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En el año 2005 Sabino Fernández Campo cedió los planes de operaciones del general Armada durante el 23 y 24 de febrero de 1981 del golpe de Estado al periodista Julio Merino para la realización de un libro. Elcierredigital.com desvela ahora el contenido de aquellos planes que no triunfaron.

Sabino Fernández Campo fue cesado como jefe de la Casa Real el 8 de Enero de 1993 y fue cesado de una manera que le enfadó. Porque no esperaba que el Rey lo hiciese como lo hizo. Es cierto que Sabino le había pedido varias veces dejar el cargo por motivos familiares y humanos.

Su Majestad le había rogado siempre que siguiera a su lado porque lo necesitaba. Hasta que la mañana de ese 8 de Enero le invitó a cenar con la Reina en “Horcher” y fue allí donde de pronto el Rey le dijo a la Reina: “¿Sabes, Sofía, que Sabino nos deja?”, “¿Y eso?, ¡Sabino no me habías dicho nada!”, “Bueno, en realidad lo que he hecho ha sido acceder a su reiterada petición y abandono del barco” (y según el propio interesado al Rey se le escapó una risita socarrona). Sabino se quedó helado, pero dominador siempre de sus reacciones, sólo dijo: “ Señor, no sabe cómo se lo agradezco. Ya sabe que ha sido un honor servirle durante estos casi 17 años”.

Bueno, pero a Sabino aquella manera de despedirle, ciertamente no le cayó bien y ese año de 1993 estaba furioso (y eso a pesar de que un año antes Juan Carlos I le había concedido el título de Conde de Latores, con grandeza de España, otro día hablaré de lo que pasó con ese Condado). Fue un año de confidencias, al menos conmigo. Fue el año que comenzó a escribir sus “Recuerdos”, a él no le gustaba llamarle “Memorias”.

                            El rey Juan Carlos I y Sabino Fernández Campos.

Algunos de esos “recuerdos” me los fue leyendo en “Ríofrío” a medida que los iba escribiendo. Muchos me sorprendieron, pero el que más el que describía lo que pasó en la Zarzuela la tarde, noche y madrugada del día 23 de Febrero de 1981. Porque aquello era una ¡bomba!

– Pero, Sabino, esto lo cambia todo, le interrumpí yo con gran sorpresa.

– Pues sí. Pero es la pura verdad.

– Pero, Sabino, esto hay que publicarlo. Esto cambia la Historia del “23-F”.

– Pues no lo voy a publicar. Al menos mientras yo viva.

– ¿Y la Historia?

-¿La Historia?…La Historia que la inventen ellos. A mí ahora mismo lo único que me preocupa es mi familia.

Hasta que el año 2005 me encargó la editorial “Espejo de Tinta” un libro sobre el 25 aniversario del “23-F” (se publicaría en 2006 con el título “Tejero 25 años después”) y entonces sí me fui a verle, con un índice provisional, y a decirle que aceptaba el encargo si él me ayudaba. Me dijo que sí, con condiciones, y acordamos que a medida que yo fuera escribiendo me fuera a su casa a leer lo escrito.

El plan de operaciones

La tarde que le leí el capítulo 1 entero (“Hechos de entonces y novedades post “23-F”), de pronto me sorprendió y me entregó unos papeles y me dijo:

– Ten esto y úsalo como mejor te parezca, pero no me hagas preguntas. ¿Y qué fue lo que me entregó el Rey aquella noche, la primera vez que entré en su despacho?.

Era el “Plan de Operaciones” del General Armada para el 23 y el 24 de Febrero de 1981. Y cómo está publicado no me importa reproducirlo:

Punto 1: Entre las 5 y las 7 de la tarde el teniente coronel Tejero, con fuerzas de la Guardia Civil, entrará y tomará el Congreso de los Diputados y retendrá al Gobierno en pleno y a toda la clase política hasta la llegada de “una autoridad militar”. Sin sangre y con la mínima violencia.

Punto 2: Si este primer paso sale bien y sin problemas mayores el general Armada se trasladará a la Zarzuela para desde allí, y con el Rey al lado, coordinar la postura de los capitanes generales de las nueve Regiones y las de Baleares y Canarias.

Punto 3: Con el “OK” de los capitanes generales, que habrán actuado por orden: primero en Valencia, luego la división Acorazada Brunete en Madrid y después la II, la IV, la V, la VI, la IX, la VII, etc, y el control pacífico de la situación a nivel nacional el general Armada se trasladará al Congreso de los Diputados, retirará del Hemiciclo a las fuerzas ocupantes y ofrecerá al Pleno la formación de un “Gobierno de Concentración” presidido por él y Felipe González como Vicepresidente político e intervendrán los líderes políticos “consensuados” para ayudarlo y votarlo.

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Punto 4: Una vez aceptada la “solución Armada” por la mayoría del Congreso, el presidente de las Cortes se dirigirá a la Zarzuela para informar a S.M. el Rey y S.M. dará por buena la decisión parlamentaria y constitucional y abrirá una rápida tanda de consultas con todos los líderes de los Partidos, que se irán trasladando a la Zarzuela sin pérdida de tiempo.

Punto 5: Evacuadas las consultas y con asentimiento de los líderes políticos, el Rey autoriza al presidente de las Cortes para que anuncie el nombramiento del general Armada como nuevo presidente del Gobierno… y con la aprobación y la presencia de todas las autoridades obligadas se trasladan a la Zarzuela y Armada jura su cargo.

Punto 6: Llegado el momento de la votación favorable al general Armada el teniente coronel Tejero se retira con sus fuerzas y queda a disposición del nuevo Gobierno.

Punto 7: Una vez resuelta la situación S.M. el Rey se dirige a la Nación por Televisión Española y da por concluido el “golpe”. Aquí queda absolutamente claro que el “elefante blanco” era el general Armada y todo lo demás son elucubraciones, porque, según este “plan”, el Rey no acudiría al Congreso hasta la tarde siguiente.

Punto 8: A la mañana siguiente, ya día 24, aparece en el BOE el nombramiento de Armada, se produce el relevo en Presidencia y se hace público el nuevo Gobierno.

Punto 9: Ese mismo día 24 se celebra un Pleno extraordinario conjunto (Congreso y Senado) en el que el Rey resume la situación y pide la máxima colaboración de todos en bien de España.

– Bueno, Sabino, pues no te hago preguntas. Aunque te recuerdo que según se publicó entonces esa “Hoja de Ruta” habría sido entregada por Armada al Rey en la audiencia del día 13 de Febrero, 8 días antes del “golpe” y que fue el motivo por el que de cara al juicio de Campamento solicitó permiso a la Zarzuela para revelar parte de la conversación que mantuvo aquel día con el Rey. Luego el Rey sabía con antelación lo que iba a pasar el 23.

                            Sabino Fernández Campos.

– Querido Merino-me dijo- yo soy responsable de mis palabras y de mis silencios, pero no soy de las palabras y de los silencios de los demás.  Aunque no me resisto a contarte dos “Recuerdos” que tengo escritos. Uno sucedió cuando antes del Juicio del “23-F” Alfonso Armada pidió ver al Rey para pedirle permiso para poder mencionar ante el Tribunal la entrevista que tuvo con S.M. el 13 de Febrero. Naturalmente yo me opuse sabiendo la verdad y convencí al Rey que no lo recibiera, porque la jugada de Alfonso era perfecta para él, pero desastrosa para S.M., ya que si el Rey le prohibía hablar él podía escudarse en el Juicio para mantenerse callado por deseo del Rey y si se lo permitía quedaba en evidencia que el Rey estaba detrás de “aquello” (Sabino siempre le llamaba “aquello” al Golpe del “23-F”) así que se me ocurrió que en lugar de contestarle por escrito fuese uno de los Ayudantes Militares a la prisión de Getafe donde estaba preso con un mensaje verbal del Rey: “Mi general, me envía S.M. para decirle que usted es totalmente libre de hacer lo que su conciencia le dicte”…

Y según me contó el comandante a la vuelta Armada,  nada más oír el mensaje del Rey le dio una patada a la silla que tenía a su lado… ¡claro, porque se quedaba sin coartada!

Y el otro recuerdo confirma algunas cosas. Después del Juicio Armada fue sometido a una operación y estaba internado en el hospital “Gómez Ulla” y fui a visitarle y al entrar en su habitación e incluso antes de decir “Buenas tardes” me gritó: ¡Tú tienes la culpa de que yo esté aquí!, y, naturalmente,  ahí acabó mi visita.

Y seguimos leyendo el apartado 1.3 de mi libro donde se explicaba la famosa frase dicha al General Juste: “Ni está ni se le espera” ( Sí, eso fue lo que yo creía en aquel momento, pero » sí se le esperaba», como me aseguró el propio Rey) y cuanto sucedió a continuación en la Zarzuela hasta la intervención del Rey en TVE, incluyendo el brindis con champán .

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       El general Juste.

Pero Don Sabino, no me dejó terminar y con cara seria me dijo:

– Eso no puedes publicarlo. Imposible.

– Pero, si es lo que tú me leíste hace años.

– Tú lo has dicho, hace años…y en este tiempo transcurrido he triturado todo lo que escribí entonces. ¡Y además lo he borrado de mi cabeza!

– ¿Y la Historia, Sabino?

– Por favor, Merino, olvídate de la Historia. Para la Historia el “23-F” será ya para siempre lo que figura en la Historia.

(Tampoco me autorizó a que publicase el “choque” que tuvo con el Rey cuando fue a devolverle el título de Conde de Latores) 

Y ahí acabó la “Bomba”. Yo cogí mis folios y delante de él los rompí. Aunque bajando en el ascensor pensé que a veces la amistad es una rémora a la hora de contar la verdad.

Tal vez por ello a la segunda edición de mi libro le puse esta dedicatoria:

 “A MI BUEN AMIGO SABINO FERNÁNDEZ CAMPO, recientemente fallecido, por lo mucho que me ayudó y me contó acerca del 23 de febrero de 1981 (23-F). La Historia lamentará ya para siempre que se haya ido sin publicar todo lo que sabía de aquellas horas decisivas en el Palacio de la Zarzuela.”

Pero, Don Sabino siguió escribiendo y poco después publicó su gran obra “Escritos morales y políticos” y me dedicó un ejemplar con palabras muy cariñosas (“A mi amigo Julio Merino, gran periodista y gran escritor, a quien siempre agradeceré su respeto a mis silencios. Algo de lo que él me pedía va en este libro. Un abrazo muy fuerte, Sabino”). Cuando lo leí me impactaron los dos “pensamientos” que me había subrayado, sin decirme nada, en silencio.

Uno que dice: “Dime con quién andas y te diré quién eres…¡NO!… Dime quien eres y te diré con quién andas”.

Y el otro: “No más servir a señores que en gusanos se convierten ¡No! No más servir a gusanos que en señores se convierten».

¡Sibilinas palabras, maquiavélicas palabras, aunque para buen entendedor con pocas palabras basta! (Según me dijo él mismo cuando se las comenté)… aunque todavía me añadió otros “aforismos” de su colección: “Viendo la leña caída se sabe qué enfermedad padecía el árbol” y “recoge tempestades el que recibió comisiones».

Don Sabino murió el 26 de Octubre del 2009, a los 91 años de edad, y cuando, gracias a su segunda mujer, María Teresa Álvarez (27 años más joven) vivía quizás la etapa más feliz de su vida, la del perdón y el olvido. ¡Por España!

Sí, pero la Historia se quedó sin la Verdad del “23-F”. Hay muchos intereses de por medio para que “aquello” quede así para la Historia. Otro día concretaremos quiénes fueron realmente los que detuvieron “Aquello” y la verdad de la “trama civil”.

PUBLICADO EN EL CIERRE DIGITAL

Autor

Julio Merino
Julio Merino
Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.

Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.

Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.

En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.

En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.

Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.

Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.