El policía que se enfrentó en solitario a un comando de ETA. Por José Antonio Marcello Marin

Fue el 6 de enero de 1969 cuando nuestro Héroe regresaba, de un servicio en un campo de fútbol, próximo a la prisión provincial de Pamplona donde tenían asignado servicio de vigilancia también, el compañero que le acompañaba se quedó atrás charlando con unos conocidos, al aproximarse a la puerta de la Prisión pensó de gastarle una broma a un compañero que se encontraba allí de guardia y, que además compartía la Pensión pero…» al llegar allí  y metí la cabeza por un lado, veo que mi compañero estaba con las manos levantadas contra la pared, le habían pegado parece ser unos golpes, miro para la puerta del primer rastrillo de la entrada a la Prisión, y veo a un funcionario de prisiones tirado en el suelo y un tío al lado, y otro con una gabardina que estaba cerca de mi compañero, me metí para dentro, quité primero la pistola, ya la llevaba montada casi siempre con el seguro puesto, quité el seguro me acerqué a él, estaba con una gabardina, lo cogí por la gabardina se dio la vuelta y entonces fue cuando intentó quitar una pistola marietta que llevaba en el cinto, y entonces le pegué un tiro…»

 

Por esta actuación le fue concedida la medalla al mérito policial con distintivo blanco, cuando le hubiera correspondido con distintivo rojo, medalla que por cierto, se queja amargamente, se le concedió a su Capitán a pesar de no haber intervenido en la acción que permitió detener al comando que intentaba, con su acción,  liberar a una presa etarra.

 

Video