20/05/2024 20:16
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El historiador Francisco Torres García, autor de obras como Franco Socialista o Franco una biografía en imágenes, es el encargado de realizar la edición histórica de la obra RAZA. Anecdotario para el guión de una película, escrita por Francisco Franco. La editorial SND presenta una reedición de esta obra que se llevó al cine en dos versiones: la primera RAZA (1941) y la segunda Espíritu de una Raza (1950). Como en otras ocasiones el profesor Torres nos sorprende con un planteamiento nuevo, diferente y novedoso al abordar, en un trabajo que irá prolongando en sucesivas publicaciones,  la obra  escrita del Generalísimo. Para hablar sobre ello nos hemos reunido con él teniendo sobre la mesa el manuscrito y la documentación que permite el retorno de RAZA a las librerías.

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-Profesor, ¿tiene hoy sentido una reedición de Raza?

Me va a permitir que ironice. Creo que esta edición debería haberla hecho la Xunta de Galicia a través de su Consellería de Cultura, Educación e Universidade o de su Consello da Cultura Galega, dado que el autor es uno de los gallegos de mayor peso en la historia de España, siendo además un texto muy gallego. Pero como no parecía esto posible, teniendo en cuenta que se cumple el 80 aniversario de su creación –el texto fue redactado entre 1940 y 1941–, pues la editorial SND decidió acometer el proyecto y pedir el necesario permiso a quienes hoy tienen los derechos de esta obra, al Fundación Nacional Francisco Franco.

Yo espero que si las circunstancias sanitarias lo permiten la Xunta nos ceda un lugar para la presentación de esta obra en Ferrol. Ya le contaré si atienden nuestra petición, prometo escribirle al presidente Núñez Feijóo y mandarle un libro dedicado.

Volviendo a su pregunta. Me parece trascendente que RAZA vuelva a las librerías y que, además, lo haga de esta forma. Una cuidada edición que contiene un pormenorizado estudio del texto, que va a ser notoriamente polémico –supongo que habrá a quien no le guste por lo que tiene de revelador frente a la mitología de tantos historiadores, comentaristas y opinadores diversos–, con una guía explicativa y numerosas notas insertas… Una edición, si usted quiere, crítica e histórica a la vez.

Por otra parte, las ediciones de RAZA, que han sido varias, presentan algunas diferencias, dependiendo de cuál fuera el origen con respecto a las de 1942. Entonces se hicieron 3 ediciones distintas. Tengo la impresión de que la popular se hizo de forma muy acelerada y las otras dos de forma más cuidada. La portada de 1942 era más aséptica y sin embargo para la de 1945 se recurrió, a pesar del momento, a reivindicar la Victoria. Las posteriores creo que utilizaron la popular de 1942 que presenta algunos errores tipográficos. En ocasiones las ediciones posteriores utilizaron los genéricos para los personajes cuando estaban, en muchas ocasiones singularizados. Además, las de “lujo” y edición limitada iban acompañadas de unos grabados que hemos reproducido  a efectos de cita para que se pueda comprender el sentido que se le dio en 1942 y que son muy interesantes para el historiador, porque complementan el texto o el mensaje del texto ya que se trataron de ediciones “oficiales”. Ello nos ha permitido hacer una edición histórica, cuidada, tal y como quedó cerrada en 1942.

-¿Qué interés puede despertar a un lector de hoy un libro que ha sido calificado como “insoportable folletín”, de mala calidad, maniqueo…?

Lo primero, evidentemente, es que fue escrito por Franco. Lo segundo que en esta edición se ofrece un planteamiento explicativo que ayuda a descubrir lo que Franco oculta en ese “folletín”. Ni el texto es un folletín, ni es malo, ni es sencillo, aunque esté revestido de esa sencillez. Por otro lado, el “maniqueísmo”, si nos ponemos exquisitos, no es tan distinto del que desde hace años se vende y promociona en las novelas, películas o series sobre la guerra civil. Eso sí, en este sin la justificación, de que Franco escribía en 1940-1941 con la guerra y sus motivaciones y vivencias a flor de piel.

Tenga usted en cuenta que una de mis líneas de investigación es la personalidad real de Francisco Franco y que ello conduce a enfrentarse a tesis edificadas sobre bases muy débiles. Aunque no se lo espere son muchos los que, pese al tono despreciativo con que se aproximan a esta obra, dedican páginas a la misma e incluso ha habido un debate sobre RAZA que aún perdura. A partir de una lectura errónea, llena de tópicos preestablecidos, no pocos trazan una imagen de Franco, con ínfulas de análisis psicológico, bastante ajenas a la realidad. Por eso es necesario un estudio sobre esta obra.

-Pero siempre se ha dicho que es una obra de tipo  autobiográfico en la que Franco buscaba rehacer su pasado para presentarlo con esa aureola mítica.

RAZA tiene contenidos inspirados en la biografía y en las vivencias de su autor. Esto, por otra parte, es muy habitual en un escritor que trata de construir su primer libro, en este caso su primera “novela”. Mucho más cuando el tema le es tan próximo como sucede en RAZA. También autores más curtidos, como Valle-Inclán, uno de los literatos favoritos de Franco antes de la guerra, recurren a aparecer en sus novelas. Franco aparece en RAZA en dos o tres ocasiones y no es el personaje omnisciente que algunos ven.

En esta edición hemos indicado esas partes de referencias biográficas, que son importantes, por ejemplo, en la parte costumbrista de la primera parte de la novela-guión. Luego hay pinceladas, pero que a veces se confunden porque lo que Franco hace es crear unos arquetipos que reflejan posiciones concretas ante el devenir español entre 1897 y 1939 de un grupo social concreto que el identifica como los que reflejan o están llamados a reflejar las virtudes de la RAZA.

Yo dudo mucho que Franco tuviera ninguna intención-motivación de reconstrucción heroica de su pasado con esta obra. No lo avalan los hechos. Si lo hubiera querido hacer así, por ejemplo, hubiera dedicado mucho espacio a la importancia de su paso por África que prácticamente ni se menciona. Tenga usted en cuenta que la escribió con pseudónimo y que no tenía la intención de que trascendiera que él era el autor. Esto se supo años después y nunca de forma clara hasta los años sesenta. Tampoco su impulso era “literario”, pues nunca pretendió escribir una novela. Hay, sin embargo, en RAZA una clara intención didáctica.

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Esas interpretaciones de psicológica barata que se han hecho sobre el texto, muchas veces por quienes ni tan siquiera han leído y analizado la obra en profundidad, como demuestro en el estudio que acompaña la obra, entre otras razones porque les obligaría a modificar sus tópicos, me parece que deben de ser revisadas cuando no, simplemente, desenmascaradas.

-Entonces, ¿es RAZA  realmente una novela?

Sí y no. RAZA es un texto destinado desde el principio a convertirse en guión cinematográfico. No es una novela de la que se hace una película, ni tampoco, después del estreno de la película, se convirtió en una novela de la película como se hace en muchas ocasiones. Franco decidió que se publicara tal y como la concibió (la publicación fue prácticamente simultánea al estreno de la película).

El primer error/manipulación de quienes buscan obsesivamente trazar la caricatura biográfica de Franco es enjuiciarla con criterio literario, como si se tratara de una novela. No es ese el lenguaje de un guión. Se puede utilizar el término/calificativo de novela sin problema si no tratamos de someterla a la crítica literaria. Franco ya lo advierte en la introducción a la obra. Solo hay atisbos de creación realmente literaria de novela en las descripciones más o menos líricas y en algunos detalles.

Dado que el estudio literario de los guiones cinematográficos no es usual y es un campo para la investigación bastante virgen, al objeto de describir o encuadrar como género el texto de Franco nadie puede negar que es una novela histórica, con componentes propios de la novela río. Es a la vez, atendiendo al tiempo en que fue publicada, encuadrable en lo que se conocían entonces como “episodios nacionales” o “relatos de héroes históricos”, pero tiene mucho de la estructura de la denominada “novela popular” que tuvo enorme éxito en los años veinte y treinta.

Desde mi punto de vista lo que hace Franco es aunar en RAZA esas dos líneas, la de los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós (otro de sus autores de referencias), y la de la novela popular.

– No parece que usted comparta la visión usual de un Franco ayuno de poso cultural y que Raza revela sus limitaciones intelectuales.

Evidentemente Franco no es como escritor Winston Churchill, que ganó el Premio Nobel de Literatura –aunque hoy no sé si se lo darían por esos escritos–. No se trata de trazar comparativas. Tampoco pretendió nunca ser un literato o darse importancia en este terreno. Escribió con pseudónimo y mantuvo en parte el secreto hasta su muerte. Si Franco hubiera querido darse “autobombo” le hubiera bastado con publicar con su nombre y apellidos y entonces sería inimaginable el grado de superlativos que podríamos encontrar.

Tengo la impresión de que a Franco lo que le hubiera gustado es desarrollar una carrera como escritor militar. Tenía cualidades para ello. Ello será objeto de otros estudios que tengo en marcha.

Lo que sí me gustaría dejar a juicio del lector es mi opinión de que Franco soporta muy bien el trazo paralelo con no pocos estadistas y políticos de su tiempo y del tiempo presente. Hablaba correctamente francés (siguió cursos en el extranjero, en Francia y Alemania, que entonces se daban en francés), hablaba gallego (en sus encuentros con los mandatarios portugueses, que fueron abundantes, utilizaba el gallego) y de hecho en sus escritos es fácil encontrar rastros de ello, también en Raza aparecen esas expresiones, leía en inglés sin dificultad y tenía conocimientos de árabe. En su archivo encontraremos publicaciones en francés.

Por otro lado había escrito Marruecos. Diario de una bandera (1922). Fue director durante casi una década de África. Revista de Tropas Coloniales donde publicó con firma o sin ella numerosos artículos. Preparaba un segundo libro sobre sus años al mando de la Legión, del que había hecho algún adelanto en su revista, pero su trabajo debió de desaparecer cuando las milicias frentepopulistas asaltaron y saquearon su casa de Madrid. Tenía vocación de tratadista militar, está en Diario de una bandera, está en sus artículos, está en sus inéditos que probablemente podamos sacar en breve a la luz, está en sus  instrucciones a la Legión y en sus reflexiones tácticas sobre la guerra civil. Después escribió el guión de RAZA y se encuentra ilocalizable el primer boceto de la segunda parte de esta obra. Volvió a escribir artículos de prensa con pseudónimo y a veces utilizó el de Carrero Blanco (Juan de la Cosa) o durante la guerra el de su amigo El Tebib Arrumi. Estaba preparando sus memorias con el mismo sistema de trabajo que RAZA… Y luego sus  discursos que eran, como se demuestra con las decenas de cuartillas de trabajo conservadas, de producción propia.

No me parece que se pueda prescindir de ese Franco escritor a la hora de acercarse a un personaje de su calibre e importancia y me parece una tontería sostener su bajo nivel cultural, sus deficiencias intelectuales… sobre todo cuando hoy sabemos que su biblioteca particular podría tener unos 10.000 ejemplares.

-Sin embargo, se le critica porque utilizaba un lenguaje sencillo, poco elaborado, “simple” que demostraría su escaso nivel intelectual.

Sí. Hay un crítico cinematográfico y profesor de cine que hizo el análisis tópico de RAZA y al que copian casi todos con cita o sin ella porque les cuadra con la caricatura. A Franco lo que le interesaba era hacerse entender lo que le permitía conectar bien con sus auditorios. De lo que estoy seguro es de que no quería ser un escritor sin lectores como le pasaba a Azaña. Ello le lleva a una aparente simpleza. El análisis de RAZA demuestra precisamente lo contrario, que bajo esa simpleza, bajo la economía del lenguaje, bajo la ausencia de retórica (aunque su estilo, derivado de su formación militar, de la arenga como transmisión de ideas, sea pródigo en las frases rotundas), dice muchas cosas.

-Entonces en RAZA hay influencias literarias

Indudablemente. Es fácil rastrear a Valle-Inclán y Galdós (sus autores favoritos), pero también el lenguaje cinematográfico. Franco redacta construyendo escenas que visualiza mentalmente en la gran pantalla. Esto es muy fácil percibirlo. Cualquier aficionado al cine al leer RAZA, pese a la ausencia de grandes descripciones, puede ver la escena y el final de tensión en muchas partes. No puede desdeñarse tampoco, por ejemplo, la influencia que se palpa de la popular saga de los hermanos Geste.

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Como iremos descubriendo hay muchas ideas en RAZA de carga profunda que enlazan con discursos intelectuales de su tiempo. Una idea arquetípica es la espengleriana del pelotón de soldados que salva a la civilización, pero también de las tesis de Maeztu. Porque eso son los almogávares en la novela de Franco.

-Antes ha dicho que se la podría asimilar a una novela histórica.

RAZA es un relato histórico pletórico de realismo temporal, de hecho las situaciones extremas que aparecen son reales. Franco nos presenta en esta obra, de forma explícita e implícita, su concepto de la historia y la visión genérica que tiene sobre la historia de España, que no está lejana de los planteamientos de su tiempo. Hay que poner RAZA en relación con otros textos de Franco de la época para leerla correctamente.

RAZA nos presenta una visión-conceptualización de la idea de España y los españoles que va a sorprender.

Hay en RAZA, por ejemplo, explicaciones sobre hechos acontecidos desde el punto de vista de Franco. Cuando aborda el tema del Desastre del 98 y la posición/papel del ejército nos está dando su opinión. Una opinión que, por cierto, es concordante con las tesis de mayor aposo que se han difundido cuando se miró hacia el Desastre a raíz del centenario.

Hay en RAZA una confirmación del instante crucial de la guerra civil desde el punto de vista del general en jefe del ejército nacional en el que no se han adentrado los que la han analizado y que me parece muy interesante.

Hay en RAZA todo un mundo simbólico más complejo de lo que a simple vista pudiera parecer, difícil para un lector actual –lo que hemos subsanado con las notas a pie de página– y, lo que me ha sorprendido, algo que a veces se pierde en la película, son los enlaces imperceptibles entre la evolución de los personajes.

-Adelántenos alguna novedad de su estudio.

Para leer RAZA hay que situarse en la coyuntura en que fue escrita 1940-1941. En los momentos en que Franco desechó la posibilidad de intervenir en la guerra al lado de Alemania. Ello nos lleva a plantearnos: ¿por qué no encontramos referencias a la presencia alemana o italiana en la guerra? ¿por qué Franco hace una definición de RAZA, que es la tradicional, la que es sinónimo también de Hispanidad –recordemos que el 12 de octubre era el día o fiesta de la Raza durante el reinado de Alfonso XIII y durante la II República–, y no aparece por ningún lado el pretendido planteamiento racista, cuando estábamos ante la Europa de Hitler? ¿por qué los críticos, los que dicen tonterías sobre la “obra fascista” ocultan la visión de los judíos hispanos que Franco da y que podemos poner en relación con la política seguida con respecto a sus descendientes por parte del gobierno de Madrid? ¿por qué en la raza Franco incluye como gloria el Califato que sabe perfectamente que no formaba parte del Islam que políticamente era uno? ¿por qué Franco menciona como regalo del padre de familia a su hija un libro francés para chicas que los alemanes prohíben en Francia tras la ocupación?

Las respuestas son importantes cuando leemos la obra atendiendo a que se publicó en 1940-1941. No me extrañan las largas negociaciones para conseguir que la película fuera proyectada en Alemania o el interés de Franco por su difusión en Hispanoamérica.

Y luego está la traslación de lo que pensaba Franco en ese momento con respecto a la guerra y a sus motivaciones.

-Entra también en su estudio en las versiones de la película

Es imposible hablar de la novela/guión sin referirse a las dos versiones de la película. Película que fue un gran éxito en la época. Eso sí el tópico, que también figura por ahí, como muestra de la “megalomanía del dictador” viendo una y otra vez RAZA es falso. Conocemos el listado de las sesiones de proyección en El Pardo entre 1945 y 1975, y solo en dos o tres ocasiones volvió a verla tras las proyecciones de 1942.

A mí, personalmente, me parece la novela/guión mucho mejor en su  planteamiento que la película. Son dos obras distintas. No se puede decir que la película no se ajuste a lo escrito, pero se prescinde de algunas partes, de escenas que aún hubieran mejorado la tensión y el ritmo (me parece que Sáenz de Heredia anduvo muy presionado por la influencia de Eisenstein o su trabajo con Buñuel antes de la guerra)… Son dos versiones/visiones distintas pero no distantes y en el estudio abordamos esta cuestión. No pocos juzgan la novela/guión por la película, obviando unas diferencias importantes. En la película hay mucho más de la oposición blanco/negro que en el texto. En este Franco introduce las gamas de gris. La evolución de los personajes, del drama de la familia, es mucho mejor en la novela/guión que en la película.

– Para terminar, defíname su visión de RAZA en breves palabras.

RAZA es la historia de una familia marcada por los conceptos de España/españoles/raza y de la noción del deber. Es la visión del ciclo histórico que da un militar a través de una familia/militar, que nos dice cómo estos vivieron unos acontecimientos marcados por dos tiempos definitorios: el Desastre del 98 y la coyuntura 1928-1939. Una familia arquetípica que se quiebra desde dentro y desde fuera, quedando marcada por heridas que se compensan por la creencia de que esa tragedia, que le afecta como a tantos españoles de 1939, no será un sacrificio en vano.

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