El futuro de la humanidad es de los imbéciles. Por Patxi Balagna Ciganda

Cualquiera que observe a los presidentes de los países y a sus políticos más notorios, podrá percibir que algo está muy mal.

¿Es Pedro Sánchez alias Antonio «el encarcelador», el baranda de la fiscalía, el «falconetti», el gerente del desastre, el encargado de la agenda (2030), el tío más preparado de España,?

¿Es Irene Montero un ejemplar de mujer – o lo que sea que se auto perciba –  inteligente? ¿Sería Yolanda Diaz alias «Lady Paro» y «Bambi es bonito», alguien capacitada para algo?

¿Positivo o constructivo?

¿Son alguno de los que están en el gobierno exponentes relevantes de algún tipo de intelectualidad?

¿Son los más sagaces, perspicaces y hábiles para llevar un país?

¿Estarían capacitados para ser conserjes de una finca rústica en Ciudad real siquiera?

¿Es acaso el esnifador de jóvenes, el que saluda a sus amigos imaginarios, el que se duerme en todas partes y se cae hasta de la bicicleta, el ga-ga Joe Biden, el tipo más avispado de EEUU?

¿Quizás, «Maricron» es el más listo de Francia? ¿Lo sería,  la coneja «von Der Brujen»?

Cualquiera en su sano juicio podrá determinar que efectivamente, todos ellos son sumamente mediocres por decirlo de una manera bastante diplomática.

¿Entonces qué pasa con aquello que decía Darwin en su famosa teoría sobre el origen de las especies,  y aquello de que los más aptos son los que prevalecen?

¿Son estos especímenes los más aptos?

¿Aptos para qué?

Definitivamente, para «trepar» sí que lo son y de eso no hay duda. Tampoco sería discutible que estos ínclitos están peligrosamente demasiado cerca de los primates.

Ni tampoco podríamos debatir su desmedida afición a hacer el «mico» y a comportarse como los mandriles y chimpancés más gritones del zoológico.

Pero no vamos a hablar de estos ejemplares, ya que es algo que no deja lugar a dudas y apoya los preceptos del amigo Charles (Darwin).

Darwin era un teólogo anglicano que pertenecía a la elite anglosajona de aquella época.

Según parece, un día – Darwin – se miró al espejo y se quedó preocupado. Tenía un semblante de simiete muy pronunciado y se empezó a comer el coco sobre el origen de aquello.

Se fue a dar una vuelta por el mundo a ver si descubría algo y de paso se despojaba de aquella tristeza que le ocasionaba ser como era.

«Charly» se pegó 5 años sabáticos por el mundo recogiendo piedras y floripondios. Viajó a bordo del HMS Beagle (perro pequeño olisqueador) zarpando el 27 de diciembre de 1831 y finalizó el 2 de octubre de 1836.

Cuando llego y tras haberse fumado algunas hierbas en los mares del sur, desarrolló la teoría de que todos – y no solo él – proveníamos del mono.

Se quedó tan a gusto porque ya había dado respuesta a sus problemas emocionales y de apariencia.

Su familia lo acogió con cariño y como su primo Francis Galton le tenía aprecio, intento por todos los medios curar su trauma apoyando su singular delirio.

Francis Galton, era un aristócrata afincado en Londres y en Cambridge y fue un eugenista que pretendía la «mejora» de la especie humana a través de la selección artificial.

Darwin había dado respuesta a su aspecto, y el primo encontró la excusa para la supremacía anglosajona y legitimar todos sus abusos.

Cuando te lees la hoja parroquial infumable (El origen de las especies, 1859) del amigo Darwin, te encuentras con que – según él – ha existido un origen común y que a través de un proceso de adaptación, los animales han ido evolucionando.

De acuerdo con el teólogo británico: <<Aquellos individuos con características más favorables para su supervivencia y reproducción tienen más probabilidades de sobrevivir y transmitir esas características a la siguiente generación.>>

Estudiemos por un momento esta sentencia y pongámonos en el momento cuando supuestamente todos los humanos éramos monitos juguetones en un mundo lleno de depredadores feroces.

Según la oficialidad, los primeros homínidos surgieron hace aproximadamente 6 millones de años.

Esa misma ciencia tan inteligente, nos corrobora que ya existían lobos, tigres, leones y fieras como las actuales, pero con mas «mala leche» y colmillos más grandotes.

La pregunta es:

¿Qué deberían mejorar aquellos simpáticos primates para estar mejor adaptados a su entorno y así sobrevivir de manera más eficaz?

Algún retrasado mental dirá que debían dejar de estar colgados de las ramas – donde no llegaban las fieras -, ponerse de pie, reducir su masa muscular, reducir sus colmillos y de paso, deshacerse de pelo que los protegía, ¿verdad?

Así cuando llegara un tigre con dientes de sable  de 28 cm y 300 kilogramos de peso («smilodon fatalis»), estaríamos mejor preparados para sobrevivir, ¿a que sí?

¿Quizás aprender a hablar para ordenar a los tigres que no atacaran, que se sentaran y que les dieran la patita?

La subnormalidad de sus postulados llega a límites como a afirmar que el chihuahua es una evolución del lobo.

Claro, claro ¿como no?

Todos podemos comprender que obviamente el lobo creyó más conveniente convertirse en un perrito faldero diminuto para que una viuda con posibles, lo llevara en brazos a hoteles de la Riviera francesa en verano.

La oficialidad te adoctrina afirmando que la gallina proviene de una especie de gallina igualmente estúpida que vivía en el pleistoceno.

¿Alguien me quiere explicar como ha sobrevivido el capaz, astuto y poderoso «gallus domesticus» de 1kg de peso e incapaz de volar, hasta nuestros días????

Otra preguntita que no atinan en responder es porque unos monitos decidieron convertirse en humanos y otros se quedaron olfateandose sus upites  y jugueteando en los árboles 6 o 7 millones de años sin darles la gana de «evolucionar» ni siquiera un poquito.

Otra de las cuestiones que no saben responder es sobre los dos cromosomas de diferencia. Mientras los humanos tienen 46, la mayoría de los primates, portan 48. ¿Qué ha pasado que los hemos tirado a la basura porque no nos gustaban? ¿O qué del salto desde la palmera se cayeron con el golpe?

Y luego tampoco te explican como es que de esos monos tan traviesos, posteriormente aparecieron las diferentes razas. Resulta que unos tienen ojos azules, cabello lacio y son blanquitos como la leche, mientras otros tienen una piel negra casi azulada y el cabello ensortijado como un estropajo.

Todo lo que discuta la historia oficial, es y sigue siendo ocultado por el aparato protector del propio sistema que, por alguna razón, no quiere en absoluto que se sepa la verdad y lo oculta.

Cualquiera que intente incluso dudar de ciertas verdades incuestionables y dogmáticas, es considerado un hereje y se le prohíbe el acceso a todo lo que sea «mainstream».

En todas las religiones y tradiciones se explica que el hombre, -el humano- fue creado por los dioses, sin embargo, en la actualidad esta visión es considerada como una fábula y un mito de gentes poco preparadas.

En su lugar, han incrustado la teoría de un pobre diablo con problemas emocionales que lo llevaron al psiquiatra por lo descompasado que andaba. Sí, Darwin.

Esto es lo que se estudia en las universidades y lo que muchos denominan «ciencia».

La teoría de un trasnochado que se fue de excursión y se le ocurrió esta hipótesis tan bobalicona como increíble.

Y, sin embargo, la masa se ha tragado este cuento de hadas sin rechistar y parece que muy pocos lo ponen en duda.

Luego os extrañaréis que salgan presidentes de gobierno, o jefes de la oposición tan preclaros y preparados como los que tenemos en la actualidad…

Si lo extraño es que no pasen más desgracias.

Michael Cremo , Chris Aubeck y Juan José Sánchez-Oro, son algunos de los autores que se han atrevido – en la actualidad – a exponer las incontables contradicciones de la historia oficial.

La existencia de los humanos como nosotros en este planeta tiene millones de años, aunque las instituciones científicas se empeñen con terquedad inaudita en ocultarlo.

La historia es sistemáticamente ocultada y a propósito. Hay millares de artefactos que no concuerdan con la versión establecida y aceptada por todas las renombradas instituciones de adoctrinamiento.

Antiguas piedras describiendo complejos procedimientos quirúrgicos (piedras de Ica, desierto de Ocucaje, Perú), inscripciones arcaicas donde criaturas del supuesto pleistoceno interactúan con humanos, reloj suizo en una tumba china de la dinastía Ming que estuvo sellada durante 400 años, las baterías de Iraq ( 248 A.C. descubiertas en 1938), las bobinas del río Narada en Rusia, las lámparas – eléctricas –  de Dendera (templo de Hathor, Dendera, Egipto), el esqueleto gigante de Ecuador (7 metros), el engranaje  en carbono de Vladivostok (Rusia), las 200 esferas de piedra enormes de Costa Rica, el mecanismo de Anticitera (antikitera, sur del Peloponeso, Grecia), cráneos de hace 30,000 años con agujeros de bala,  el dedo momificado de 38 cm descubierto en Egipto y ahora propiedad de Grego Spörri (Suiza), los fósiles de pisadas humanas – sandalia – sobre trilobites del período Pérmico o cámbrico (huella de Maister, 1968 en Utah, USA – datación más de 500 millones de años- ), lentes ópticas de miles de años de antigüedad,  los 24 aviones de Qinbaya Perú, (actualmente en el Museo del Oro en Bogotá), las tuberías de la pirámide de Baigon, Qinhai, China, las decenas de tuberías de hierro en el lago Tozon, Tousuhu, China,  El planeador de Saqqara (Egipto), el hombre de malaquita del periodo cretacico (Moab, Utah, USA), el Hierro de Wolfsegg (Austria), los más grandes monolitos del planeta, los de Yanmen Shan en Nanjing, China (5,000 años),  los sombreros puntiagudos de oro en Poitiers (Francia) y Ezelsdorf de Buch (Alemania) de 3,000 años de antigüedad y ahora desaparecidos misteriosamente, la legendaria y milenaria espada de Goujian (China), el disco genético de la cultura muiscas (Colombia), la momia de la dama de «Dai», de la dinastía Han (china) y la alucinante biblioteca metálica de la cueva de Tayos en Ecuador.

Y una larga lista de hallazgos arqueológicos que no voy a seguir nombrando porque necesitaría un libro entero…

Pero las más alucinantes, son las esferas metálicas de más de 2,800 millones de años encontradas en una mina de carbon en Klerksdorp, Sudáfrica. Esferas de acero y níquel perfectamente talladas con 3 líneas paralelas manufacturadas. Cientos de esferas de 2 cm de diámetro, pulidas perfectamente y con una datación irrefutable.

Para colmo, el núcleo de estas esferas tenía densidad negativa y según el instituto espacial de California (California Institute of Technology) -tras estudiarlas-, afirmo que el equilibrio era tan perfecto que excedía las capacidades actuales.

Así mismo, la NASA concluyo que aquellas esferas debían haber sido fabricadas en gravedad «0», y que en la actualidad, no se poseía tal tecnología.

¿Y qué dice la ciencia oficial? Según ellos, se crearon de manera «natural» y de forma caprichosa.

Los OOPARTS (out of place artifact / artefacto fuera de lugar en español), son continuamente ignorados  por los gurús del sistema.

La historia enmudece ante estos enigmáticos objetos que no concuerdan en absoluto con la historia oficial de unos monos revoltosos descubriendo el fuego y convirtiéndose en «pica piedras» hace 10,000 años.

Pocos quieren prestar atención y la inconsistencia es brutal.

La lista es interminable y los no tan listos aún mayor.

Y es que, por alguna razón, les conviene mucho que no conozcamos nuestra historia y la destruyen continuamente y sin piedad.

Quieren por todos los medios que no sepamos que alguien nos creó, ya que eso implicaría hacerse muchas preguntas y quizás el mundo empezara a buscar la espiritualidad y la trascendencia.

Eso sin duda les quitaría el poder y no podrían esclavizar al personal mediante el continuo miedo.

Si la gente supiera que hay un objeto detrás de la vida y que no se trata tan solo de comer, de dormir, de defecar, de fornicar, de consumir y del estatus más vacuo, los humanos empezarían a buscar dentro de sí mismos y a querer elevarse espiritualmente.

Entonces, claro, esa pandilla de sanguijuelas satanistas se quedarían sin el chollo y sus reuniones en Davos no tendrían la menor relevancia. Sería tan solo una reunión de tarados con ningún poder porque nadie les haría ni puñetero caso.

Lástima que sea tan difícil despertar a los que no quieren salir de su dulce sueño…

A lo mejor, no va a ser una casualidad aquello que afirmaba el periodista y escritor italiano Pino Aprile de que estamos condicionados  por una selección cultural que nos aboca a la imbecilidad.

Desde luego, si la imbecilidad más profunda es el objetivo, lo están haciendo de maravilla, lo confieso.

Si los gobernantes son memos, necios y estultos  con avaricia, sus votontos -y votontas-, aún lo son con mayor profundidad.

Nada más conveniente que un mundo habitado por una gran mayoría de imbéciles para poderlos gobernar fácilmente.

Me reafirmo en lo dicho, en un mundo como este y si no lo remediamos, El futuro de la humanidad es de los imbéciles.