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La política criminal de Sánchez y su banda, no puede quedar sin respuesta penal.
Todos somos responsables de nuestros actos, por acción o por omisión, y los votos no amnistían los delitos.
El presidente del gobierno, y su banda, llamada PSOE, llevan cinco años perpetrando actuaciones en contra de España y de los españoles, y esos hechos no pueden ni deben quedar impunes.
La Sala Segunda del Tribunal Supremo, y es triste decirlo, ha actuado más como escudo protector de los aforados –casos Bono, Ábalos, etc.-, que cómo órgano judicial competente para el enjuiciamiento del gobierno.
¿Qué nos deparará el futuro…?
Parece obvio que una vez perdido el fuero –y los diputados y senadores también están aforados-, serán jueces normales y corrientes, profesionales, los que pueden investigar las fechorías de Sánchez y de la práctica totalidad de sus ministros, con alguna rara excepción, pues hay algunos que no se sabe que hagan nada, salvo cobrar.
Son tantas las actuaciones gubernamentales que incurren en delito, o, directamente, en traición a España, casos del Sáhara Occidental, Canarias, o Gibraltar, que los magistrados del Supremo que sean conscientes de sus responsabilidades, harían bien en coger el toro por los cuernos, y actuar en consecuencia.
El artículo 102, 2, de la Constitución estable que “Si la acusación fuere por traición o por cualquier delito contra la seguridad del Estado en el ejercicio de sus funciones, sólo podrá ser planteada por iniciativa de la cuarta parte de los miembros del Congreso, y con la aprobación de la mayoría absoluta del mismo”.
En otras palabras, que con un PP que ejerce más de sostén del PSOE que de partido de la oposición, es casi imposible pedir la responsabilidad criminal de Sánchez, por diversos asuntos, que son del dominio público.
Ahora bien, los españoles con nuestros votos, podemos reducir su partida (no es un error) a la nada, como ya ha sucedido en Francia, por ejemplo.
Al fin y al cabo, es lo que se merecen.
Y entonces, ya vendrán los jueces ordinarios a cumplir con su deber, como siempre han hecho, pues “todavía quedan jueces, en Madrid, y en España”.
A Dios gracias.
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47 años de crímenes espantosos en España perpetrados por unos y otros, por derecha o izquierda:
Millones de abortos.
Eutanasia.
Delincuencia desatada desde la primera amnistía, en la que los delincuentes eran más dueños de las calles que la policía.
Destrucción de miles y miles de familias con divorcio, pornografía, despenalización del adulterio, fomento de la promiscuidad, fomento de la perversión generalizada, fomento de la prostitución, ridiculización, criminalización y persecución de la castidad, degradación y animalización (progresismo) de mujeres, hombres, niños, ancianos…
Robos, atracos, asaltos, asesinatos impunes, destrucciones de propiedad, violaciones impunes, incluso de menores, con un sistema judicial corrupto hasta el extremo, que se ha prodigado, con menores o sin ellos y con información vaginal o no, en garantizar la seguridad de todo tipo de criminales y golpistas…
Heroína, cocaína, porros, drogas de diseño por torrentes, degradación de la juventud incitándola a colocarse y convirtiendo a España en un narcoestado democrático…
Caída en picado de la natalidad, nupcialidad y de la estabilidad matrimonial desde hace más de cuarenta años, cuando empezó la democracia.
Ridiculización del vínculo sagrado del matrimonio, equiparando la unión ante un alcalde o concejal, un papel de un registro civil o la asquerosa sodomía a la unión de hombre y mujer por amor, por donación mútua ante Dios.
Corrupción sexual de niños y adolescentes hasta en las aulas.
Perversión generalizada de todo tipo de espectáculos.
Asesinatos de centenares de personas por ETA, GRAPO, FRAP, 11 M, etc. impunes en sus autores.
Expulsión de ejército, guardia civil y policía de Vascongadas y Cataluña.
Reducción del ejército a un mero ministerio de oficinistas sin medios.
Fomento de la invasión de inmigrantes con privilegios que los españoles no tienen pero pagan con impuestos (robo masivo).
Huelgas destructivas y terroristas.
Desempleo perpetuo creciente.
Pobreza rampante en cada vez más millones de hogares.
Reducción de la generación de electricidad para disparar su precio con destrucción masiva de centrales hidroeléctricas, presas, centrales térmicas, centrales nucleares, etc.
Atentados terroristas ecologistas contra la vida de millones de personas quemando bosques para sostener su violencia climática asesina de la que en nada acusan a China, el mayor contaminador de la tierra, aliado de los rojos.
Pobreza, miseria, divergencia con los países más ricos.
Corrupción institucional creciente: BdE, INE, organismos para la «competencia», CNMV, juzgados, etc.
Suicidios, depresiones, locura generalizada en cada vez mayor porcentaje de población…
Medios de manipulación inundando con torrentes de mentiras todos los hogares siendo corresponsables del lavado de cerebro masivo y de la instigación de odio continuo…
Censura arbitraria y política.
Liberticidio generalizado.
Robo masivo con impuestos, expolio, parasitismo…
Gasto público despilfarrador e ineficiente para compra masiva de votos que crece sin freno.
Deuda pública impagable financiada con la hiperinflación creada por el BCE, institución eurocorrupta y criminal de millones de pobres.
Economía semi planificada (agricultura funcionarial que no puede existir sin la PAC, minería hiper subvencionada, industria que no existiría sin miles y miles de millones de subvenciones corruptas a reventar, empresas de todo tipo que no pueden sobrevivir sin dinero público o contratos públicos, empresas de servicios públicas con pérdidas crecientes e incontroladas, corrupción empresarial vomitiva, socialismo empresarial fariseo sin rubor alguno…).
Recalificaciones de suelo generadoras de millones y millones de euros de corrupción inmobiliaria impunes durante décadas y con imposibilidad de acceso a vivienda a cada vez más jóvenes y apelotonamiento de población en ciudades cada vez más insalubles.
Okupación masiva de viviendas del modo más impune y egoísta.
Narcopisos y erosión del derecho de propiedad.
Imposibilidad de herencia para los pobres por el expolio impositivo.
Etarras y antiespañoles del odio a España y los españoles en puestos de poder para facilitar la «venganza» histórica de la que guardan buena «memoria».
Empresas públicas muy rentables privatizadas para los ricos de los partidos políticos en un proceso amortizador más corrupto que los del s. XIX que las putas de los políticos callan como lo que son.
Impunidad total para todo tipo de cargos políticos ante todo crimen y latrocinio perpetrado.
Tribunales mafiosos a más no poder que dejan impune la incitación a la guerra civil con el golpe de estado en Cataluña y que excarcela etarras.
Enchufismo de arbitrariedad extrema por razones políticas o de parentesco, opacidad total en el acceso a la función pública, con abuso de presupuesto público.
Despilfarro descomunal en un Estado semi soviético, ineficiente en extremo, nido de inútiles e incompetentes ladrones a los que no se les puede despedir.
Implacable persecución de los que no pagan impuestos para no mantener la corrupción extrema.
Sindicatos y patronales terroristas y responsables, con sus miles de miembros y beneficiarios, de holodomor democrático.
ONGS corruptas en extremo, chupasangres y vampirescas de dinero público sin utilidad alguna salvo para compra de votos.
Chiringuitos por decenas de miles, inservibles salvo para asegurar los votos
Trillonarias subvenciones a empresarios del partido, a afiliados, a simpatizantes, a estudiantes subnormales analfabetos del partido, a votantes incondicionales como putas por un plato de lentejas
Universidades reducidas a centros de adoctrinamiento y de futuros funcionarios de partidos políticos, inútiles e incompetentes y con expedición de títulos según afinidad política o sindical en las públicas, o comprados en las privadas.
Destrucción del ejército con su politización masiva y subordinación a USA mediante la OTAN, convirtiéndolo en un ejército no español.
Destrucción y humillación de guardia civil y policía, hoy a las órdenes de etarras y antiespañoles.
Destrucción del patrimonio católico, profanación de tumbas, derribo de cruces por ser «símbolo franquista», etc.
Odio inextinguible a Franco y descendientes de sus partidarios dando cumplimiento al odio prometido durante 40 generaciones.
Despilfarro descomunal en obras públicas, cursos de formación, eres, ertes indefinidos, etc.
Titos bernis que se callan por todos para taparse mutuamente la corrupción de unos y otros.
Genocidio de más de 100.000 españoles con el ébolavid procedente de China en 2020.
Estado policial al más puro estilo soviético recluyendo en sus hogares a toda la población, menos los golfos y puteros y putas políticos.
Inoculación masiva de la población de a saber qué veneno o sustancia, con efectos secundarios por ver en los próximos años.
Corrupción irredenta en cuerpo y alma.
….
Pero tranquilo todo el mundo, los jueces y tribunales pondrán todo en orden, que para eso están, según el autor del artículo.
Si no creemos en el Estado de Derecho, pues apaga y vamonos…
¿Qué solución hay, según usted?
Ya que usted es tan «valiente»,
¿porqué no nos ilustra con su nombre y dos apellidos…?
Aquí hay muchos que son muy valientes, escondidos en su casa, y detrás de un seudónimo.
Confio y espero que la Justicia, asi, con mayúsculas, los ponga en su sitio, más bien pronto que tarde.
La justicia con mayúwculas es divina porque es cosa de Dios y es en la única que puede verdaderamente confiarse. Punto.
Eso, que sigamos legitimando este hediondo sistema con nuestros votos. Y qué delicado es el articulista, (no) indicándonos a quién hay que votar según su brillante criterio. Por cierto, puestos a juzgar habría que empezar por el PSOE de Felipe G. y Guerra, tan alabados como grandes «Hombres de estado» por su partido de su amor, sus desvelos y sus entretelas. Ni mil Diógenes, con sus lámparas, encontrarían esos mirlos blancos políticos y judiciales de los que habla.
Creo que ya somos todos mayores de edad, para saber a quien debemos votar, y a quien no.
Y no hay sociedad civil.
Los jueces están atados de manos, y sólo pueden actuar cuándo hay denuncias y querellas, y la «sociedad» es incapaz de defenderse, porque todos quieren enchufarse, recibir ayudas y subvenciones, etc.
En el pecado llevamos la penitencia.
Y de la fiscalía no esperemos nada, absolutamente nada, pues como dice Pedro Sánchez, Antonio para los amigos, «la fiscalía de quién depende, eh…?
Pues eso.
¿Y quién le pone el cascabel al gato…?
Resulta obvio que el Tribunal Supremo nunca investiga a los políticos con mando en plaza, y solo se ceba con los cesados, apartados por sus partidos o partidas, etc., es decir, con los árboles caídos.
(Del Tribunal Constitucional de CONDE-PUMPIDO, prefiero no hablar, pues podría ser «delictivo» -más bien considerarse-, lo que dijera…).