Nieto
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Ya en plena pandemia, los que no estamos a sueldo de Pedro Sánchez ni tenemos el cerebro podrido por las proclamas partidistas, vimos claramente que la llegada de los llamados «fondos europeos» a España, supuestamente para paliar los efectos devastadores que provocaron los dos estados de alarma ilegales decretados por el PSOE, iban a ser una merienda de negros. Un chiringuito más, una catarata de corrupción, otro trágala en el que los ciudadanos (como en el resto de cosas de esta presunta democracia) ni pinchamos ni cortamos.
Y es que, no podemos olvidar que el dinero de los fondos europeos proviene del bolsillo de los ciudadanos europeos, es decir, de nuestros propios bolsillos. Somos nosotros quienes pagamos ese maná inagotable, esos 140.000 millones que se pueden multiplicar, como en el milagro de los panes y los peces, porque bien saben los gobernantes que nuestros bolsillos son inagotables. Ese maná (que lleva el sello de Bruselas pero que, insisto, es nuestro dinero) se podría haber usado bien si el criterio del reparto lo hubiesen establecido los técnicos: economistas y funcionarios, capaces de detectar dónde es necesario invertir para restaurar un daño causado.
Sin embargo, (desde el principio, repito) sabíamos que el criterio del reparto no solamente iba a ser político, sino que además iba a ser gubernamental. Es decir, el mismo Gobierno que ha arrastrado a España a una ruina total y absoluta (con familias, empresas y ciudadanos pasando hambre y calamidades, generando un paro del que no vamos a salir en décadas), ese mismo Gobierno es el que pretende establecer dónde tiene que ir a parar el dinero «procedente de Europa» (sic). Que, dicho con el refranero español en la mano, es exactamente «poner la zorra a cuidar las gallinas».
Me fascina el entusiasmo de los ingenuos y aduladores del sistema, creyendo que «los hombres de negro» que están comprobando (según dicen) el uso adecuado de dichos fondos en España, van a hacer algo más que turismo. Turismo pagado también por nosotros, por supuesto. Porque naturalmente, en Bruselas saben perfectamente quién gobierna en España, saben la naturaleza política de este Ejecutivo, saben lo que es Podemos y lo que es el PSOE, y saben que de Sánchez solamente cabe esperar lo que tenemos delante de nuestras narices: un proceso revolucionario, lento pero imparable, de pérdida de derechos y libertades colectivas, cuyo fin es un régimen autoritario populista de izquierdas. Lo saben y lo permiten.
Lejos de ser la Unión Europea ese lugar mágico, que nos presentaban algunos, donde toda iniquidad e injusticia es detenida y corregida, la realidad nos ha demostrado que Bruselas es la sede donde se cocinan todas las aberraciones políticas, económicas y morales que luego se desarrollan en cada país miembro. Y que, por tanto, naturalmente y como no puede ser de otra manera, el dinero que se ha destinado a España para paliar las consecuencias de la pandemia se sabía desde un primer momento que nunca se iba a justificar. Porque un Gobierno de Sánchez y Podemos no puede justificar absolutamente nada serio.
De manera, queridos amigos, que nos hemos hecho un préstamo a nosotros mismos, que jamás vamos a poder devolver. Un préstamo que tampoco cobraremos, porque solamente lo cobrarán quienes están aupados en el poder con malas artes, y engañando a sus propios votantes. Unos fondos que perpetúan la gigantesca corrupción del sistema, en el que los ciudadanos somos unos convidados de piedra. Los paganinis de una fiesta en la que solo estamos invitados de cara a la galería.
Autor
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Nació en Madrid en 1975. Es Doctor en Periodismo por la Universidad San Pablo CEU. Ha dedicado casi toda su vida profesional a la radio, primero en Radio España y desde 2001 en Radio Inter, donde dirige y presenta distintos programas e informativos, entre ellos "Micrófono Abierto", los Domingos a las 8,30 horas. Ha dirigido la versión digital del Diario Ya y es columnista habitual de ÑTV en Internet. Ha publicado los libros "España no se vota" y "Defender la Verdad", "Sin miedo a nada ni a nadie", "Autopsia al periodismo". Esta casado y tiene un hijo.
Quizás no está de más recordar que esta ‘merienda de negros’ tiene como patrocinador, entre otros, a VOX, que facilitó con su voto en el congreso que fuera el propio gobierno de mentirosos, mamarrachos e ignorantes, el que fuese quien organizase el reparto. Aquí no se salva nadie
Saben Vds una cosa que se oculta
Que las deudas se pagan y si para pagar hay que cargarse las pensiones, pues ala, se cargan