23/11/2024 04:20
Getting your Trinity Audio player ready...
Andamos todos los que madrugamos más que Lorenzo con un rebote del 12 porque sin necesidad de tocarnos la nómina nos han devuelto al XIX. 
Es decir: nos han dado por el culo sin susurrar, ¡que menos!, palabritas de amor.
De repente ¡oiga! semos proletarios, y aunque todos los dedos acusadores del BCE señalen a Putin, a mi menda le viene a la cabeza aquella vieja teoría de David Ricardo usurpada sin atisbo de sonrojo por el petimetre Lassalle y que tanto encabronó a Marx: la «Ley de Hierro de los Salarios»; y que  a grosso modo y explicada para los de la Logse según mi pobre entender viene a decir que: el progreso económico de los trabajadores se cimenta en la demanda de mano de obra. 
Cada vez que la citada mano de obra escasea, el obrero en consecuencia revaloriza el monto de su trabajo.
Ahora bien, esa mejora del estatus social redundará en un aumento de la prole, con la consecuencia pocas generaciones después de una oferta de mano de obra muy superior a las necesidades del empleador, y la consiguiente caida de salarios
con el inevitable retorno a la miseria.
Es decir y en román paladino: quién nace lechón muere gorrino.
No lo digo yo, lo dijo Lassalle, padre de la Social Democracia. 
Cómo en aquella película de Alan Parker en que el protagonista Harry Angel cree durante años haber burlado a Lucifer, hasta que se da de bruces con la tozuda realidad, y el Rey de las Tinieblas reclama su alma tras someterle a la indignidad de follarse a su propia hija; el currela europeo decidió allá por los 80 tener mascotas y no hijos, invertir el fruto de su esfuerzo en fruslerías y no en propiedad, abandonar las ideologías para abrazar la MTV.
Ergo: engañar a la Bestia.
El Capitalismo… perdón, quise decir Lucifer, se frotó las manos «¿a quién quieren estafar estos mierdas?», y llenó el Occidente de indigentes llegados de todo el mundo dispuestos a trabajar por un bocata de mortadela y una cama de sábanas compartidas.
Pero esta vez y sin que sirva de precedente el Infierno se equivocó: 4 de cada 5 «nuevos proletarios» son unos gandules de tomo y lomo que solo engordan la nómina de paniaguados a costa del Estado, y no la de suscriptores de Pensiones.
No problem.
La «crisis energética» (¿en serio George?) pondrá a cada hijo de garrulo en su sitio.
Y ahí estarán Ferreras, su distinguida señora, y los otros lame ojetes para informarnos de lo que hay: aquel que pretenda eludir el frio o el calor con un simple click es un hIjo de puta insolidario con las focas, las belugas, y hasta los hotentotes. 
Nos han puesto en nuestro sitio solo con un par de amenazas televisadas.
Pues vaya novedad: el que nace lechón morirá gorrino. 
Es la Servidumbre de la Gleba.
Ya lo avisaron en el XIX, pero ahora nos encantaba la trampa de haber conducido un BMW… hasta que la financiera se lo llevó.
Los tontos dicen que «hemos perdido poder adquisitivo»…
¿Poder?.
¿Qué coño de poder?.

Autor

REDACCIÓN
LEER MÁS:  Marruecos invade España desde 1975: Canarias, su trampolín. Las claves. Por José Miguel Pérez
Últimas entradas