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Las carencias de la educación elemental de los niños se pueden comprobar con un simple ejercicio de memoria por parte del adulto: de niños podríamos haber sabido más sobre la responsabilidad futura como ciudadanos. Al rememorar los años de escuela pueden echarse de menos aquellos conocimientos que hubiesen sido muy valiosos, dotados de una perspectiva práctica; un saber de antemano qué se iba a encontrar el niño llegada la responsabilidad que conlleva la adultez. Seguramente todo habría sido más fácil si esa educación hubiese previsto de modo pragmático, un conocimiento realmente útil de la sociedad en la que nos integramos. Considerando las lagunas de ese aprendizaje omitido del ayer, Micropolix es un sostén de practicidad que se echa en falta incluso en los planes de estudios y de educación del niño actual. Por eso miles de colegios integran Micropolix en los planes de formación de sus alumnos, así como los padres agradecen la existencia de un proyecto hecho para niños con todo un futuro por delante. Cuanto más preparados desde los primeros años, mucho mejor.
La medida de los niños es infinita y es por ello que necesitan su propio universo dentro de este mundo finito, para dar rienda suelta a una imaginación que les recuerde su valía y la ilimitación de sus sueños. Los adultos desaprenden cuando crecen y Micropolix alecciona sobre el valor del aprendizaje consciente, ordenado, previsible e imaginativo, como la dimensión universal de la infancia. Crecer es una aventura y hay que desarrollarla de modo responsable y constructiva. Este proyecto de envergadura cuenta con la voluntad expansiva del menor para involucrarle en la aventura de la vida adaptándose a la infancia, y asimilando con la ilusión la lección práctica que permite evolucionar al niño en un entorno paralelo, a medida de sus ensoñaciones. Una mezcla de realidad y fantasía ordenada y previsible sin perder la inspiración imaginativa.
Es una ciudad de ocio educativo para niños con edades comprendidas entre los 4 y los 14 años. Una ilusión creada por adultos que creen en la infancia, sus valores, sus promesas como proyectos personales y colectivos, y es por ello que brindan un recinto cubierto de 12.500 m2 en la localidad de San Sebastián de los Reyes para que los menores jueguen con la dinámica de los aspectos prácticos de la vida, por una educación que encaja con las motivaciones del juego; un espacio propio para compartir sin distancias con sus compañeros de aventura práctica y aleccionadora.
La misión del niño es conocerse a sí mismo desde el entorno ciudadano que le transmite valores como son el esfuerzo, la independencia, el trabajo en equipo y hasta la educación vial. Y como es una vivencia hecha para ellos, se reproducen las características propias de una ciudad y que encuentran en el exterior como son las calles, plazas, farolas, bancos, señalizaciones, así como edificios que representan un hospital, supermercado, banco , ayuntamiento etc.
Cómo mezclar el espacio de juego y la responsabilidad de lo aprendido
Jugar a ser ciudadanos responsables, capaces, dinámicos, aprovechando el impulso espontáneo de la motivación del que tanto debemos aprender los adultos. Ellos son los creadores, los pioneros de sus vidas en una dimensión ciudadana, los artífices de una existencia que posee instrumentos para que culminen sus deseos. Con más de 32 módulos podrán aprender la profesión que elijan y combinarla con el ocio de cuyas actividades quedarán aleccionados para imprimir al carácter la virtud de la iniciativa.
Son significativas las actividades que familiarizan al niño con el dinero a través de una moneda propia de su pequeña ciudad que es el Eurix. Para conseguir su dinero, el niño trabaja con el fin de formarse y disfrutar de su pago por el esfuerzo realizado. Inculcar el valor de la responsabilidad y la obtención de la recompensa, es el objetivo de cada actividad que les mantiene entretenidos durante 15 o 20 minutos del precioso tiempo que revalorizan, acumulando la experiencia. A medida que culminan sus actividades prácticas de formación, los niños obtienen un nuevo sello para su pasaporte Micropolix.
Un proyecto de este cariz formativo pretende contagiarse de la iniciativa de los zagales, incansables obradores de futuro en sus sueños del presente y es por ello que los adultos que lo dirigen son conscientes del espíritu emprendedor de la infancia: la que nunca deja de enseñar sobre la motivación y el empeño por culminar sus anhelos.
Micropolix está dirigido a los centros escolares que pueden canalizar una educación complementaria con estos aspectos prácticos que se escapan a los planes de estudios, más empeñados en el método mnemotécnico que en la inolvidable experiencia de la practicidad y la sólida raíz de la responsabilidad aprendida, mediante este universo paralelo de la implicación ciudadana. Es un espacio líder en celebración de cumpleaños y seleccionado por más de 9.000 colegios como viaje de fin de curso y excursiones durante todo el año, siendo su crecimiento en las últimas tres temporadas de un 155%, lo que da cuenta de la necesidad de una educación originada desde la responsabilidad práctica de una verdadera formación integradora.
Grandes empresas y marcas colaboran con el grato proyecto Micropolix y existe una inmensa concienciación empresarial para impulsar permanentemente este plan constructivo tan necesario para los niños. La consciencia de que Micropolix representa un revulsivo para los padres y formadores que ven en la capacidad ilimitada de la ensoñación del niño, la oportunidad de canalizar las responsabilidades que le brindará mayores oportunidades para ganarse la vida con el compromiso adquirido en todos los aspectos de su existencia. No hay mayor intención de amor que la previsión de un futuro feliz.
¡Diversión para toda la familia! Restaurante, cafetería, y más de 30 actividades formativas y oficios te esperan.
file:///C:/Users/Usuario/Downloads/PI-MICROPOLIX-PRESENTACI%C3%93N.pdf
file:///C:/Users/Usuario/Downloads/DOSSIER%20VISITAS%20ESCOLARES%20(1).pdf
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Yo no llevaría nunca a un niño a un lugar donde escriben cosas tan horrendas y reprensibles como «niñ@s» o «adult@s». Es una afrenta al idioma y los niños deben aprender una ortografía correcta, adecuada al uso del género y referencia en castellano.