19/05/2024 23:41
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La cultura no es ni de izquierdas ni de derechas, pero parece ser que hoy las dos corrientes políticas la desprecian. La cultura es un regalo de Dios a los hombres, que cualquiera debería apreciar, maravillarse ante ella y ante todo nunca despreciar. No se puede ir por la vida ni cancelando letras, ni quemando libros, ni diciendo: “eso es cosa de rojeras”.  Quien desprecia la cultura me desprecia a mí. Quien se mete con la cultura se mete con mi felicidad, con los mejores momentos de mi vida, con las carcajadas más grandes y las lágrimas más profundas de mi existencia. La cultura como todo lo bueno que tenemos desprecia a las ideologías, así que las ideologías no la desprecien a ella, porque no se lo merece. Los políticos de todo signo utilizan la cultura para ponerle himno a su partido, para hacerse los intelectuales, para que los vean en una biblioteca o en una plaza de toros, pero luego la maltratan subiendo el IVA cultural, condenando a cantantes por sus letras, quitando subvenciones o quitándole la categoría de cultura a lo que no les gusta. La cuestión es sencillísima, podríamos vivir años y años sin ningún político y no podríamos vivir casi ni un minuto sin cultura, porque la cultura es el oxígeno de los pueblos. ¿Se imaginan unas fiestas de un pueblo sin música, sin bailes, sin toros, sin sus museos medievales o del ganado? ¿Cambiarían todo eso por su alcalde, el concejal de fiestas, el de la diputación y el diputado que se pasa por allí a hacerse la foto con la paella? 

La España alegre, la España del baile, de la alegría, del cine y el teatro, ha sido sustituida por la España de la cancelación, la del miedo al qué dirán, la de los abogados del estado, la de la fiscalía y la de Hacienda. ¿Quiénes trascenderán en la historia? Feijoo, Lesmes, Ortega Smith, Llop, Mónca García, Hernández de Cos no sobrevivirán quizá a la memoria de la próxima generación, en cambio, y a muy a pesar de las leyes educativas, Cervantes, Quevedo, Machado, Lorca, Picasso, Dalí, Buñuel, Berlanga o Garci espero que sean eternos… porque si no lo son entonces hemos perdido el norte como sociedad. Los españoles estamos orgullosísimos de no leer, de no ver cine, de solo escuchar ritmos latinos cargados de “autotunning” … el globalismo imperante quiere sustituir nuestra cultura popular por una ignorancia casi plena y una realidad consumista que no le dé tiempo a pararse a contemplar un cuadro. Quieren máquinas que solo piensen en ser productivas y en cosas que puedan ser muy productivas. Las élites de nuestros días te quieren callado, consumiendo todo el rato y trabajando sin descanso para hacer valer su sistema. ¿Para qué sirve un chico que escriba bien, toque la guitarra o ponga en marcha su imaginación? Pues solo si le sacan rédito económico y ponerle en los primeros puestos de Spoty Five, sino sirves para eso, entonces no vales. Solo quieren que “pierdas un poco de tiempo” viendo las series que ellos quieren que veas a través de Netflix, Amazon y demás plataformas. Todo cine o expresión cultural que se hizo en el siglo XX para las grandes empresas artísticas de hoy es bazofia anticuada y filo fascista. Por eso utilizan las dos ideologías imperantes para que sea como sea, desprecies la cultura verdadera y solo seas un objeto en sus sucias manos. 

Si eres de izquierdas te alejan de la cultura de la siguiente manera: Te convierten en el censor perfecto con la doctrina de lo políticamente correcto y te hacen juzgar todo lo antiguo con los ojos del 2022. Aquella expresión cultural que existe tiene que darle el visto bueno el Ministerio de Igualdad sino los esquemas se rompen, el patriarcado acecha y no puede ser que algo pueda emocionarnos si la lupa de Irene Montero dice que es fascista, machista, sexista, homófobo, racista… fijaos si por la izquierda fuese arrancarían de nuestros ojos, de nuestros oídos y de nuestras mentes a Sabina, Loquillo, Lo que el viento se llevó, Casablanca, Los Ilegales, El Fary, Tom Jones, Plácido Domingo, Pérez Reverte, Camilo José Cela, Kevin Spacey, Clint Eastwood, Jonny Deep, Woody Allen, Serrat (por ser anti indepe), Rubens, Lucía Etxeberria, Nacho Cano, Baroja, Gregorio Marañón, Lope de Vega, José de Larra, Manolete, Antoñete, Paco Camino, El Cordobés, José Tomás, Roca Rey, Antonio Sanchéz “El Tato”, The Police, AC DC y por supuestísimo, Hombres G y su “Sufre mamón” que está totalmente fuera de lugar para la izquierda sectaria y rencorosa que se ofende solo por el hecho de no escuchar música con perspectiva de género. Es muy cansino juzgar a los más grandes con las leyes que hoy nos imperan. Yo reivindico a esa izquierda de la libertad, esa izquierda gamberra a la que le molestaba el niño pijo de la canción de Hombres G y no si le llamaba marica o si cosificaba a la chica. Yo reivindico una izquierda más preocupada en ser capaz de que todo hijo de obrero tenga acceso a un disco, a un libro, a ir al cine y al teatro, y que eso de la cultura no solo sea cosa de ricos. Yo reivindico esa izquierda que se preocupa por alfabetizar a toda su población, por culturizarla y no se empeña en llenar de ideología las escuelas. Si en lugar de invertir miles de millones en ideología de género en las aulas, lo invirtiesen en regalar libros a los chavales, en dar conferencias sobre Lorca, sobre Mishima, sobre lo grande de nuestra historia, habría menos violaciones, más alegría y menos crímenes pasionales. Si en lugar de invertir en cursillos de identidad sexual, invirtiesen en más profesores de música que enseñasen a Dean Martin, a Hendel, Chopin, Machín o Antonio Vega, nos iría mucho mejor. Una izquierda que se preocupe más por la poesía y menos por sus mantras. 

Si eres de derechas, me compadezco de ti. Te alejan de la cultura de la siguiente manera: Te convierten con 6 o 7 años (la edad ideal para amar para toda la vida la cultura) en un burócrata con cara de pasa y preocupado solo por los impuestos y la limpieza en las calles. Te hacen detestar la cultura con un único argumento para ellos demoledor: “eso es de rojos que no se lavan” y ya instintivamente asocias la cultura al terror rojo, al PSOE, a los bolcheviques y a los piojos. Como si leyendo cualquier libro que no sea sobre macroeconomía o sobre los ejercicios espirituales de San Ignacio te fueses a convertir en el Ché Guevara o peor en Chávez o en Griñan. Para la derecha todo lo que no sea productivo, económicamente rentable, con traje, chaqueta y corbata, o que se pueda revalorizar o especular con ello, no le sirve. La derecha ve una pérdida de tiempo, un despilfarro o un gasto superfluo todo lo relativo a la cultura. Estoy hasta las narices de escuchar frases como “hay que cortarles el grifo a esos titiriteros y a esos de la ceja” mientras la abuela del barrio de Salamanca dice eso, la izquierda está consiguiendo captar por medio de la emoción de una canción o un libro a cualquier ciudadano. La frase que más me saca de quicio es: “uhy pues esa película costó al Estado 1 millón y ha recaudado 8 mil euros” y es para decirle a ese al que papá le ha regalado una herencia de mucho más de lo que él ha conseguido recaudar, pero vamos a ver, en cuánto podemos valorar lo que nos ha dado ¡Qué bello es vivir! De Capra o cuánto nos ha aportado Corazón de Edmundo de Amicis, cuánto ha recaudado Hemingway por Por quién doblan las campanas, o El Bosco por El jardín de las delicias, cuánto ha pillado el Fisco por El nombre de la Rosa de Umberto Eco, o por Esos ojos negros de Duncan Dhu, qué mordida ha podido pillar el politicucho de turno por El Verdugo de Berlanga o cuánto se ha recaudado por El Golpe de Roy Hill… la derecha observa todo con los ojos del dinero. Utilizan el término despilfarro cuando hablan de engrandecer el alma, o se refieren a los protagonistas de las grandes historias como titiriteros o muertos de hambre. Un plano, un solo verso, un solo lienzo de algunos a los que ellos desprecian vale más que toda su palabrería junta. La derecha todo lo que no sea invertir en bádenes de carretera, dosieres que recojan la contaminación acústica de las discotecas, informes que plasmen los perjuicios de fumar en los bares, máquinas que escupen agua para dejar sus calles como patenas, millones de guardia civiles que hagan millones de controles de alcoholemia a esos chavales que vienen de un concierto, carriles bici, pistas de pádel, montículos de césped artificial que sirvan para que sus mascotas caguen alegremente o banderas gigantes en rotondas con nombres de militares o vírgenes, es tirar el dinero. Si la izquierda tiene artistas censurados, la derecha tiene una lista interminable con un argumento simple pero a la vez demoledor contra los que hacen cultura: “esos son rojos, hacen mucho ruido e hicieron lo de la ceja” todo lo que no sea un Abogado del Estado, un Inspector de Hacienda, un militar, un guardia civil o un tipo con traje con su chaqueta y corbata, es un rojeras que huele mal y que apoyó a ZP, su lista de censurados es la siguiente: Sabina, Serrat, Miguel Ríos, Miguel Bosé, Aute, Labordeta, Antonio Flores, Víctor Manuel y Ana Belén, Ismael Serrano, Javier Bardem, Luis Tosar, Almodóvar, Amenábar, Garci, Willy Toledo, Alberto San Juan, Silvio Rodríguez, Trueba, Rozalén, Leiva, Paco León, Fernando Tejero, Concha Velasco, Millán Salcedo, Dani Rovira, Lorca, Antonio Machado, Unamuno, Almudena Grandes, Juan José Millás, Javier Marías, Eduardo Mendoza, Paco Ibáñez, Miguel Hernández, Led Zeppelin, Sex Pistols, Los Ramones, Prince, Tino Casal, Paco de Lucía, Siniestro Total, María Galiana, María Zambrano, Alberti, Max Aub, Barricada, De Niro, Antonio Banderas, Chus Lampreave, Imanol Arias, Fernando Guillén, Cristina del Valle de Amistades peligrosas, La polla récords… 

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La izquierda y la derecha maltratando algo tan bonito, algo tan sagrado. Dejen de tocarnos la cultura y disfruten más de ella. Dejen de invertir nuestro dinero en meterse en nuestros asuntos e inviertan cuántos más millones mejor en cuestiones que nos hagan olvidarnos de ustedes, los políticos. Porque la política solo hace que crear problemas y la cultura nos ayuda a olvidarnos de ellos. Así que unos por ese puritanismo censor y otros por ese clasismo “agarrao”, déjennos en paz y como decía Sabina: “que se coman a besos a los artistas” porque ellos se lo merecen. A todos los que queráis recortar o censurar en cultura os digo: sufrid mamones porque no os vamos a devolver lo que cada día nos intentáis robar. 

Autor

Josue Cardenas
Josue Cardenas
Josué Cárdenas Gómez. (Sagunto 1999). Es Periodista y cronista parlamentario de primera línea en el ámbito de la Información y la Opinión.

Comenzó en el periodismo en plena crisis del Coronavirus y ha trabajado
en radio, prensa y televisión. Su interés por la Poesía va de la mano
con su devoción por la Cultura. Sus programas siempre contienen
secciones de Literatura, Música y Cine. La Poesía marca su vida y
desde pequeño sus referentes han sido claves para que los versos sean
protagonistas de sus inquietudes.

Director del programa La Burbuja en Periodista Digital de Alfonso Rojo. Sus artículos de Opinión son un referente nacional de la actualidad política y social de España, en exclusiva para ÑTV ESPAÑA.
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