La Fuerzas de Seguridad del Estado desbordadas por la voluntad legítima de los agricultores y ganaderos

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Valientes uniformados, soldadesca de la malignidad impuesta ante personas que batallan por la subsistencia. Estaban de carnaval con sus porras en ristre, siempre prestas para golpear al indefenso, olvidando la lluvia de piedras de aquellos criminales, los genuinos, que los lapidaron intentando matarlos, borrada de la memoria las bombas lapas o el tiro a la nuca de los hoy socios de gobierno a los que se deben con obediencia ciega. Si los asesinan en Barbate, luego los humillan en el Congreso y retornan sumisos a la obediencia debida, a ganarse un siniestro sueldo contra los inocentes, ausente la conciencia personal y profesional. Vacíos, vacuos, inanes, sin otra voluntad humana que la enajenación robótica. Qué suerte tienen de enfrentarse con ciudadanos como Dios manda y no contra los auténticos hijos de Satanás que los matarían de no satisfacer sus inicuos caprichos de codicia. Levantan las porras contra quienes los defendían ante la barbarie y se entregan indignos a las órdenes de los miserables y delincuentes que destrozan España. Desorientados, muy extraviados como la conciencia.

Atocha tomada, La Puerta de Alcalá bloqueada… que no les dé por ir a La Moncloa porque lo sacan. Pedro Sánchez se cree que los españoles son idiotas para manejar al antojo y sin límite y jugar con sus vidas y las de sus seres queridos. La plandemia fue un campo de pruebas para probar el grado de sumisión incluyendo dos confinamientos ilegales y un gerontocidio encubierto como la eutanasia que practicaron contra miles de ancianos, nuestros padres . Y ahí sigue el demonio, literal… Se cree que puede hacer lo que le venga en gana, pero no es así. Ya se manifestaron el año pasado y fueron estafados. Cuando las personas honradas se encuentran en la tesitura de enfrentarse contra la injusticia y luchar por la supervivencia, sucede lo que ocurre en España y especialmente hoy en Madrid: no hay Guardia Civil ni Policía Nacional para contener la indignación pacífica pero firme de los agricultores y ganaderos que están colapsando las previsiones y los dispositivos de contención desplegados por el Ministerio del Interior.

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Con la hecatombe que supone el desgobierno criminal de Pedro Sánchez surge la inspiración de histórica de la resistencia mayor, el conato de rebelión en las calles que afortunadamente está protagonizado por hombres y mujeres honrados del sector primario que ha dicho basta a los juegos del hambre que están soportando durante años sin que nadie se preocupe por sus dramas y tragedias.

El Campo ha tomado una decisión severa y es parecida a las determinaciones históricas que se han escrito en el pasado cuando la radicalidad de las situaciones se desbordan en la defensa legítima de la propia vida. Y sobrepasados los cordones y los contingentes de las Fuerzas de Seguridad del Estado porque la necesidad acucia las exigencias del alma, las personas honestas y trabajadoras se multiplican por Madrid echando el resto de los ánimos , que no animosidad, tal cuál debió hacerse durante la invasión napoleónica, por exigencia del espíritu y necesidad de sobrevivir, guardando los cuchillos de cocina que otrora se llevaron entre los dientes, toda vez que esta batalla de dignidad no se libra con el enemigo que cumple con su deber por mandato gubernamental, sino contra el enemigo parapetado tras la insensibilidad y la burocracia que día tras día aplasta a los ciudadanos.

Cuando se rebela el Pueblo con la razón de la honra, no hay dispositivo de violencia que acalle los gritos , antes bien multiplica la fuerza moral para colapsar a los causantes de tanta injusticia.

En estos momentos los agricultores y ganaderos fuerzan la normalidad porque ellos han sido antes violentados por la anomalía gobernante que se esconde tras las mismas Fuerzas de Seguridad del Estado a las que humilla con complaciente continuidad. El deber moral es otra cuestión para los que están dispuestos a usar la violencia contra hombres y mujeres de bien que les lleva la comida de la familia a la mesa.

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La obediencia al mal tarde o temprano sucumbe contra los muros de la conciencia… si es que la hay. Lo que deberían hacer es unirse al Pueblo cuando son conscientes de que España está en un trance de anormalidad contra la propia España.

En ÑTV ESPAÑA como millones de ciudadanos hacendosos y cumplidores con la verdadera Ley que se pasa por el forro este desgobierno sospechoso de múltiple criminalidad, apoyamos la rebelión pacífica de los hombre y mujeres buenos-ya sabemos quiénes son los malos– que se manifiestan como un solo espíritu de batalla social en España, y específicamente hoy en Madrid.