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Desde hace mucho tiempo, tanto los seguidores de la «Memoria Azul», como incluso algunos de los Guardianes de la misma, venían pidiendo una reseña sobre Girón.
Es cierto que no puede entenderse la historia de la Falange fundacional ni de los falangistas de después de la Guerra Civil sin recordar a Girón, pero aunque de todos es conocida su biografía, desde que al mando de una Centuria de falangistas vallisoletanos toma y defiende el «Alto de los Leones», hasta sus posteriores combates como Capitán del Ejercito, su Medalla Militar Individual y por supuesto su designación por el General Franco como Ministro de Trabajo, cargo que ocupó desde 1941 hasta 1957, lo que realmente nos interesaba era conocer al Girón de los primeros momentos, al Girón que se une sin dudar al proyecto patriota de Onésimo Redondo, las «Juntas Castellanas de Actuación Hispánica», el que al poco tiempo después se une con Ramiro Ledesma Ramos y los redactores y seguidores del periódico «La Conquista del Estado», formando el primer grupo nacionalsindicalista español, las «JONS».
Queríamos conocer al Girón que a partir de oír a José Antonio en el Teatro de la Comedia, y a pesar de su gran amistad con Onésimo Redondo y con Ramiro Ledesma, les dice señalando a José Antonio: «Este es nuestro Jefe».
Pues bien, hoy contaremos unas anécdotas cortas, inéditas, pero totalmente ilustrativas, de cómo era Girón en sus comienzos en la lucha por la Revolución Nacional.
Primavera de 1931, José Antonio Girón, que está estudiando Derecho en la Universidad de Valladolid, y que ya está en contacto con los que, pocos meses después fundarán las JCAH (Onésimo y su hermano Andrés y los hermanos Ercilla), recibe el aviso de que los marxistas quieren asaltar y quemar el» Colegio de San José», que regían los Jesuitas, en ese colegio Girón había estudiado de pequeño.
De inmediato, contacta con un reducido grupo de amigos en su mayoría de la Acción Católica y organiza la defensa del colegio, se enfrenta a los asaltantes y dada su tenacidad y valentía, logra conseguir que la turba se dé media vuelta y cese en el empeño.
Después de unas horas Girón abandona el colegio y se dirige hacia su casa, ya es de noche, al doblar una esquina recibe una puñalada en el costado, le estaban esperando para hacerle pagar su osadía, la corpulencia física de Girón es inconfundible, es la primera herida grave que sufre José Antonio Girón, se la curaron los Jesuitas en el colegio.
Un año después, en el verano de 1932, Girón ha conseguido acabar su carrera de Derecho, pero en la Universidad de Salamanca, ya que le habían expulsado por motivos políticos (su militancia jonsista) de la Universidad Vallisoletana.
Se traslada para pasar las vacaciones a Palencia capital, y una tarde encontrándose con unos amigos y camaradas en un bar de la calle principal, oye gritos y alboroto, sale del bar y se encuentra con una manifestación de socialistas y comunistas formada por cientos de personas.
Girón se planta en el centro de la calle, solo frente a la multitud, los manifestantes, incrédulos, no entienden lo que ocurre, Girón les provoca lanzándoles improperios. En ese momento, saca de su chaqueta un paquete con picadura de tabaco, impertérrito se pone a liar un cigarrillo, los socialistas no dan crédito, pero no avanzan, Girón ya con el pitillo encendido les sigue provocando y les ordena que se disuelvan.
Al poco tiempo, llega la Policía y se lleva detenido a Girón, no le importa, había conseguido su objetivo, parar él solo una manifestación de los marxistas y disolverla.
En la primavera del 36, José Antonio Girón junto con Luís González Vicen y Mariano Greciet, son los Jefes de las milicias vallisoletanas, cuyo mando supremo lo ostenta Anselmo de la Iglesia.
El Frente Popular ha ganados las elecciones de febrero, su estrategia revolucionaria de apartarse de la República Burguesa para ir hacia la «Dictadura del proletariado», radicaliza la actuación de los partidos de izquierdas, especialmente de los socialistas.
En Valladolid, socialistas y comunistas impiden a los chavales de Falange que puedan repartir libremente su propaganda, hay continuos ataques y palizas a escuadristas azules.
Girón, que no acata la línea más pacífica que ordena Onésimo, prepara a los muchachos de la Primera Línea, y así un domingo ordena a dos escuadras de las milicias, armadas todos con pistolas, que se escondan tras unos setos del Campo Grande, Girón después de forrarse el cuerpo con papel de periódicos, se acerca al lugar del Paseo de Zorilla donde sabe se reúnen los izquierdistas más radicales, después de golpear a uno de ellos e insultar a los demás, corre hacia donde se encuentran sus camaradas emboscados tras los setos, justo cuando le van a echar mano, diez pistolas de la Primera Línea disparan al unísono, hay varios heridos de bala entre los socialistas.
Girón entendió perfectamente que se debía recuperar el respeto a la Falange, y así lo consiguió.
Así era Girón el luchador, el guerrero, el Jefe de Milicias Azules, el que nunca pidió a sus camaradas algo que él no fuera capaz de hacer, en una palabra, Girón uno de los Jefes más destacados de la Primera Linea de la Falange.
Por eso, hoy los Guardianes de la Memoria Azul rendimos homenaje a ese Girón joven, guerrero, idealista, luchador y temerario hasta la extenuación.
Otro Girón, tambien de nombre Jose Antonio (su hijo) nos ha cedido la foto que publicamos, así como datos del «joven Giron».
(Foto inédita de José Antonio Girón , de joven, jugando a uno de sus deportes preferidos, las palas, del Archivo de los Guardianes de la Memoria Azul).
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