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Nota del Editor: Barbie Shields lo tiene fácil con Carlos Sobera para radiografiar el puro espíritu, el personaje de un mundo del entretenimiento que abarca con amable semblanza un espacio propio de sonrisas compartidas. Las profundas entrevistas a la que nos acostumbra, aún se ahondan más cuando la realiza a una persona única en su especie, absolutamente veraz. Cuando él sonríe lo hace su alrededor. Es una sonrisa luminiscente, diríase la propia sonrisa del alma, natural como él mismo, tan trascendente. Existe una sonrisa por destino, la capacidad de contagiarla, la virtud de procurarla y el prodigio de permanecer en ella. La impresión de una persona que se transparenta y alegra y motiva saber que existe alguien así, es de Carlos Sobera. Polifacético trabajador cuajado de inteligencia, desgranador de profesiones ingeniosas, creativas , muy a la medida de su carisma, obrador de ingenio en miscelánea empática, es lo más parecido a una tregua en medio de un conflicto o la representación de la mayor calma en tiempos de paz. Así es su influyente poder de presencia amable.
Diríase que cuando Carlos Sobera sonríe, lo hace la vida. Carlos nació con la misión de suavizar las vicisitudes de cada hogar en esta existencia de dura forja, que es más liviana cuando se sabe que existen personajes con una calidad humana innata; de ahí que Barbie pueda reconocerse en su gran amigo de España; amigo de España porque lo es, de todos cuantos le ven con una simpatía sabia, singular, creada por un Dios misericordioso para compensar esta carrera por la vida que Carlos Sobera ganó desde que nació: aportando una exquisita y elegante alegría que de modo innato lleva con él para todos nosotros, en esta España que le reconoce magnífico y nuestro.
ENTREVISTA A CARLOS SOBERA
Ser showman no me cuesta nada porque soy yo
En un rincón del Viso, en Madrid, de cuyo nombre sí quiero acordarme por el agradable almuerzo junto a Carlos Sobera, desvelaré que somos amigos y compañeros de profesión desde hace 23 años. Puedo admitir sin lugar a dudas que es de esos amigos de corazón, de verdad. Capaz de sorprendente y emocionarte. ¡Qué voy a decir por tanto de un hombre humano, excepcional y a quien conozco bien!
Carlos Sobera, quien fue profesor de la Universidad de Deusto, es actor, presentador, productor, goza de una carrera profesional tan dilatada que marea gustosamente. Su famoso rostro y su levantamiento de cejas resultan conocidos en todas las cadenas de televisión más importantes de nuestro país, continuando trabajando sobresaliente e incesantemente en TV.
SHIELDS: Querido Carlos, a estas alturas puedo permitirme con uno de mis entrevistados, contigo, acercarme con esta familiaridad. Estás en todas partes. Con sinceridad, ¿estás clonado verdad?
CARLOS SOBERA: (Irónico y sonriente) ¡La respuesta es sí! Y mira que es difícil clonar a uno de Bilbao, pero sí. En verdad no estoy clonado y eso hace que todo sea mucho más interesante porque solo uno de Bilbao puedes estar como Dios en todas partes.
B.S.: (Río) En serio, ¿ cómo lo haces?. ¿Cuándo descansas?. Pones la tele y apareces siempre, estás a todas horas presentando programas.
C.S.: Normalmente tengo tiempo para descansar, lo que no tengo tiempo es para viajar, para irme siquiera un fin de semana a algún sitio porque tengo teatro, y eso lo noto… Pero, dormir, lo que es estrictamente dormir, duermo, no solo por la noche, sino que me echo una siestuki de 20 minutos muy reparadora que hace que mis células grises estén activas y esto me ayuda a sobrevivir.
B.S.: ¿Entre grabación y grabación verdad?
C.S.: Sí, sí… Y es que además soy experto en dormirme en cualquier lado, eso es lo que me salva.
B.S.: Conociéndote como te conozco, sé que gozas trabajando más en unos programas que en otros, pero, durante mucho tiempo fui incapaz de seguirte en uno de tus programas precisamente porque me contagiabas tus ataques de risa nerviosa. ¿Haces trabajos con los que no comulgas?
C.S.: No. Rara vez. Porque Barbie sabes que tengo un defecto, soy muy transparente, entonces, cuando hago un trabajo con el que no comulgo enseguida se me nota y lo hago mal y provoco con ello…
B.S.: … Pero al principio con “First Dates” estabas…
C.S.: No, “First Dates” era maravilloso desde el principio para mí. Es más, yo elegí “First Dates” como un cambio consciente en el rumbo de mi carrera. Yo venía de hacer concursos en Atresmedia y opté por hacer una imagen que era completamente distinta de mí que rejuvenecía mi público, que además permitía hacer un registro que no había conocido y que podía suponer un cambio de un soplo fresco en mi carrera y en mi vida. Fue una decisión muy consciente.
B.S.: ¿”First Dates” es catártico?
C.S.: Totalmente. A raíz de “First Dates” nació un periplo que ya va a cumplir su octavo año en Mediaset maravilloso. A raíz de ahí, vino “The Wall”, “Gran Hermano”, “Supervivientes”, “El precio justo”, “Volverte a ver”… ¡Una catarsis absoluta! Reinventarse que dicen los clásicos. Es lo que hice con “First Dates”.
B.S.: ¿Tienes cláusulas en contratos dónde debes realizar algunas trabajos aunque no te gusten?, publis, etc…
C.S.: No. Los contratos de Cadenas suelen ser contratos por temporada en base a un programa que tú estés haciendo y que tiene éxito, sino no te harían contrato de Cadena, y luego la Cadena te ofrece programas que tú puedes aceptar o no en función de si te gustan o no. Obviamente si a un presentador le ofrecen 10 programas y no le gusta ninguno la Cadena terminará perdiendo la confianza en él. Pero siempre tienes la posibilidad de decir, pues en este programa en concreto no me veo, no me gusta, no me encuentro cómodo…, pero la Cadena lo respeta siempre. Y hacer por hacer también para ti como profesional no tiene ningún sentido, no te aporta nada.
B.S.: ¿Ahora tienes exclusividad con Mediaset?
C.S.: Sí. Total.
B.S.: O sea, ¿no tienen nada que hacer contigo otros?
C.S.: ¡De momento!
B.S.: Políticamente eres una persona muy neutral, siempre se te ha tenido en cuenta con mucho respeto, pero, ¿te atreverías a opinar sobre el panorama político?
C.S.: Yo tengo mi opinión que es muy personal y que nunca la doy porque yo soy un profesional del entretenimiento, yo quiero que se rían y se lo pasen bien todos, los del centro, los de izquierda y los de la derecha. Entonces no opino políticamente. Y creo que no debo hacerlo. El día que lo haga estaré perdido, como lo están todos los que opinan sobre esta cuestión. ¡Que luego yo tengo mi voto, claro! Que por cierto es errático, algunas veces voto por aquí y otras veces voto por allá, porque soy precisamente un tipo crítico. Yo busco gestión, resultados, no solamente ideología y en función de eso, premio o castigo con mi voto a los políticos.
B.S.: O sea, ¿no te atreverías a describir qué sería una España políticamente correcta?
C.S.: Odio la España políticamente correcta, odio lo políticamente correcto en términos generales. Adoro a la gente educada, pero la educación y lo políticamente correcto son dos conceptos muy distintos. Me gusta que políticamente España sea incorrecta pero que el tono sea por lo menos no agresivo y que el tono sea claramente conciliador y sosegado y educado.
B.S.: ¿Echas de menos tu etapa como profesor en la Universidad de Deusto?
C.S.: No, no… No lo echo de menos. Nada, en absoluto. A veces me gusta mucho hablar y me gusta mucho transmitir conocimientos, lo que pasa es que yo tengo pocos con lo cual poco puedo transmitir, pero compartir sí me gusta. Y en ese sentido dar clases, hablar o mantener una tertulia con gente en la que podamos intercambiar puntos de vista, eso me gusta mucho. Pero no lo echo de menos porque la TV suple esas facetas concretas y si algún día me quedara huérfano de TV o de teatro preferiría dar charlas o conferencias en las que interactuar luego con el público que ir a una Universidad o a un colegio a dar clases. No estaría mal ir a un colegio sobre todo con los de 15 o 16 años a dar opiniones que pudieran servir a los chavales sobre la vida y sobre los estudios que les pudieran orientar porque yo creo que están muy desorientados, lo estábamos nosotros ¡eh!, también. Pero ahora mismo que hay tantas posibilidades los niños están muy desorientados y con 16, 17, 18 años muchos de ellos llegan por inercia educativa a la Universidad sin saber lo que quieren hacer, lo que quieren ser…
B.S.: Desmotivados…
C.S.: ¡Muy desmotivados!, ¡sí!. Es una pena eso.
B.S.: Has finalizado la última función teatral de “Asesinos Todos”, una obra increíblemente excepcional y con la que nos hemos reído con avaricia y egoísmo. Dos veces fui a verte. ¿Ya no eres propietario del teatro Reina Victoria verdad?
C.S.: ¡Lo vendí!. Lo vendí porque nunca quise comprarlo, por eso lo vendí.
B.S.: ¡Ja, ja! ¿Y por qué lo compraste?
C.S.: Lo compré porque no tuve más remedio. Yo soy productor teatral y quise ser exhibidor teatral porque está muy bien tener un espacio donde exhibir tus contenidos. Yo quería alquilarlo, lo que hacen todos los empresarios teatrales, alquilan un inmueble y lo dedican al teatro, pero el propietario quería vender por problemas de herencia y no tuve más remedio que comprar. Pero desde el mismo día que compré…, supe…
B.S.: … que lo ibas a vender…
C.S.: … ¡que lo iba a vender!, pero ¡con el objeto de quedarme luego allí eh!, que lo he cumplido. Yo sigo siendo ahora inquilino del teatro y realizo y gestiono una actividad teatral del Reina Victoria, pero el inmueble, el edificio ya no es mío.
Rodaje
B.S.: Sé que has vivido duras batallas profesionales, que no todo ha sido un camino de rosas.
C.S.: No. Nunca.
B.S.: ¿Qué de bueno sacas de todo esto a toro pasado?
C.S.: ¿Profesionalmente? He aprendido mucho, he aprendido mogollón y aunque es un clásico, he aprendido más de los fracasos que de los éxitos. Los fracasos te obligan siempre a pensar, ¿ qué estoy haciendo mal?, o ¿en qué nos estamos equivocando?, ¿ qué podríamos hacer para mejorar el producto que tenemos entre manos? Cuando las cosas fluyen te dejas llevar y dices ¡quieto, quieto!, ¡no toques nada!, lo que funciona ni se toca. Entonces aprendes más, esto es una realidad.
B.S.: ¿Has tenido muchas zancadillas?
C.S.: No…
B.S.: ¿Y envidias?, ¿celos profesionales?
C.S.: Si los he tenido, los he sufrido anónimamente. O sea, los habré tenido probablemente; igual alguno en un despacho ha dicho, ¡no, este me cae mal!… ¡lo odio!. Puede ser, no lo sé. Pero yo repaso mi historia y sobre todo mi momento actual, los últimos 8 años en Mediaset y digo, lo que tengo es una gran fortuna, tengo mucha gente que me aprecia, que me quiere porque confían en mí.
B.S.: ¿Te sientes a gusto en Mediaset?
C.S.: Sí, en Mediaset es donde mejor me he sentido sin duda, desde mi primera época. La primera vez que vine a Madrid que fue con la serie “Al salir de clase”, que luego hice el programa “¿Quieres ser Millonario?”, que me llegaron a ofrecer “Gran Hermano”, siempre tuve la sensación de que confiaban en mí y de que me daban cosas, que tenían confianza en mi capacidad profesional.
B.S.: ¿Te sientes más a gusto que en Atresmedia?
C.S.: Sí… Yo creo que Atresmedia fue una gran casa de acogida para mí, pero Mediaset siempre ha sido la casa de mi madre…
Rodaje
B.S.: ¿Prefieres ser showman o prefieres la interpretación?
C.S.: Yo soy en mi vida real tremendamente espontáneo, me encanta la improvisación, el humor irreverente, la coña, la retranca, la ironía… Entonces, ser showman me viene como anillo al dedo. No es que me encante más ser showman que actor, es que ser showman no me cuesta nada porque soy yo y ser actor me implica disciplina, trabajo, concentración, estudio…, porque hago otro personaje. Pero me gustan las dos cosas.
B.S.: ¿Cuánto de nervioso te pone el share de audiencia?
C.S.: Me pone nervioso pero no en el sentido de… a ver, para mí el share es un poco el rey Salomón, es el que dicta sentencia. Entonces, si tienes una buena audiencia sabes que tienes trabajo y si no, no es que lo pierdas tú que a veces tú no lo pierdes. Yo por ejemplo tengo un contrato de cadena, un programa puede ir mal, bueno, la cadena tendrá otro para ti. Pero hay mucha gente que se va al paro y entonces, de repente, te da una tristeza tremenda porque un tejido personal, humano, que se ha producido en torno a un proyecto se pierde, se rompe, con traumas personales. Eso es muy doloroso. En ese sentido sí me pone nervioso la audiencia. Y luego, si hago un 18 o un 21… me la sopla.
B.S.: ¿Crees que un programa en sus comienzos que empiece a tener una audiencia muy mala se le debe dar oportunidad como sucedió por ejemplo con la serie de Tele5 “La que se avecina”?
C.S.: Hay programas que llegan y besan el santo. Esto es así. Y hay otros que llegan y son rechazados por la audiencia de inicio y no tienen nada que hacer. El común de los mortales de los programas, la radiografía más habitual médicamente hablando es que un programa llegue y le cueste buscarse un hueco, todo va a depender de la hora de emisión y de su competencia. Decía Eddy Mercks a mí no me cuente usted qué tours ha ganado, -, ¡ah! es que ha ganado una vuelta a España, dos giros y un tour…, -, ¡no!, a mí no me cuente eso, a mí cuénteme usted a quién le ha ganado el tour, ¿la vuelta o el giro?. Pues esto es igual. ¿Este contra quién va?, ¿contra quién lucha usted? Esa es la clave de todo. Hay programas que necesitan tiempo porque hay que crear hábito de consumo y el hábito de consumo, sociológicamente hablando tarde un mínimo de dos o tres meses en producirse, si te gusta el producto. Si no te gusta pues tarda mucho más o nunca, pero si te gusta tarda dos o tres meses, por lo tanto hay que tener paciencia y cuanto mayor sea tu rival, más paciencia tienes que tener.
B. Shields y Carlos Sobera (Radio) |
B.S.: Estábamos hablando antes, off de record, sobre uno de tus programas, “El precio justo”, ¿ cómo llevas las audiencias? La cuarta semana ¿verdad?
C.S.: ¡Cuarta semana hemos empezado ahora! Con esperanza porque veo que semana a semana vamos mejorando y lo que ocurre es que hay una realidad incuestionable, hasta que “Pasapalabra” no dé su bote y deje de estar ese concursante que tanto ha enganchado al público no tendremos la oportunidad de que gente que ya tiene el hábito de ver “Pasapalabra” se permita el lujo de ver otras cosas. Cuando vean otras cosas y nos vean a nosotros, algunos decidirán que no nos volverán a ver y otros se quedarán con nosotros ya para siempre. Hasta que no llegue ese momento hay que tener paciencia. Pero al principio estaba un poco decepcionado y ahora estoy esperanzado y yo creo que “El precio justo” teniendo paciencia terminará teniendo su hueco y terminará asentándose.
B.S.: ¿”Pasapalabra” es perenne?
C.S.: (Chistoso) ¡Como los pinos del Canadá!. No, es un gran concurso que se ha labrado su presente gracias precisamente, en gran parte a la labor que hizo Mediaset. En “Pasapalabra” en su primera edición en Antena 3 triunfó pero luego vivió una decadencia importante, fue Tele 5 quien recuperó el formato en 2007 y lo convirtió en lo que es ahora, un monstruo absoluto que tiene generada y ganada la confianza del espectador.
B.S.: ¿Cuántos años lleva en antena?
C.S.: Pues desde el 2007 hasta ahora lleva 14 años seguidos, entre Tele 5 y Antena 3 y antes estuvo entre el 2000 y el 2006 más o menos en Atresmedia, o sea lleva casi 20 años.
Carlos Sobera y B. Shields |
B.S.: Pregunta difícil. ¿Qué opinas de “Sálvame”?
C.S.: A mí es un programa que me gusta, me parece que es un programa muy meritorio. Primero, el que hayan sido capaces de crear un universo tan particular que llame la atención de la gente. Me parece meritorio. Y en segundo lugar me parece que es un programa…
B.S.: … ¿no es para desviar la atención de lo que sucede en España?
C.S.: … no…, porque…
B.S.: … ¿para entretener a las marujas con perdón?. Haberlas haylas.
Sonreímos piadosamente.
C.S.: … no…, me temo que no. Yo creo que…
B.S.: Sí, porque parece ser que lo ve todo tipo de gente.
C.S.: Decía y dice Arzuaga el director del centro de Atapuerca de Burgos, que el chisme, que no es lo mismo que el cotilleo, es la base del sistema social, y yo pienso igual. “Sálvame” es la cueva del chisme, pero el chisme es formador e informador y forma parte también del tejido social de un país, por eso la gente lo ve.
B.S.: De hecho Belén Esteban es motivo de estudio en la universidad en Francia como fenómeno social.
C.S.: ¡No lo sabía! ¿Sí!
B.S.: ¡Pero desde hace ya tiempo!
C.S.: ¿ Como fenómeno?
B.S.: ¡Como fenómeno social!
C.S.: Bueno…, es una mujer que ha sabido entroncar muy bien con valores muy básicos que la gente necesita, entiéndase respeto, transparencia, sinceridad, espontaneidad, compromiso, maternidad… Entonces, la gente se reconoce en esos valores y por eso la admira. Yo eso lo puedo entender perfectamente y además me parece plausible. ¿Qué te voy a decir?
Carlos Sobera y Barbie Shields
B.S.: Sí. Si entender, se entiende.
C.S.: Yo lo entiendo y me parece normal que la gente se identifique.
B.S.: Películas, series de TV… De todas hasta ahora, ¿de cuál guardas mejor recuerdo?
C.S.: Como serie guardo muy buen recuerdo de “Al salir de clase”.
B.S.: Fueron muchos años también…
C.S.: Yo solo estuve un año. La serie duró 5 o 6 años. ¡Fue un éxito! Y como película tengo muy buen recuerdo de “Rigor Mortis” porque además es una película que produje yo e hicimos un gran esfuerzo de todo tipo y fue muy satisfactoria. Fue un rotundo fracaso (ríe), pero fue muy satisfactoria en lo personal y fue una escuela extraordinaria.
B.S.: ¿Alguna anécdota incontable de algún rodaje?
C.S.: ¿Incontable?
B.S.: Ja, ja… ¡Incontable! Que me lo puedas contar.
C.S.: Siempre que me preguntan eso llego a la misma conclusión; mi vida es un puto aburrimiento porque no tengo ninguna anécdota así incontable…
B.S.: ¿Es todo así tan lineal? ¡No me lo puedo creer Carlos!
C.S.: Barbie, te juro que a mí no me ha pasado nada digno de mención en ningún rodaje… No… Algo maravilloso, algo estrambótico, ¡terrible o extraordinario!
B.S.: Sensaciones, espectacular, agotador, que te hayas reído mucho, que te haya sido agobiante. Algo.
C.S.: Agotadores son todos. Lo sabes. El cine es muy agotador. No es nada recomendable.
B. Shields y Carlos Sobera
B.S.: ¿Algún cortometraje absurdo y muy loco?
Reímos cómplices. Fue un rodaje cómico en el que trabajamos juntos.
C.S.: (Reímos) … ¡Sí!… ¿Alguno de esos sí que he hecho! Pero son locuras muy divertidas y necesarias.
B.S.: Emocionalmente, ¿ cómo me describirías “First Dates”?
C.S.: ¿Emocionalmente?… Como una gran oportunidad para conocerse a uno mismo y para abordar el amor, sobre todo para conocerse a uno mismo. Hay mucha gente que llega a First Dates a buscar pareja y a través de lo que le pasa en esa primera cita descubre muchas cosas de sí mismo, lo que le gusta lo que no, lo que hace mal, lo que hace bien.
B.S.: ¿Puedes contar algún intríngulis del programa?, ¿algún secretillo?, ¿curiosidad?
C.S.: … Mmmm… Bueno, alguna cosa ha ocurrido que nunca se ha emitido y tal pero que tampoco…
B.S.: ¿Por ejemplo?
C.S.: Hemos llegado a tener parejas que políticamente han chocado tanto que desde la barra hemos tenido que enviarlas a su casa sin pasarlas por la mesa.
B.S.: ¿Y no se ha emitido claro?
C.S.: No. Ha pasado una vez pero ha llegado a ser muy violento desde el punto de vista emocional.
B.S.: ¿Todo lo que entra allí es real? ¿Todo?
C.S.: Hasta donde yo llego, sí. Lo que ocurre es que nuestro equipo de redacción es muy bueno y busca gente común y gente no tan común. Y la gente no tan común resulta muy sorprendente por lo que hacen por lo que dicen, por cómo viven la vida, el amor…, y sorprende mucho. Un poco el mecanismo de defensa del espectador es pensar que son actores y creen que lo que están haciendo no es real, pero ¡lo es! España es así.
B.S.: ¿Tenéis un buen equipo de psicólogos o terapeutas para conformar y seleccionar a las parejas?
C.S.: No.
B.S.: ¿Cómo lo hacéis?
C.S.: Yo creo que dirección y redacción llevan un criterio mucho más simple. Al final se busca la mayor afinidad posible, no en todo se coincide.
B.S.: ¿Qué equipo tenéis de expertos para buscar esa afinidad?
C.S.: ¿Psicólogos y demás? No creo que haya ninguno.
B.S.: ¿Ni uno?
C.S.: Ni uno. Tampoco lo necesitamos.
Carlos Sobera y Barbie Shields (Radio)
B.S.: O sea, es prácticamente al azar.
C.S.: No, al azar no. Hay un equipo de redacción, de periodistas que llevan en el mundo del corazón mucho tiempo y que conocen muy bien el tema, que analizan cómo son las parejas y buscan, ¡fíjate lo que te voy a decir!, el mayor grado de afinidad, lo cual quiere decir que siempre hay algo en lo que las parejas puedan chocar. Se busca que sean cosas nimias pero a veces no son tan nimias, que se convierten de repente por arte de birlibirloque o por química entre los dos en cosas que aunque eran nimias ahora son fundamentales, pero se busca el mayor grado de afinidad. Rara vez se equivocan, lo que pasa es que luego el amor no lo controla nadie. A ti te puede gustar el Atleti y a mí también y podemos cenar mil veces juntos y no por eso vamos a ser una pareja.
B.S.: ¿Cuántas parejas lleváis que se pueden contabilizar hasta ahora?
C.S.: Yo creo que hemos pasado ya las 1300 parejas.
B.S.: ¿En cuántos años?
C.S.: En cinco años. Hemos empezado ya el sexto. Ya el sexto está en movimiento.
B.S.: Imagino que seguirá y seguirá…
C.S.: En la tele todo es pasajero pero tal y como está el programa de fuerte…, mínimo dos, tres años…
B.S.: Me costó uno, dos años verte en First Dates. Ya lo sabes. Como te conozco y conozco tus ataques de risa y el porqué de ellos, yo lo pasaba muy mal…
C.S.: … Ya, pero bueno… ¿Ves?, eso me vino también muy bien, mostrarme de una forma distinta. Y en este programa ¡he tenido ataques de risa! porque ha habido cuatro, cinco, diez…, que con sus afirmaciones, con su conducta me han provocado… Pero como el espectador que lo ve en casa que cuando lo ve dice, ¡joder, la madre que lo parió! Pero para mí ha sido un programa muy bonito de hacer siempre, me lo he pasado bien, me sorprendo…
B.S.: Con los años se te ha ido viendo tu encaje en el programa y sintiéndote a gusto cada vez más.
C.S.: Sí. Cada vez más ha ido más relajante.
B.S.: Claro que yo te veo más desde el punto de vista personal porque te conozco, pero me ha pasado eso contigo. Los primeros años no te podía ver, lo pasaba mal.
C.S.: ¡Qué curioso!
B.S.: Sí porque te daba el ataque de risa y yo sentía vergüenza ajena. Pero no por ti…
C.S.: ¡Qué curioso!
B.S.: ¡Sí! Es más, Marcos García-Montes, amigo en común quien también te conoce tanto y que sabía por qué me costaba tanto verte, me decía, Barbie, es el mejor programa de la TV, es lo primero que veo cuando llego a casa. Tienes que ver a Carlos. Ahí no hay pantalla alguna, no es internet. Es cara a cara. Las parejas están al natural. Y ahí me convenció.
C.S.: ¡Sí! Y es verdad. Ahí hace una buena definición, no hay pantallas. El gran escritor Luis Landero que yo le sigo, le leo, decía no hace mucho en El País, en el Semanal, que era un programa First Dates por lo que los escritores tendrían que pagar para ver.
B.S.: ¿Sabrías decirme cómo está el panorama en TVE? ¿Sigue controlándola Pablo Iglesias?
C.S.: ¡Joder, no tengo ni idea! ¿La ha controlado TVE Pablo Iglesias? ¿Sí?
B.S.: Fue una de sus peticiones a Pedro Sánchez cuando se fusionaron y negociaron. Como controlar el CNI.
C.S.: ¿Ah sí?… ¡Pues no tenía ni idea!
B.S.: Ahora que presuntamente se ha pirado o le han pirado de la Vicepresidencia del Gobierno por eso te preguntaba, por si sabías cómo está el asunto.
C.S.: Pues no lo sé. Yo en TVE veo que sufre mucho en su programación. No lo tiene fácil. Bueno, hace apuestas que me parecen interesantes desde el punto de vista del entretenimiento y de la ficción, que es lo que yo sigo ¡eh!, porque los programas de política, los informativos, los programas tertulia y demás no suelo seguirlos. La verdad es que tiene apuestas interesantes pero no sé qué le está pasando que no es un canal que termine de arrancar y mira que hace esfuerzos, y luego hay cosas muy loables, a mí me encanta que hagan tanta ficción por la tarde por ejemplo. Pero bueno, es un canal que lleva en sufrimiento demasiado tiempo ya.
B.S.: Me da miedo preguntarte esto pues con todo lo que tienes encima de trabajo, ¿tienes algún proyecto nuevo a la vista?
C.S.: ¡Nooo…!. Ahora tengo que luchar para que “El precio justo” se asiente, continuar con “First Dates”, acabar la temporada de “Supervivientes” y cuando toque regresar con nuevos programas de “Volverte a ver”…, pues estar allí. Ni tengo ni quiero tener porque eso significaría que algo de lo que tengo se cae y no quiero que se caiga nada.
B.S.: Además, sabiendo que eres un viajero imparable, ¿ cómo llevas eso?
C.S.: Fatal. Lo llevo fatal.
B.S.: ¿Sigues creyendo que tienes un clon o un antepasado que fue a las Américas y que por ello te tira tanto viajar a esa zona?
C.S.: (Se sonríe) ¡Sí!, sigo pensándolo. Probablemente, una de dos, o fui un conquistador español en el siglo XV o fui un indígena inca. Sí, porque mi atracción por el mundo precolombino es absoluta. Viajo mucho. Me gustan todas las culturas, especialmente la americana, pero viajo mucho a Asia, África… Me encanta viajar. Mi último viaje de largo fue a Miami en enero del 2020, con eso te lo digo todo.
B.S.: Pues ya somos dos. ¿No has vuelto a salir fuera de España desde el comienzo de la pandemia?
C.S.: No. No he podido.
B.S.: ¡Ya podrás!
C.S.: ¡Eso espero! (Alegre)
B.S.: De todo lo que llevas conocido hasta ahora, ¿con qué te quedas?
C.S.: ¿Del mundo?… Hombre… eso es como ¿ qué quieres más a papá o a mamá?. ¿Cuáles son tus tres mejores películas?. ¡Es que tengo 30!, ¡y necesito las 30!
B.S.: Me encanta tu respuesta porque es mi respuesta también.
C.S.: ¡Claro!, pero de todas maneras a mí me encanta Perú y México. Me chiflan porque lo tienen todo. Tienen cultura precolombina, tienen arquitectura, tienen geografía, naturaleza…
B.S.: ¿Qué le da miedo a Carlos Sobera?
C.S.: La enfermedad y el dolor.
B.S.: ¿Por qué lo dejarías todo?
C.S.: Por la persona que amo.
B.S.: Tu color favorito y por qué.
C.S.: Pues creo que el azul, porque me favorece y porque es el color del cielo y me gusta mirar el cielo.
B.S.: Coincidimos. ¿Qué supone para ti la empatía?
C.S.: Entender a los demás, escucharles.
B.S.: Una frase que englobe qué es el amor para ti.
C.S.: Escuchar mucho y hablar poco.
B.S.: ¿Qué es lo que más te duele a título personal?
C.S.: La traición.
B.S.: Guau, para mí es determinante. ¿Qué es lo que más te pierde?
C.S.: La belleza.
B.S.: ¿Qué significa la amistad?
C.S.: Un motivo bonito para vivir.
B.S.: ¿Te da miedo la soledad?
C.S.: La impuesta sí, la voluntaria me encanta.
B.S.: Carlos, ¿tú me has estado escuchando o qué? Eres mi eco. ¡Qué manera de coincidir!… ¿Qué es la felicidad?
C.S.: La ignorancia en grado sumo. Cuanto más sabes, menos feliz eres. El ignorante del todo es una persona feliz, pero vamos, de una manera absoluta.
B.S.: ¿ Como los negritos de África?
C.S.: No, los negritos de África saben mucho, probablemente más que tú y que yo. No son nada felices. Hablo simplemente del conocimiento de la verdad, de la realidad.
B.S.: Como un viejito de 90 años de una aldea que no haya estudiado en su vida.
C.S.: Claro, probablemente incluso sea el mayor sabio que jamás haya conocido en la tierra. Seguro.
B.S.: Defíneme a Carlos Sobera.
C.S.: Un tipo normal. Así soy yo. Soy muy normal. Para todo. Normal. Soy muy normal.
B.S.: ¿Ya!… ¿No quieres añadir nada más? Por mí ya ha terminado.
C.S.: (Ríe) Sí, sí… Es que no debo añadir nada más.
Nos sonreímos.
B.S.: Cierro y corto.
Por B. SHIELDS
Escudo Veraz
*Entrevista reeditada del 2021.
Autor
- Productora Creativa. Experta en conducta criminal. Periodista
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