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El 13 de agosto, recordé (por recordar que no quede) que otro 13 de agosto (el de 1980) salió el «Heraldo Español», el semanario que yo dirigía, con una portada en color impresionante, en la que se reproducía bien grande un caballo de Velázquez sin jinete y encabritado con estos títulares: ¿Quién montará este caballo?
SE BUSCA UN GENERAL…pero, ojo, no era ninguna incitación a nada, simplemente era una información sobre lo que se estaba publicando de la situación política. Desde «el golpe de Timón» que el Honorable Tarradellas pedía para salir de la grave crisis y del desgobierno Suárez hasta el «esto no puede ser, no puede ser» de Don Juan, el conde de Barcelona, pasando por el «Todos estamos conspirando» de la sibilina Pilar Urbano o el acusador «aquí no hay más conspirador que el Gobierno» de Emilio Romero o el «Gobierno de Gestión» que pedía Alfonso Osorio, con un general al frente. Todo eran cábalas. Eso sí, con el general Armada sobre el mantel. También se informaba de «unas lentejas» de Mona Jiménez (yo estaba allí) en las que se había debatido sobre el artículo 8 de la Constitución, que leyó previamente Antonio Garrigues: «Artículo 8. 1. Las Fuerzas Armadas, construídas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional». Con opiniones para todos los gustos y la sorpresa del general Prieto, de la Guardia Civil, que tuvo la polémica idea de leer las históricas palabras de Franco cuando el 18 de julio del 36: «Al ejército no le es lícito sublevarse contra un partido ni contra una Constitución porque no le gusten; pero tiene el deber de levantarse en armas para defender a la Patria cuando está en peligro de muerte»...Siete meses después se producía el «23-F».

Autor

REDACCIÓN