21/11/2024 14:54
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Inmigración: es buenismo colocar un slogan en el Ayuntamiento “Refugees welcome”, como hizo Manuela Carmena, pero también es demagógico si a la vez ese mensaje no viene acompañado de una dotación presupuestaria especial que aportara medios suficientes para atenderlos, alojarlos, integrarlos y lograr que encontraran empleo.

Cosa muy distinta es dar prioridad urgente para acoger a quienes vienen de Venezuela, Cuba, Nicaragua o países hermanos de Iberoamérica con los que existen especiales lazos históricos y culturales, lo cual debería ser una política de Estado.

Es bueno usar a Salvamento Marítimo para recoger en alta mar a náufragos o personas que vienen en frágiles pateras y salvarlos de la muerte, pero es demagógico transportarlos a España en lugar de, una vez salvados, devolverlos a las costas de donde salieron.

Es buenismo abrir todas las fronteras de España a todo el que quiera venir aquí y es demagógico eludir responder a la pregunta de cómo hacer una economía dinámica capaz de dar empleo a todos los que vengan.

Es correcto que los europeos puedan venir a España en virtud de la libre movilidad de trabajadores y del Tratado de Schengen, pero es demagógico dejar que instalen sus campamentos en parques, jardines u “okupen” propiedades públicas o privadas.

Lengua: Es bueno y constitucional señalar que las lenguas autonómicas son respetables y españolas, pero es demagógico tolerar que el español esté siendo marginado en algunas autonomías.

Lo correcto sería que la lengua común y propia española, que es el castellano, sea lengua vehicular en toda España, sin perjuicio de que también lo sean a la vez las lenguas autonómicas en las autonomías donde existen. Es absolutamente demagógico hablar de bilingüismo cordial cuando se margina al español y cuando se crean barreras que dificultan la movilidad de los trabajadores o la posibilidad de ser empleados públicos en distintos territorios de España.

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Democracia. Es incorrecto tildar a partidos o personas de antidemocráticos cuando no solo no critican la democracia, sino que la defienden y la reclaman. Pero es demagógico callar, o lo que es peor alabar a la ideología marxista que propugna “derrocar por la violencia el orden social existente”. Eso es equivalente a no criticar o alabar el nazismo.

Transición. Es demagógico aplaudir la Transición del Franquismo a la Democracia y a la vez envenenar nuestro presente con la ley de Memoria Histórica y Democrática. A estas alturas hay información más que suficiente para afirmar con rotundidad que se dieron represiones y venganzas en ambos lados. Los españoles, por abrumadora mayoría, en el proceso de Transición quisimos perdonar y olvidar. La Memoria Histórica echa por tierra ese claro fundamento de nuestra Constitución.

Ley del sí es sí. Es demagógico pretender que la ley del “sí es sí” es correcta cuando ha producido efectos de reducción de condena por delitos sexuales, lo cual presuntamente no se quería que ocurriese. “Sostenella y no enmendalla” es un lema muy antiguo, pleno de soberbia y egoísmo y totalmente contrario al progreso, aunque parece que no al “progresismo”.

Delincuencia. Es buenismo no dar datos sobre la nacionalidad o cultura de los delincuentes, so pretexto de evitar que se generalice una mala opinión a personas de esas nacionalidades o culturas, lo cual no sería correcto. Pero es pura demagogia ocultar los datos porque ese es el peor camino para resolverlo.

Corrupción: es demagógico decir que se está contra ella y a la vez recortar el tipo del delito de malversación, permitiendo así que delincuentes de nuestro partido o de partidos que nos apoyen, se vayan de rositas. La propia presidenta de la Comisión de Control Presupuestario del Parlamento Europeo ha mostrado su preocupación por que, con esa modificación, del Código Penal español, el mal uso de los fondos europeos pueda quedar sin castigo penal.

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Igualmente es demagógico, cuando se entra a gobernar, no levantar las alfombras para comprobar si en las actuaciones del gobierno anterior hubo o no alguna responsabilidad penal. En especial cuando hay fundadas sospechas para pensar que fue así. Este tipo de actuaciones y pasividades transmite al ciudadano la impresión de que todos los políticos son iguales, que son una casta que se tapará mutuamente los posibles delitos que unos u otros hayan cometido o puedan cometer. Este mensaje de poco compromiso con la lucha contra la corrupción es uno de los peores misiles contra la democracia.

Banderas: Es correcto y constitucional el uso de las banderas de Municipios o Comunidades Autónomas, pero no lo es callar cuando se expulsa de determinados territorios o instituciones a la bandera nacional española. Inclusive habría que ir más lejos y tildar de deslealtad e incluso de traición a la Patria la tolerancia ante esas situaciones.

Autor

Enrique Miguel Sánchez Motos
Administrador Civil del Estado.
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