22/11/2024 12:18
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El guiñote es un juego de cartas, con baraja española, muy popular en Aragon (¿no se si ahora lo es tanto como antaño?). 
 
Se puede jugar uno contra uno, aunque lo más habitual es hacerlo por parejas. No es el objeto de esta Carta explicar la dinámica del juego porque quiero centrarme, sólo, en un aspecto del mismo: EL DESCARTE. 
 
El descarte es irse liberando de determinadas cartas de un palo de la baraja para estar en mejores condiciones de juego cuando se llega al final de la partida. Por decirlo de otra manera «soltar lastre».
 
Realizo esta remembranza porque he asociado el descarte del guiñote con el tratamiento mediático y político que ha generado la moción de censura de estos días, y el motivo es por lo tremendamente clarificador de su desarrollo. Ya escribí ayer sobre lo que consideraba el primer descarte, éste de naturaleza política («PP = Traidor»), y en esta ocasión, quiero avanzar otro descarte de naturaleza mediática, que aunque posiblemente sea menos relevante, a nivel personal lo considero de gran utilidad:
 
Bendigo el día en que mi Esposa me señaló la presencia de este gran medio de comunicación. No es por mi humilde colaboración con el mismo, si no por acceder a unos contenidos, mayoritariamente, de los que no avergonzarse además de muy instructivos. En ese último aspecto destacan mis apreciados Autores «malditos» César Bakken y Luys Coleto (los pongo por orden alfabético por seguir un criterio, ya que por mi consideración hacia ellos no hay diferencia alguna) que tan ampliamente, y bien, han tratado la histeria pandemica, amén de abordar otros interesantes asuntos.
 
En este medio se permite la disidencia respecto de la imposición que representa el pensamiento único. Pueden decirse cosas como que los devastadores efectos de la pandemia, por el puñetero virus chino, han sido agravados por la desquiciada gestión del malgobierno actual; que se está desarrollando una implantación mundial (en España en particular por parte de las acemilas malgobernantes) de una agenda globalista delirante y liberticida financiada, y apoyada, por esos alacranes de Soros y Gates (recuerden nuestros amables lectores que la primera «persona» con la que se reunió nuestro malpresidente, en rigurosisimo secreto, fue con Soros), y tantas cosas más que la prudencia en no extenderme me obliga a dejarlas sin detallar. 
 
Complemento las informaciones de este gran medio con otros en el que tiene un papel muy importante Intereconomia TV (a día de hoy, la única televisión libre, y que informa). 
 
Hasta ahora, de forma más casual, solía acceder a otros medios de prensa, pero el tratamiento «desinformativo» y filopartidista que han «ejecutado» con vergonzosa mansedumbre sobre la moción me ha dado el empujón definitivo para hacer un descarte con ellos. Es tiempo perdido visualizar sus interesados y manipuladores contenidos, y como «el tiempo es oro» mejor dedicar mis esfuerzos lectores a cosa que valga la pena, que informe, y que amplíe mi conocimiento de la realidad y del mundo. 
 
Desde luego que ni voy a nombrar a los medios en cuestión (tan poca consideración me merecen), la publicidad que se la hagan ellos mismos con el dinero sucio que recibieron por parte del malgobierno con aquello de #Salimos más fuertes. Para perpretar su actual ignominia ni siquiera han hecho falta 30 monedas de plata, estos supuestos medios de comunicación son tan rastreros y poca cosa que se dejan corromper, y sodomizar, por un puñado de euros.
 
En alguna rara ocasión volveré a ellos para saber por donde anda el enemigo. 

Autor

REDACCIÓN