25/11/2024 07:02
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Al hilo de mi anterior artículo sobre el pan y circo modernos, el botellón y el fútbol, me lleva la mente a las calles de París y me mezclo con los chalecos amarillos en protesta por el latrocinio institucional y las injusticias sociales que se están cometiendo. Mientras grito contra el gobierno me pregunto por qué no arde España de igual manera, con la que tenemos encima, aparte de el atontamiento de nuestros jóvenes con el alcohol y el fútbol. Y es que hay más cosas de las que hablar.
 
Unos sindicatos comprados por el gobierno, bien regados con el dinero público, no se movilizan contra la mano que les da de comer. Por tanto la protesta masiva tendría que salir de otros cauces no explorados hasta el momento. 
 
Unos medios de comunicación también comprados con el dinero público falsean la realidad y le echan la culpa de todo a Putin.
 
El miedo de los españoles a que un ambiente social cargado derive en enfrentamientos que no se sabe como acabarán.
 
La idea inoculada en las mentes de los ciudadanos de que con la democracia se iban a disipar todos nuestros problemas y la resistencia a abandonar esa ilusión.
 
La cantidad de gente que de un modo u otro vive del dinero del estado y que no quieren cambios, por aquello de virgencita, virgencita, que me quede como estoy.
 
El fanatismo y el sectarismo de muchos que prefieren pasar hambre a que gobierne la derecha.
 
Pero las cosas empiezan a ir tan mal que tendrán que explotar por algún lado, digo yo. Seguramente la chispa más tonta provocará el incendio.  
 
Y los españoles saldrán entonces a la calle masivamente por fin. A exigir la disolución de este gobierno social-comunista venezolano. 
 
Pero a mi me gustaría que las cosas fuesen más allá. Y que se exigiera el fin del régimen del 78 y sus autonomías. 
 
Por eso hay que hacer pedagogía.  Yo la intento hacer con mis libros, discos y artículos.  Pero todos debemos hacer un esfuerzo de comunicación para cuando esa chispa prenda la pólvora.
 
Por que si no acabamos con el problema de raíz, el régimen del 78, seguiremos con este declive y con este imperio de la mediocridad. Hay que aprovechar la oportunidad que se presenta y elegir un color que inunde las calles de nuestro país, aunque a mi me gustaría que fuese el azul mahón.
 
Y es que ya no salen las cuentas a nadie que tenga un negocio que tenga que utilizar electricidad, gasóleo y gas. Como dice la canción de Freddy Billy llamada Ramiro Ledesma Ramos, «electricidad, gasóleo y gas al final tendremos que nacionalizar». Con ese grito hay que salir a la calle. Y con esa canción también. 
 
Por eso llamo a los que cobran del estado a que no sean tan pasivos pues una quiebra nacional les afectará a ellos también, en forma de recortes o de pérdidas de sueldos incluso. Deben solidarizarse con el resto de españoles y salir a la calle también.
 
Una protesta conjunta por la carestía de la vida y por la España vacía sería lo ideal. Desde esta trinchera del Correo de España dejo caer la idea. Y si nadie toma la iniciativa la tomaré yo. No se como aún, pero haré lo imposible para sacar adelante esta protesta comentada.
 
Y se que lo conseguiré, primero por que soy muy tozudo. Y segundo por que tengo la razón. Si no se sale a la calle ya perderemos muchísimas cosas por el camino.
 
Así que por sus hijos y por sus nietos, deben ustedes empezar a hacerse a la idea de que es necesario tomar las calles hasta que cese el expolio y el caos económico actual.
 
Esperemos que para el Otoño que viene la fruta esté madura. Si ustedes en Madrid no comienzan con las protestas yo intentaré promoverlas desde la España vacía. Me duele en el alma ver como mi tierra agoniza y no pararé hasta que se revierta la situación. 
 
Y sacar al país de este atontamiento que tenemos en lo alto. Mañana mismo empiezo a promocionar la idea. Espero que los camaradas me ayuden en el empeño.
 
Espero muchos comentarios de apoyo. Pero aunque no los tenga me batiré el cobre de igual manera. Es hora de que alguien haga algo y si no lo hacen los demás lo haré yo mismo.
 
Y ya les dejo. No ha sido este uno de mis mejores artículos, que bien me quedó el de Trajano, pero lo importante ahora es intentar despertar a la gente. Esta noche seguramente no dormiré dándole vueltas a la cabeza, pensando en cómo conseguir esto que les comento. Les vuelvo a repetir que no descansaré hasta conseguirlo.
 
Desde un humilde pueblo zamorano espero que mis palabras lleguen a un gran número de españoles. Desde esta trinchera del Correo de España intentaré poner en marcha el asunto. Solo espero un poco de ayuda por su parte, para hacer lo que la necesidad nos impone.

Autor

REDACCIÓN