20/09/2024 02:42
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No se ganó Zamora en una hora, pero si se ha destruido toda su riqueza natural y ganadera, bosques, pastos, etc., en unos pocos días.

Y todo por la desidia de un gobierno regional, tan inútil como los otros dieciséis, la diputación provincial y, porque no decirlo, la parte alícuota de responsabilidad de los ayuntamientos correspondientes.

Es vergonzoso y lamentable que haya miles y miles de “asesores” en todas partes, y que no se contraten los bomberos que hagan falta, no se hagan cortafuegos, no se limpien los montes, como se hacía en tiempos del “oprobioso régimen del general Franco”, no se planten pinos u otras especies dónde haya que repoblar, etc.

Pero, eso sí, hay directores generales de la naturaleza, de medio ambiente y hasta de la regla, para aburrir… Y asesores, que escasamente saben hacer una o con un canuto, a miles. (Solo Pedro Sánchez tiene 1.200 asesores, y no cobrando el salario mínimo, precisamente, sino sueldazos).

También hay presidentes, como el de Castilla y León, que tienen el cinismo de decir que se han puesto todos los medios, cuando los propios bomberos declaran que solo se incorporaron al trabajo el veinticinco por ciento de la plantilla, y eso varios días después de empezar el incendio, y cuando ya era incontrolable.

Pero, eso sí, seguro que la junta de Castilla y León, o como se llame el  órgano director de la satrapía, tendrá un Consejero de Agricultura, o similar, varios directores generales, y un montón de asesores…

Por no hablar, que también, de los servicios de protección civil, al frente de los cuales se suele poner al más tonto del lugar, a juzgar por los resultados.

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El gobierno –más bien desgobierno- central tiene su dirección general correspondiente, al igual que todas y cada una de las autonosuyas.

Igualmente las diputaciones provinciales, faltaría más, que hay muchos sobrinos que colocar, y en el caso de Aragón, las comarcas.

Por no hablar de que la mayoría de los ayuntamientos tienen su jefe de protección civil, o, en su defecto, su asesor de protección civil, su oficina de protección civil, con el enchufado respectivo.

Y, mientras tanto, España se quema y agoniza, en un preludio de la destrucción de la Patria, que desgraciadamente, cada día está más cerca.

Menos asesores y más bomberos.

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Ramiro Grau Morancho