El Gran Calavera. Por Rafael López 

El gran calavera es una estupenda película mejicana del gran D. Luis Buñuel. La producción, creo que, es del año 1949 y los actores principales son Fernando Soler, Rosario Granados y Andrés Soler, acompañados por un elenco de actores de gran nivel. La trama es relativamente sencilla: un hombre de negocios pierde a su Esposa, y al enviudar se arroja en los brazos de la bebida desatendido sus intereses y comprometiendo muy seriamente su economía. Su hermano Gregorio tratará de hacerle ver el peligro, mediante la escenificación de que está arruinado.

 

Esta película supuso una tabla de salvación para Buñuel ya que fue la que le permitió desarrollar su etapa mejicana (para mi la mejor). Dada las características del director les puedo asegurar a los lectores, de este gran medio, que no deben albergar ningún tipo de reservas para su visionado y que lo podrán hacer, perfectamente, en compañía de sus Hijos. 

 

El gran calavera es una ‘rara avis’ en la filmografia del calandino, porque básicamente es una comedia (además de primerísimo nivel), sin embargo D. Luis siempre aprovechaba cualquier oportunidad para dejar detalles «marca de la casa». Sabe manejar, perfectamente, el ritmo de la historia y lleva a buen puerto la dirección de unos actores solventes obteniéndose un resultado final sin fisuras. 

 

Los diálogos son de primer nivel y el equipo técnico ofrece una calidad de imagen y sonido más que aceptable para una producción de aquella época. 

 

Como siempre, a modo de despedida, les comentaré una escena o diálogo. Están los criados de la casa (un hombre y una mujer) en una dependencia de la misma,  la mujer haciendo una labor con ganchillo y el hombre fumandose un puro de su amo mientras realiza un solitario con una baraja española. En ese momento llaman a la puerta y le dice la mujer al hombre :

– ¿Abres tu o abro yo? 

A lo que le contesta el hombre :

– Abre tú, no ves que estoy muy ocupado 

 

En fin, se puede visualizar esta película por Internet, y la recomiendo sin reserva alguna. Para quien conozca esta delicia de cinta, seguro que no necesitaría exhortaciones por mi parte para su revisionado y disfrutar, durante hora y media, de la compañía de D. Ramiro y su familia.