24/11/2024 23:07
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En España, los políticos no van a la cárcel.

La prisión es solo para los pobres,  que no pueden pagarse un buen abogado, y los enemigos del sistema, a los que se encarcela sin piedad,  muchas veces en prisión preventiva, para que “aprendan”.

Es algo que estamos viendo todos los días, y no necesita mayores explicaciones.

Pero lo que es sangrante no es la corrupción, individualmente considerada –todos somos corruptos, en mayor o menor medida-, sino la creación de una estructura de latrocinio y mangoneo de los fondos públicos, creada al amparo de una autonomía, la andaluza, aunque en este caso más bien habría que hablar de autonosuya, en acertada expresión de Vizcaíno Casas.

La realidad supera a la ficción, y en poco desmerece de la actuación de la mafia siciliana, por ejemplo, con el  oportuno “suicidio” del director general de empleo de la Junta de Andalucía, cuando iba a “cantar”, harto de aguantar todas las condenas, cuando era un simple mandado, perteneciente a una escala de auxiliares administrativos, para más inri.

Pero lo que ya hace que rebose el vaso de nuestra indignación, y espero que el de la mayoría de los votantes y botontos, es la petición de indulto del ex presidente del gobierno Felipe González, nacionalizado en la república dominicana, él sabrá porqué.

Según sentencia de la audiencia provincial de Sevilla (gracias, doña Mercedes Ayala, una gran juez, que debería tener un monumento), confirmada por el Tribunal Supremo, se malversaron 680 millones de euros…, el mayor latrocinio de la democracia, que muchos llamamos “memocracia”.

¿En qué país vivimos?

¿Cómo se puede tener tanta desfachatez…?

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Lo triste del caso es que, salvo que el Tribunal Constitucional derogue o modifique la sentencia, para lo cual se pretende nombrar nuevos magistrados de la “familia”, el gobierno tiene decidido indultar a sus correligionarios, sobre todo a Griñán, que está con un pie en la cárcel.

Griñán, un inspector de trabajo, por oposición, y ex ministro de trabajo y seguridad social, sabía perfectamente los delitos que se estaban cometiendo, o Chaves, también ex ministro de trabajo y seguridad social, y profesor  titular de universidad de derecho del trabajo y de la seguridad social…

Pues bien el PSOE se quiere indultar a sí mismo. Faltaría más.

Ya es triste que la mayoría de las penas para los delitos cometidos por los políticos consistan en una simple inhabilitación, que como comprenderán ustedes, con setenta o más años, a nadie le importa nada, y que casi no haya delitos que se castigue con penas de prisión, como  nos pasa a los pobres, y a los enemigos del sistema, y me incluyo en ambas categorías, como para que, encima, el PSOE se indulte a sí mismo.

Y, de devolver los 680 millones de euros, más los intereses correspondientes, ni hablamos…

En fin, espero que los lectores tomen buena nota de todo esto, con vistas a las próximas elecciones.

Autor

Ramiro Grau Morancho
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