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Artículo de Daniel Deme en Remix News publicado el 22 de febrero. https://rmx.news/article/article/family-friendly-policies-have-almost-doubled-the-rate-of-marriages-in-hungary
La tasa de matrimonios ha aumentado considerablemente en Hungría desde la llegada al gobierno del primer ministro Viktor Orbán en 2010, según los datos publicados por la agencia estadística comunitaria Eurostat. Los datos, que se remontan a 1960, desglosan el número de matrimonios por cada 1.000 habitantes en la UE. La media de la Unión Europea es de 4,5 matrimonios por cada 1.000 personas al año y esas cifras no han mostrado cambios significativos en los últimos 20 años. Las estadísticas muestran que en 1964, cuando comenzaron las mediciones, los 27 tenían hasta 8 matrimonios por cada 1.000 personas de media y que la tendencia ha experimentado una disminución constante hasta el número actual.
En 2010, cuando el gobierno de Orbán asumió el cargo, el número era de 3,6, muy por debajo de la media europea. Una sucesión de gobiernos socialistas y liberales había llevado a la economía húngara muy cerca de la bancarrota, con una deuda nacional que aumentó del 50% al 80% del PIB, lo que había dejado muy poco espacio para promulgar proyectos de política social. La falta de apoyo financiero que experimentaron las parejas casadas se unió a la falta de una narrativa política de apoyo a la familia y a la infancia de los gobiernos socialistas. El cambio de gobierno trajo un rápido aumento en la introducción de políticas a favor de la familia que han significado apoyo financiero y sistémico para aquellos que tienen uno o más hijos. Al final del primer mandato del gobierno de Orbán en 2016, el número de parejas casadas superó la media europea en 5,3 por cada 1.000 personas. La cifra subió a 6,7 en 2019, según los datos de Eurostat, y los últimos datos de 2020, publicados por la agencia estadística húngara KSH, muestran que los matrimonios se sitúan actualmente en el 6,9. La última vez que las cifras fueron tan altas fue en 1985, antes de la caída del régimen comunista.
Los ejemplos históricos, al menos en el contexto húngaro, muestran que las políticas familiares y de infancia tienen un impacto directo en el apetito de las personas por casarse y tener hijos. La introducción de un permiso de maternidad remunerado en 1967 elevó de inmediato el número de matrimonios a un máximo histórico de 9,4, y la introducción en 1975 de la política social que incluía grandes descuentos para los jóvenes compradores de primera vivienda alcanzó un número máximo de 9,8. Las investigaciones han demostrado que nacen más niños nacen dentro del matrimonio que en cualquier relación fuera de él, por lo que incentivar esta institución fue un objetivo declarado del gobierno de Orbán para revertir las tendencias demográficas negativas en el país. Replicando las políticas familiares de las décadas de 1960 y 1970, el gobierno de Orbán introdujo, entre otras medidas, reducciones fiscales significativas para las parejas con dos o más hijos, hipotecas especiales para parejas y ayudas gubernamentales para coches familiares grandes.
Además de los incentivos financieros y económicos, el gobierno de Orbán ha cambiado fundamentalmente el discurso político sobre la importancia y el papel del matrimonio, la familia y el tener hijos. En clara oposición a la política de Bruselas de aumentar el número menguante de una población europea envejecida con migrantes procedentes de regiones sobrepobladas del mundo, el primer ministro húngaro ha abogado por la introducción de políticas diseñadas directamente para detener las prolongadas tendencias negativas. Por ejemplo, Orban dijo en 2018 que “en toda Europa cada vez hay menos niños y la respuesta de Occidente a esto es la migración. Quieren que entren tantos migrantes como niños desaparecidos, para que los números cuadren. Los húngaros tenemos una forma diferente de pensar. En lugar de números, queremos niños húngaros. La migración para nosotros es la rendición”.
A diferencia de los políticos de izquierda que ven el futuro de Europa en la inmigración masiva, el gobierno de Orbán ha logrado frenar con éxito la tasa de natalidad negativa en su país. Hungría también ha rechazado el ataque contra la familiar nuclear de movimientos radicales verdes e izquierdistas como Black Lives Matter. Además, la identificación de la cultura europea como una cultura fundamentalmente cristiana ha ayudado a fortalecer la narrativa antiaborto de la Iglesia, en contraste con el lobby partidario del aborto dentro de la Unión Europea. El año 2020 también vio la introducción de un cambio en la constitución de Hungría que define los roles de género, donde un padre es un hombre y una madre es una mujer, definiendo así la familia nuclear en términos de una pareja reproductiva.
El líder húngaro publica rutinariamente actualizaciones cada vez que un nace un nuevo nieto en su familia.
Mientras que en 2010, al final del mandato del último gobierno de izquierda, Hungría estaba en el número 23 sobre 27 en términos de matrimonios en la Unión Europea, en 2020 había alcanzado la tercera posición detrás de Chipre y Lituania. De los países vecinos, solo Rumanía tiene cifras similares a Hungría, mientras que el número de matrimonios en Eslovaquia se sitúa en el 5,4, en Checoslovaquia en el 5,1 y Polonia en el 4,8.
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