña de hoy, colaboración que en un futuro promete ser mucho más habitual.
(Foto inédita de Porfirio Silván Lalinde, con camisa azul, del archivo de los Guardianes de la Memoria Azul)
 

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REDACCIÓN