¿Cómo vencer a Sánchez? Es atrevida la cuestión y a la vez necesaria. Ya que el 23J fue inútil para acabar políticamente con Sánchez, algo habrá que hacer para derribar una legislatura que pende de un hilo. Es lógico depositar la confianza en algo ajeno a nosotros para conseguir algo que no depende de nosotros. ¿En quién confiar?
Algo que nos ha fallado durante años, es complicado depositar en ese algo que te ha decepcionado tantas veces un voto de confianza. El PP, la UE, la Justicia… han fallado demasiadas veces. El PP, gobernando con mayoría absoluta y no erradicando el problema de raíz. La UE dando amparo a Puigdemont y cobijándole durante años cuando la Justicia española lo reclamaba. La Justicia, en la que confía Olona, es la que sentenció “sedición” en lugar de una “rebelión” de libro. Demasiadas decepciones que hacen inconcebible cualquier tipo de oportunidad o de fe. Aquello de perdonar 70 veces 7 se lo dejo para algún amigo o alguna amante. A las instituciones les hago un crudo examen que llevan años suspendiendo. PP, UE y la Justicia son comodines que ya no sirven, cartas marcadas, en una partida en la que no nos quedan fichas y en la que el casino está a punto de cerrar. El PP parece empeñado en querer de nuevo unas elecciones que ya perdieron, como si un novio le pidiera a su ex volver a empezar. La UE está encantada con el Gobierno de Sánchez y ya nos ha dicho que la cuestión de la amnistía es algo nuestro, algo interno, como si un novio le pidiera volver a su ex y ella le dijera que arregle sus cosas y luego la llame. La Justicia está en manos del PSOE. Aunque haya algún juez independiente, el tronco judicial y su máximo exponente, el Tribunal Constitucional está manejado por unos tipos socialistas de saldo, como si un novio le dejase un mensaje de amor a su ex en el contestador mientras ella se acuesta con el vecino.
De nada sirve amar a alguien que no te ama. Eso le digo yo a la derecha española, confiar en entidades traidoras, que dicen defenderles pero que no lo hacen, te lleva a una desilusión constante. Da para mucha literatura el desamor, pero para muy poca acción. Esa necesidad de redentor debemos trasladarla a otros esfuerzos, ni a manifestaciones de boquilla, ni a declaraciones que no emocionan a nadie, ni a directrices con cicatrices, ni a gestos que se quedan en eso… Oposición que no se opone, Justicia que defiende lo injusto y lo injustificable, Unión Europea con ganas de ser africana y musulmana. Hay que pasar página y dejar de confiar en todo lo que hemos confiado, poner nuestra fe en otra vela. Superar el centrismo de algunos y la posición cobarde de otros.
¿Cómo vencer a Sánchez? ¿Confiando en Junts? El partido de Puigdemont solo es un tigre al que el PSOE quiere hacer vegetariano, pero el tigre muerde y está hambriento. Hay que vencer a Sánchez planteando una alternativa real, no cortoplacista ni para cuñados de barbacoa y barriga. Una alternativa comprometida a romper todos los consensos hasta ahora establecidos. Romper la baraja del consenso, romper los acuerdos anti españoles establecidos y defendidos por algunos que portan la bandera de España. Vencer a Sánchez tiene que convertirse en vencer al régimen que le permite gobernar hacia la tiranía. Vencer a Sánchez como máxima es como cortarle una sola cabeza a una hidra. No sirve de nada. Se debe acudir al corazón de la cuestión para que venciendo a Sánchez se acabe con todo lo establecido y que nos lleva al precipicio. Esto no puede seguir siendo el teatro de los cambios de cromos. Establecer un nuevo régimen en el que la representatividad se elija de manera directa, blinde los servicios públicos, establezca como prioridad la soberanía española, garantice la vivienda y el empleo, consolide el futuro y torne la pirámide de población. Ilegalice a los partidos separatistas y refuerce nuestras fronteras. Un régimen para los españoles que acabe con el PSOE y su estructura de poder. Un régimen que condene liberalismo y comunismo, como doctrinan antitéticas con España. Un régimen que pueda ser referente para Hispanoamérica y para el mundo árabe, no el vertedero de esos mundos, que es lo que somos. Un régimen social que respete las peculiaridades de cada región y su aportación histórica, con una administración local fuerte y eficiente, sin centralismos madrileños ni autonomismos inútiles. Un régimen sin perspectiva de género ni eco sostenible. Un régimen libre y seguro, donde pasear por la calle a cualquier hora sea un gusto y donde la burocracia y la competencia desleal no se cargue ni nuestro campo ni nuestro tejido productivo.
Planteando una alternativa verdaderamente soberana, fuera de la UE, fuera de la OTAN, fuera del sometimiento imperialista norte americano, será una alternativa patriótica y con sentido. Fuerte interna y exteriormente. Redactando una Constitución decente y no el papelillo que ya ni para liarse un cigarro sirve, por culpa de las prohibiciones del ministerio de Sanidad. Así se vence a Sánchez. Determinación, voluntad y sacrificio.
Autor
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Josué Cárdenas Gómez. (Sagunto 1999). Es Periodista y cronista parlamentario de primera línea en el ámbito de la Información y la Opinión.
Comenzó en el periodismo en plena crisis del Coronavirus y ha trabajado
en radio, prensa y televisión. Su interés por la Poesía va de la mano
con su devoción por la Cultura. Sus programas siempre contienen
secciones de Literatura, Música y Cine. La Poesía marca su vida y
desde pequeño sus referentes han sido claves para que los versos sean
protagonistas de sus inquietudes.
Director del programa La Burbuja en Periodista Digital de Alfonso Rojo. Sus artículos de Opinión son un referente nacional de la actualidad política y social de España, en exclusiva para ÑTV ESPAÑA.
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Sánchez está vencido, no tiene votos. Para quitarlo solo tendríamos que quitar a Pucherazos Soros/Indra. En los escrutinios generales no se suman los votos de las actas y los líderes de todos los partidos parlamentarios lo aceptan porque están en el ajo de este teatro globalista (Puede informarse en Elecciones Transparentes)
Tengo 57 años, no se si veré esa España con la que sueña Cárdenas. Yo también la quiero. Ojalá la pueda ver.