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El mes pasado se celebró el 87 aniversario del Holodomor, el genocidio por hambre de más de cuatro millones de ucranianos en 1932-33. Por motivos políticos, este tema sigue siendo objeto de controversia y existe una corriente histórica que lo minimiza e incluso que lo niega. Esta entrevista publicada por el medio digital portugués Noticias Viriato, no es con un historiador, sino con Catarina Rosa Lopes, una brillante estudiante de 18 años que el año pasado realizó un trabajo sobre el “Holocausto ucraniano” en la escuela de currículo internacional Bachillerato Internacional. Su trabajo obtuvo el reconocimiento de la Embajada de Ucrania en Portugal. Actualmente estudia Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales en la Universidad Católica, donde obtuvo una beca al mérito,

En Portugal, el Holodomor fue reconocido como un genocidio en marzo de 2017 (En España desde el 30 de mayo de 2007), a pesar de los votos en contra del Bloque de Izquierdas, el Partido Comunista, los Verdes y la abstención del Partido Socialista.

¿Qué le motivó a hacer este trabajo?

El programa de historia del Bachillerato Internacional (IB) pone mucho énfasis en la Revolución Rusa, porque fue entonces cuando, por primera vez, un país trató de implementar los modelos económicos y sociales del comunismo fuera del mundo ideal descrito en los libros. Mi padre me habló del Holodomor, incluso me enseñó una película muy interesante sobre este tema llamada “Bitter Harvest” de George Mendeluk, y me ofreció algunos libros sobre la Revolución Rusa de Richard Pipes. Así que profundicé en este tema con lecturas y algunas investigaciones en Internet. Cuanto más leía, más impresionada estaba. No solo con la enorme cantidad de millones de muertes, sino también por la forma cruel e inhumana de matarlos: confiscaron toda la comida, con la intención clara y premeditada de infligirles un sufrimiento prolongado, y haciendo que murieran lentamente de hambre. También me sorprendió que este evento estuviera prácticamente ausente de los programas de historia.

Por estas razones quise contribuir a la difusión de este tema. Por sugerencia de mi padre me puse en contacto con la Embajada de Ucrania en Portugal y propuse organizar un evento para la difusión del “Holodomor”, básicamente una breve conferencia y una exposición fotográfica. La idea fue muy bien recibida por la embajada y en la conferencia nos honró con su presencia la Embajadora de Ucrania, Inna Ohnivets.

¿Por qué se olvida tanto el Holodomor?

Creo que el Holodomor se olvida intencionalmente porque nos muestra la verdadera cara del comunismo. En un país y en un mundo que intenta blanquear el socialismo, el Holodomor es un acontecimiento que debe ser olvidado. La izquierda no se cansa de hablar de las dificultades experimentadas en la época de Salazar, pero se olvidan de comparar la situación experimentada a su vez por los pueblos donde los regímenes políticos y económicos defendidos por esa misma izquierda estaban en vigor, como fue el caso de los ucranianos. El Portugal de la Segunda República, por muchos problemas que tuviera, era un paraíso comparado con la pesadilla estalinista que se experimentó exactamente al mismo tiempo en la URSS, y en Ucrania en particular. Los crímenes de lesa humanidad cometidos por el régimen comunista de Stalin fueron tan horribles como los cometidos por el nazismo de Hitler, como fue reconocido recientemente por el Parlamento Europeo en septiembre de 2019.

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Si en la educación básica en Portugal nos encontramos libros de texto escolares que presentan al Che Guevara y a Stalin como grandes libertadores de los pueblos oprimidos, es realmente difícil encajar el Holodomor con este tipo de narrativa, por lo que este evento ha sido sistemáticamente olvidado.

¿Hay más trabajos sobre el Holodomor realizados por estudiantes de secundaria?

No que yo sepa. Además, probablemente por las razones mencionadas anteriormente, este tema no forma parte del programa nacional de educación de historia, por lo que ni siquiera se trata. Además, como encontré en mi escuela, algunos profesores de historia no creen en la existencia del Holodomor e incluso trataron de transmitir esta idea a los estudiantes en el momento que realizamos este evento. Por estas razones, tengo muchas dudas de que este tema se aborde en la inmensa mayoría de las escuelas portuguesas.

¿Tuvo algún problema para realizar este evento?

Cuando propuse la idea tuve todo el apoyo de la Junta Directiva de la escuela y en particular de la profesora Carla Davis, coordinadora del IB en ese momento. Sin embargo, las cosas cambiaron cuando la profesora Carla Davis fue reemplazada. Algunos profesores comenzaron a mostrar su descontento con el tema y trataron de disuadirme de su realización. Incluso hubo una situación muy absurda, que hoy me hace reír, pero que en ese momento me resultó muy aprensiva: Mi profesor de historia, con un aire muy serio, me advirtió de que, si seguía adelante con esta iniciativa en la que estaba involucrada la Embajada de Ucrania, mi nombre aparecería en una lista del KGB, que intentaría perjudicarme y que me prohibirían visitar Rusia. Sé que suena surrealista, pero sucedió. Entonces no comprendí si su idea era asustarme o si el profesor realmente lo creía.

Luego, cuando informé a la escuela de que la embajada había sugerido comenzar la conferencia con la proyección de un video corto, extracto del documental “La historia soviética” de Edvins Snore  comenzaron a plantear varias objeciones. Bajo el pretexto de que este video era demasiado violento, los estudiantes del tercer ciclo fueron excluidos de la conferencia. Fue realmente un pretexto, porque cada año todos estos estudiantes ven un documental sobre el Holocausto, donde se muestran imágenes igualmente dramáticas. Posteriormente, alegando que el Holodomor no formaba parte del plan de estudios nacional, el nuevo coordinador del IB también quiso excluir de la conferencia a los estudiantes del curso nacional, limitando la asistencia a los estudiantes del curso internacional. Por supuesto, la intención era disminuir la importancia del evento. Gracias a la intervención de mi padre con el dueño de la escuela fue posible que el evento incluyera la asistencia de todos los alumnos de secundaria.

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Aun así, unos días antes del evento, mi padre recibió un correo electrónico del coordinador del IB, que supuestamente reenviaba el correo de la madre de un estudiante, indignada por la organización de un evento sobre el Holodomor, que alegaba que este genocidio nunca había existido y solicitaba su cancelación. No fue fácil, la presión fue muy grande y a veces me preguntaba si no habría sido mejor elegir un tema menos controvertido, como la ecología o el reciclaje, pero no me rendí y con el apoyo de mis padres pude lograr lo que propuse. Quiero dejar claro que los obstáculos que he mencionado solo existieron por parte de algunos profesores, tuve todo el apoyo de la dirección principal de la escuela y la Embajadora fue muy bien recibida por el hijo del dueño de la escuela, el actual administrador, Diogo Simo.

¿Qué es lo que le ha enseñado este trabajo?

El aprendizaje más importante que me ha proporcionado este trabajo es que es muy difícil separar la historia de la ideología. Me impresionó que un acontecimiento que ocurrió hace menos de un siglo y del que hay tanta documentación pudiera generar tanta controversia sobre la veracidad de los hechos. De hecho, hay fuerzas que tratan de referir estos acontecimientos al olvido y, por lo tanto, influyen en la forma en que piensa la gente, especialmente la de edad escolar.

La historia definitivamente no es una disciplina neutral. La forma en la que se enseña la historia en las escuelas influye decisivamente en la forma de pensar de las personas y en su posicionamiento político en el futuro. Para evitar que este tipo de acontecimientos vuelvan a ocurrir, es esencial señalarlos de forma regular y solemne para que no sean olvidados.

Autor

REDACCIÓN