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A mediados de la década de los 50 del siglo XVII, terminaba la Guerra dels Segadors, también conocida como Guerra de Recuperación de Cataluña. Después de que Pau Claris entregara Cataluña a Francia en 1640, la guerra entre Francia y España se trasladó a territorio del Principado y finalmente , después de 12 años de guerra, el ejército Hispánico, reconquistó Barcelona y la mayor parte de Cataluña, aunque la Cataluña transpirenaica quedó definitivamente para Francia.

Cuál fue el papel de la Generalidad  o Diputación, en esos años?. Durante los años de ocupación francesa, su papel fue muy desdibujado, sobretodo después de la muerte de Pau Claris, a principios de la década de 1640. El gobierno efectivo de Cataluña quedó en manos de los sucesivos virreyes franceses o de sus delegados como el francés De la Marche o el catalán Josep Margarit.

A medida que el ejército español se acercaba a Barcelona y los ejércitos franceses retrocedían , un número cada vez más masivo de pueblos y comarcas catalanas se pasaron al bando hispánico. Lo mismo hizo la Generalitat, la institución que había encabezado la revuelta al principio.

En  octubre de 1652, después de un año de asedio de Barcelona, por las tropas españolas, se produjo finalmente un espectacular cambio de bando de la Generalitat, encabezado por su presidente, Pau de Rosso y del Consejo de Ciento o Consell de Cent, (lo que hoy sería el ayuntamiento de Barcelona, encabezado por el Conseller en Cap, Rafael Casamitjana) que se pasaron oficialmente a la obediencia hispánica, y pidieron perdón solemnemente al rey Felipe IV por todo lo que había pasado en Cataluña.

El caso del presidente de la Generalidad, Pau de Rosso, hombre de origen familiar italiano, fue muy llamativo, pues desde hacía años se le consideraba un furibundo anticastellano ( había llegado a escribir años antes que en Cataluña no debía quedar ni un solo castellano y su idioma tenía que desaparecer)  y había sido uno de los hombres de confianza de Pau Claris y de las autoridades francesas.

Pero finalmente quizá la sensatez entró en su vida o más probablemente su deseo de seguir en el poder, y reconoció con toda la solemnidad necesaria la hispanidad de Cataluña y a don Juan José de Austria, hijo bastardo de Felipe IV, como virrey de Cataluña, con lo cual logró que la corona Hispánica le confirmara en el cargo de presidente de la Generalitat que duraba desde 1650, por un año más, un mandato al principio bajo obediencia francesa y finalmente, española.

Un españolista más sincero fue probablemente Francesc Pijoan, el siguiente presidente de la Generalitat, que ocupó el cargo entre 1654 y 1656. Era un religioso, natural de Massanet de la Selva, cuya lealtad prohispanica le había valido ser deportado en 1647  y perseguido por las autoridades francesas en Cataluña. En 1652, la Corona española había obtenido como contraprestación a su respeto por los fueros y las instituciones catalanas, el derecho a insacular, es decir, a controlar la elección para  el nombramiento de los dirigentes de la Generalitat y el Consell de Cent, de forma que se pudo garantizar que los candidatos para estos cargos fueran elegidos básicamente entre personas leales a la Monarquía, durante los siguientes 50 años.

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El presidente Francesc Pijoan fue un caso claro, en este sentido. En definitiva, un tema interesante el de los presidentes españolistas olvidados de la Generalitat del periodo 1652- 1700, sobre el que volveremos. Son figuras que hoy la Cataluña oficial intenta olvidar, pero que forman parte de la lista oficial de presidentes de la Generalidad de Cataluña.

Autor

Rafael María Molina