06/10/2024 00:49
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Tal y como se dijo en la presentación de esta Serie de artículos por parte del subdirector de este prestigioso y comprometido Digital Católico, la intención de dicha Serie, y de manera más especial de algunos de sus artículos, es exponer el mal y la falsedad, y hacernos más capaces de discernir el bien del mal, lo limpio de lo sucio, lo pecaminoso de lo inmaculado, y hacerlo de una manera valiente, con coraje y honor, por medio de la Milicia Inmaculada.

El artículo de hoy pretende hacer esto respecto con una cuestión de actualidad y de importancia clave: La pertenencia a la masonería de políticos y agentes sociales, y más en concreto de aquellos que son identificados con los valores religiosos cristianos, tradicionales o nacionales. 

¿Qué lleva a alguien, de manera personal y como líder o representante político a querer ser masón? ¿Cómo reconocerlo para poder rechazarlo y exponer su maldad? 

La decoración del templo y su disposición, los jalones del rito, las palabras de paso, los emblemas y las alegorías, todo el simbolismo en la logia, y para el masón, puede dar la impresión de ser casual o mero folclore vacío de significado, un conjunto de elementos ornamentales pueriles, pero nada más lejos de la realidad. 

Para los masones, nada en el Orden es casual o pueril, sino que tiene un significado específico al que sirve. Como leemos en el Manual de Simbología Masónica: 

“Ningún rito carece de valor. Aunque se realice de forma mecánica, el acto ritual tiene su eficacia. El mandil advierte al inconsciente que no puede seguir siendo el mismo hombre. La mano colocada en la garganta contiene las pasiones en le pecho. El signo de la escuadra que mi cerebro ha de juzgar con imparcialidad y debe estar en calma. El dedo índice apuntando al que se saluda con la mano, el reconocimiento, tal y como vemos en la foto de portada en la que están el Rey de España Felipe VI con el presidente del Partido Político VOX. Las manos en forma triangular la búsqueda de equilibrio hacia la tierra o cielo. En forma circular, la centralidad o nexo de equilibrio y unión, como vemos en la otra foto escogida en la que se ve al mismo líder de VOX a la derecha, a la izquierda a José María Llanos, de VOX – Valencia, y en el centro a Fernando Millán, Maestro de la logia Blasco Ibáñez, laicista y republicana”. 

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Hace falta ser un necio carente de inteligencia y perspicacia, o un masón, para negar el valor de esta simbología para “los hijos de la viuda” o de “la Sinagoga de Satanás”.

Siguiendo con la importancia del símbolo para los masones, afirman: 

“La auténtica iniciación está toda contenida en el simbolismo y en el ritual masónico. El iniciado es propiamente el resultado de la eficacia del simbolismo”. Con independencia de que se acepte o no la connotación casi mágica del simbolismo para los masones, y en especial para los más gnósticos o cabalísticos, lo que es absolutamente aceptado es su importancia a la hora de conformar la mentalidad críptica, mistérica y esotérica en todos ellos, sea cual sea su adscripción política e incluso profesional… Son seres que se mueven en el secreto, la simulación, el transfuguismo y lo oculto.

Dicho todo lo anterior, además, el simbolismo crea una vinculación del masón con la Orden y le hace ingresar en el “selecto y elitista círculo de los familiares de forma progresiva” y en un grupo que logra la interpretación de los signos, de la doctrina y de la visión o “luz masónica”.

En la medida que el masón se va familiarizando con los símbolos masónicos y sus explicaciones se va transformando y liberando de las concepciones previas a su iniciación… Va entrando en una Nueva Normalidad o Nuevo Orden, y con él o ellos los que le rodean.

Dado que la persona que decide iniciarse en la masonería no tiene una completa comprensión de lo que es y de lo que implica ser masón, sus motivaciones (a diferencia de las que motivan al ingreso en una Orden Religiosa, de Culto a Dios y Servicio a su Iglesia) son el anhelo de un poder de conocimiento que otros no tienen, que es accesible a unos pocos y que les lleva a materializar acciones atípicas y fuera de lo normal en la política y en la sociedad. 

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Dichas “acciones y conocimiento” son tan antiguos como el gnosticismo naturalista y anticristiano. De ahí que las letras I.N.R.I para los judeo-masones sean interpretadas como Igne Natura Renovatur Integra (la Naturaleza se Renueva por Entero por el Fuego) y no como Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum. El simbolismo judeo-masónico es la coagulación o síntesis de la doctrina naturalista de la masonería. 

En definitiva, como conclusión y sin ánimo de hacer más extenso este artículo, debemos tener clara, y estar convencidos de, la importancia de la simbología masónica en los masones (en sus obras, acciones y entre ellos) para que de esa forma podamos identificarla, interpretarla y exponerla pues, citando al Papa León XIII: 

“Sea vuestra inquietud y anhelo el exponer a la Luz de Cristo y al Día, la luz tenebrosa de sus obras y la Oscuridad que procede de su Padre para que seáis hallados dignos de recibir la Honra y la Corona de la Vida por parte del Único Señor, Arquitecto y Piedra, Jesucristo”.

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