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Hace mucho tiempo los Guardianes de la Memoria Azul publicamos una reseña sobre los «toreros falangistas», hoy nos centraremos en uno de los más famosos y que además fue asesinado por su condición de falangista de la primera hora.
«Victoriano Roger», apodado «Valencia II» y «Chatet», nació en Madrid el 18 de diciembre de 1898, y con poco más de 18 años debutó como novillero teniendo un gran éxito. De tradición familiar taurina, pues su padre, su hermano mayor y dos sobrinos también eran matadores de toros, tenia como especial cualidad la casi temeraria valentía ante el toro.
Tomó la alternativa en 1921 en la Plaza de Madrid, y cosechó sus mayores éxitos en Sevilla y en Hispanoamerica, en especial en Venezuela y en Méjico.
Aunque se retiró en 1931, volvió a los ruedos en 1935, sin que en ningún momento ocultara su filiación falangista, ya que inició su militancia en la Falange prácticamente desde el momento de su fundación.
En la primavera de 1936, tuvo un incidente con un taxista que no le quiso realizar un servicio al identificarlo como falangista, ya que Victoriano había adquirido mucha popularidad en ese momento, pues en todas sus faenas saludaba «brazo en alto» al público, haciendo el saludo falangista. Acabaron a puñetazos, llevando el taxista la peor parte.
A los pocos días, Victoriano toreaba en Las Ventas, y el gremio de taxistas le preparó un boicot, el domingo que toreaba convocaron una huelga del servicio de taxis hacia la Plaza de Toros, y además realizaron por todo Madrid lanzamientos de octavillas donde a Victoriano se le tildaba de «señorito, torero y fascista».
Cuando se inicia la corrida a Victoriano no le sorprende el recibimiento con pitos de una parte del tendido, ocupado en su mayoría por taxistas de izquierdas, lo que provoca que realice una faena temeraria que levantó al público de sus asientos, con aplausos de prácticamente toda la plaza.
Al acabar la faena, Victoriano saludó al sector hostil «agarrándose sus genitales», aunque fue un saludo poco ortodoxo, Victoriano dejó bien claro lo que pensaba de los izquierdistas provocadores.
Al inicio de la Guerra Civil Victoriano, que residía en Madrid, se ve imposibilitado para alzarse en armas contra el gobierno del Frente Popular, y al peligrar su vida, tuvo que ocultarse en la casa de su amante.
Parece ser que la amante le denunció por «fascista», con el único objetivo de apropiarse de sus joyas y su dinero.
El 18 de diciembre de 1936, justo el día de su cumpleaños, Victoriano fue asesinado en la Carretera de Hortaleza, los milicianos se ensañaron con el valiente torero, y al encontrar su cuerpo sin vida unos vecinos observaron «que tenía más balazos que cicatrices de cornadas».
Estamos seguros que el valiente Victoriano antes de morir, además de gritar un último «Arriba España», dedicó a sus agresores el mismo gesto de desprecio, se agarraría sus genitales.
Para que no se olvide a este bravo torero falangista, hoy le recordamos como uno más de los miles de Caídos de la Falange.
 
 
(Fotografía del torero falangista Victoriano Roger, del Archivo de los Guardianes de la Memoria Azul).
 

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REDACCIÓN
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