21/11/2024 10:03

Serrano

Getting your Trinity Audio player ready...

Sudan odio. Un odio rancio, venenoso, nacido de la derrota que merecían y del rencor que acariciaron en la Victoria que les dio el pan y el porvenir, porque todos ellos recibieron una clemencia que ninguno hubiera estado dispuesto a conceder. Ninguno. Esa es la diferencia esencial entre los derrotados y los vencedores de la Cruzada de Liberación Nacional de 1936: mientras los unos parían canallas, los otros le dieron a España hombres como Francisco Franco y José Antonio Primo de Rivera. Mientras unos predicaban y ejecutaban la masacre y el exterminio, los otros compartieron la Victoria y murieron pidiendo perdón a quienes nada tenían que perdonarles y sí todo que agradecerles.

Ahora, otra vez, los hurones ponzoñosos de la Ley de Memoria Democrática, hurgan en las entrañas del Valle de los Caídos después de haber profanado las tumbas de los dos hombres más grandes de España. Y vuelven a hacerlo como sólo ellos saben hacerlo: dejando un rastro indeleble de escoria y de vergüenza. Son así, está en su naturaleza. Ni el perdón que no merecían ni la prosperidad que con ellos se compartió les han adecentado ni les han dignificado. Al contrario, les han hecho aún más viles. Helos ahí profanando el osario de la necrópolis de los valientes, del Valhalla español en el que reposan juntos, hermanados en la muerte y en la Patria, más de treinta y cuatro mil españoles que cayeron en los campos de batalla.

Inventan la mentira para profanar porque la verdad del Valle de los Caídos solo provoca respeto, honor y gratitud; virtudes que ellos ignoran porque no caben en el sepulcro de sus almas. La verdad del Valle de los Caídos es la expresada en la última voluntad de Francisco Franco, “abrazar a todos los españoles en la hora de la muerte”. La verdad del Valle de los Caídos es la ordenada por el heroico capitán Teodoro Palacios en los campos de la muerte de Stalin: “Aquí no hay ni rojos ni nacionales, aquí somos todos españoles”. Pero ellos no lo entienden. Ni pueden ni quieren.

Autor

Eduardo García Serrano
Eduardo García Serrano
Eduardo García Serrano es un periodista español de origen navarro, hijo del también periodista y escritor Rafael García Serrano. Fue director del programa Buenos días España en Radio Intereconomia, además de tertuliano habitual de El Gato al Agua en Intereconomia Televisión. Desde el 1 de Febrero del 2019 hasta el 20 de septiembre del 2023 fue Director de El Correo de España y de ÑTV España.
Suscríbete
Avisáme de
guest
8 comentarios
Anterior
Reciente Más votado
Feedback entre líneas
Leer todos los comentarios
Aliena

En efecto, así es yo siempre he dicho que lo exudan ( más o menos… ) Qué gran definición del Valle, «el Valhalla español. Pero, ¿cómo va a sobrevivir éste entre el odio de unos y la mediocridad rastrera de otros? Pues yo recuerdo a Albert Rivera balando algo de que habría que convertirlo en el Arlington español ( por favor, la comparación nos ofende ). Si fuera un monumento francés, cómo lo cuidarían, pues no hay más que ver la reverencia que le tienen a su Napoleón, lo que no es raro si tenemos en cuenta que los franceses no se odian a sí mismos sino que tienen un concepto estratosférico de su importancia, lo que al fin y al cabo resulta más provechoso. Y lamento decir que tengo bastantes amigos de mi edad que jamás pisaron el Valle de los Caídos pero que, en cuanto llegaron a París, salieron pitando a Los Inválidos.

ANTONIO PARRA GALINDO

EL 23 DE JULIO FATIDICA FECHA FUSILARON A ONESIMO REDONDO EN LABAJOS Y AQUI ANDAMOS DE COMICIOS Y PUCHERAZOS LXXXV ANIVERARIO DE LA MUERTE DE UN GRAN CASTELLANO PENSADOR IDEOLOGO IDEALISTA ESCRITOR Y PERIODISTA FUE FUSILADO POR LA GUARDIA CIVIL REPÙBLICANA
 

EL 24 DE JULIO RECIEN SALIDO DE LA CARCEL LO EJECUTARON FRENTE A LAS TAPIAS DEL CEMENTERIO A LA SALIDA DE LABAJOS JULIO DE 1936 FUE UNO DE LOS PRIMEROS REPRESALIADOS POR EL FUROR MARXISTA

ONÉSIMO REDONDO FUSILADO HACE LXX AÑOS
Antonio Parra
No puede decirse hoy cuántas docenas de millones se llevarán los catalanes – escribía Onésimo Redondo Ortega en “Libertad” de Valladolid palabras que le costaron el destierro en 1932- de la hacienda española regalados por Azaña y sus sirvientes; el regalo lo pagarán otras regiones autoras del engrandecimiento catalán y de la hostilidad antiespañola de aquel separatismo. Según Azaña, la Generalidad Catalana va a tener sus guardias propios y sus gobernadores como país extraño, sus tribunales, sus cárceles y su universidad. Se nos rompe la unidad patria”.
Estas frases conservan hoy una rabiosa actualidad. Onésimo aparte de un gran pensador – el abnegado jonsista filosóficamente cuadrado ante la revolución pendiente y al que los españoles deben, que no a los rojos ni a los tecnócratas, esas mejoras sociales: empleos fijos, vacaciones pagadas, el derecho a la atención sanitaria, a la educación gratuita, un techo donde guarecerse etc.- fue un profeta que dio la vida por la unidad española cinco veces centenaria en la defensa de los de abajo. No era ciertamente un señorito, sino un agrario entusiasmado con la reforma del rústico y propulsor de un sindicato remolachero. Fue asimismo un brillante periodista de lo más congruente, la mejor pluma sindicalista y, repito, dejó detrás una obra “cuadrada”, dispersa a lo largo de una serie de antológicos artículos que leídos hoy guardan un palpitante ahora y son una invitación a la reflexión para la juventud del momento.
Desgraciadamente a esta juventud se la mantiene a blancas. Nadie les ha contado de donde venimos ni les ha razonado las claves del laberinto español. Es el silencio de los corderos que se propugna desde arriba. Se pretende borrar la memoria y sustituirla por otra memoria, un juego ciertamente peligroso porque no es bueno ni conveniente para la salud mental meter la vertedera en los osarios. El cainismo que algunos pretenden cargados por el odio y el instinto de revancha nos lleva a este pobre Abel. Abel Redondo. Otra de las innumerables víctimas. Juventud generosa que caminó al matadero aquel bochornoso mes de julio de hace 70 años.
Únicamente era un periodista. Yo también soy periodista. ¿Me rindo? Onésimo desenmascaró a la bestia, expuso sus brillantes ideas en el foro. No se lo perdonaron nunca.
Otro vallisoletano, José Antonio Girón, recogería el guante y pondría en ejecución aquel proyecto de futuro para España que Onésimo Redondo firmó con su sangre y la verdad que a setenta años vistas de aquella tropelía, de aquel asesinato, cabe traer a colación aquellas palabras del líder José Antonio: “Ojalá que mi sangre sea la última que se derrame entre españoles”.
Onésimo Redondo Ortega el “divino impaciente” formó parte junto con Ledesma Ramos y Primo de Rivera del trío de “eternos ausentes”. Pero él más que nadie fue un pensador para un pueblo. ¡Presente!
Si José Antonio fue un poeta más que un político, estos dos últimos eran dos castellanos filósofos, asqueados del vano parlamentarismo de políticos banales y trincones, dos pura sangre, casta de hidalgos que llevaban la revolución social en la piel. Se les incluye entre las derechas pero eran la izquierda pura dura y el pensamiento independiente y leal del ideal cidiano. Castilla los hizo y los deshizo y hoy parece haberlos olvidado.
Enemigos del marxismo ciertamente pero fustigadores del neoliberalismo capitalista. Nadie habló tan recio y tan claro de los estragos de la masonería.
Su muerte se produjo en extrañas circunstancias el 23 de julio de 1936. Mi teoría es que lo fusiló un cabo de la Guardia Civil alertado por un “chivatazo” en un control de carreteras ipso facto en la cuneta de la Nacional VI a la altura del pueblo segoviano de Labajos. Pero hay quien sostiene que cayó en una refriega con facciosos milicianos de la columna que mandaba el coronel republicano Julio Mangada. Hoy a causa de la pazguatería o el chaquterismo de los desmemoriados Onésimo Redondo el de los pensamientos cuadrados un verdadero Aquiles egregio y un español entero en medio de un rebaño de enanos es el gran olvidado de los Tres de la Fama Nacional Sindicalista un trío que empezó a desmemoriarse merced a la traición de los “aprovechados”: los Laín, los Tovar, los Ridruejo. Y por todos aquellos que habiendo gozado de las granjerías y prebendas de Falange no tienen redaños ahora para llamarse a sí mismos falangistas. Dicen “sólo soy joseantoniano”. ¿Por donde? ¿Por el ano? En cualquier caso sus escritos siguen ahí para el que los quiera mirar alentando una verdad incontrastable.
Onésimo murió a las cinco de la mañana del 23-VI-1936 y a los cinco días de haber sido puesto en libertad. Era un preso político en las cárceles de Ávila cuando el triunfo de los sublevados en la Ciudad de las Murallas le valió su amnistía. Había padecido prisiones y destierros por haber puesto en berlina al presidente Azaña, blanco favorito de sus dardos y al que tachaba de judío y masón. No era más que un periodista, un hombre de ideas. ¿No decían que el pensamiento no delinque? En este caso sí. La DGS dio orden de su busca y captura. Parece ser que había estado organizando la resistencia jonsista e iba camino del Alto de León cuando fue apiolado por la Benemérita y pasado por las armas sin más.
Cabría decir que no fusilaron a un hombre, destrozaron una idea, mataron a un paisaje y despilfarraron el futuro en un acto de barbarie irracional que sólo encuentra explicación en la vesania y en la ira ciega de los españoles a la sazón. Cuando paso por Labajos camino del Alto León siempre miro para el monumento a Onésimo a mano derecha de la carretera siempre tiene flores frescas al igual que el monolito al Padre Huidobro en la cuesta de las Perdices. Una mano invisible coloca allí esas cinco rosas en honor de los que montan guardia cerca de los luceros.
He vivido largos años en el Yorkshire. En todos los pueblos de la campiña inglesa se alzaron monumentos parecidos a los que encontramos por ejemplo al llegar a Labajos. A la memoria de los caídos en las dos guerras mundiales. En la batalla del Somme por ejemplo en un solo día perecieron treinta mil británicos, quince mil franceses y de alemanes no hay casi recuento puesto que perecieron muchos más. La Gran Guerra se llevó millones de europeos pero a diferencia de aquí allí los muertos no son arma arrojadiza ni moneda de cambio. Ni se ponen cadáveres sobre la mesa. Lo que ocurrió pues ocurrió y a lo hecho pecho y “let bygones be bygones” Se les deja descansar en paz y no se indaga si fueron buenos o malos, de un bando o de otro. Aquí, por lo que se ve, no. El victimismo de Zapatero, pretexto para una segunda transición, está provocando un tremendo malestar y el enconamiento de ciertas heridas que creíamos cerradas.
Él era uno que creía en la capacidad vertebradora y redentora de Castilla como nexo de unión del centro con el litoral y un católico ferviente a machamartillo pero sin alharacas porque sabía que el catolicismo para bien o para mal formó parte de los destinos de España que es la síntesis, la cifra y el compendio de muchos pueblos, muchas etnias y muchas razas y aunque formado filosóficamente en Alemania Onésimo Redondo nunca comulgó de las doctrinas hitlerianas sobre la superioridad de la raza aria. Era un mesetario del Centro. Al pan, pan. Nunca fue amigo por su mesocracia castellana basada en el lema calderoniano del rey abajo ninguno en la superioridad de las castas ni en los privilegios y derechos adquiridos de los de arriba – hombre del común nacido en Quintanilla pueblo castellano de la misma manera que Ramiro procedía del zamorano Sayago – y no creía mucho en el lema de los “puños y las pistolas” ni el matonismo pijo que caracterizó a primera hora a algunos miembros de Falange, afortunadamente no todos.
No fue hasta enero de 1936 cuando se produce la fusión de FE con las JONS. Onésimo, insistimos, era un jonsista nato poco partidario de la violencia. Eso sí propugnaba un rearme espiritual basado en el lema paulino de que la vida es lucha constante. Vita militia est
Hoy cuando se cumplen setenta años de su fusilamiento desde estas páginas de vistazoalaprensa.com que también son de talante libre y mesocrático y aunque nos lo llamen no somos energúmenos recordamos su memoria sin ningún instinto de revancha y animo a los jóvenes a que vuelvan a leer a Onésimo. Sus artículos olvidados son redondos y – por aquello de la cuadratura del círculo y en honor a su apellido una vez más-“cuadran” plena y brutalmente con el presente de nuestra pobre patria. Sigue siendo un olvidado, un preterido, un periodista que firmó con su sangre el proyecto de futuro en él que creía para España. Y eso es tan respetable como el de los que cayeron en el otro bando. Porque no es conveniente aquí establecer categorías. Todos son nuestros muertos aunque por desgracia aquí los que fusilan y los que caen fusilados suelen ser siempre los mismos. ¡Qué fatalidad!

Geppetto

Las izquierdas españolas viven del rencor, de la envidia y de todo lo malo que tiene el ser humano, como no saben construir destruyen, primeros a los que en sus tumbas esperan el juicio final y que segun esos lacras izquierdistas son los que los vencieron en 1936, al mismo tiempo van a por los simbolos que recuerdan que ellos y sus descendientes son una banda de asesinos sin escrupulos que hierven con ese negro rencor que da el saberse da baja condicion y por fin y si nadie les para los pies, mataran a los vivos, a las personas normales que tienen familia e hijos,que trabajan para mantenerlos y que en la mayoria de los casos son catolicos y lo haran como ya hicieron en 1936, pegandoles tiros en la nuca por trochas, veredas, cunetas y descampados.
Ese odio visceral a todo lo que es normal, bello, educado, correcto sexualmente salutifero es el resultado de ser de la mas baja condicion que el ser humano tiene y que se muestra en el socialismo y adyacentes, es la revancha de feo contra el guapo, del sucio contra el limpio, del anormal contra el normal, del olor de mierda contra el olor de rosas.
Asi es y asi ha sido siempre

Morpho

Un artículo fuera de serie, de uno de los mejores prosistas de nuestro tiempo . AE

Isabel

Excelente! Onesimo Redondo una gran persona que lo dio todo por España. Su opinión debería ser publicada en un artículo por El Correo de España para que lo lean sus lectores.

Isabel

Excelente, como siempre este y todos sus artículos nos describen con rigor toda esta situación tan decadente que en todos los órdenes estamos viviendo en España.
Gracias por seguir defendiendo la Verdad.

Aliena

Otro al que han arrebatado placas y monumentos.

Hakenkreuz

Y cómo debe ser su odio que ya ni dejan descansar en paz a los muertos propios (que no les importan nada en absoluto. Solo quieren agitar su odio cuanto más mejor, cuantos más medios de su jalea, mejor), ni a los ajenos (que no tienen ni derecho a no ser perturbados de sus cristianas sepulturas). Eso ya no es un resentimiento comprensible como el de las víctimas de ETA, eso es un modo de ser extremadamente enfermo de odio casi sino totalmente irreconciliable, una raza, una estirpe de Belial, de hijos del demonio, de cizaña, de la serpiente, incapaces no ya de perdonar, sino de buscar la más mínima paz en sus vidas. Como si el odio fuera su alimento.

8
0
Deja tu comentariox