En el año 2020 pensaba que el liberalismo había perdido definitivamente la batalla frente a un socialismo que se resistía a desaparecer a pesar de que los datos económicos, los crímenes y la violencia ejercida allá donde gobernaba parecía hacer imposible que la sociedad volviese a confiar en ese modelo de gobierno. Me encontré entonces con dos fenómenos políticos desconocidos por mí hasta ese momento. Uno de ellos, Nayib Bukele, el joven presidente de la república de El Salvador y otro el economista Javier Milei, que entonces se paseaba por las televisiones de Argentina, como una especie de político provocador, ya que abiertamente en los debates televisivos afirmaba que “yo no negocio con la izquierda, no negocio con criminales ni con empobrecedores. El socialismo fue un fracaso en lo económico, en lo cultural, un fracaso en lo social y ese sistema repugnante asesinó a 150 millones de seres humanos”.
Esto me chocaba enormemente. Imaginemos cómo habrían calificado los medios de comunicación en España si Santiago Abascal hubiese dicho algo parecido.
Claramente Milei se oponía al mantra de que se les permita a los socialistas hacer creer a la gente que son moralmente superiores a los liberales, y a los conservadores, pero eso no es cierto porque el socialismo está basado en la envidia, el odio, el resentimiento, el robo y en el asesinato; y en todos los lugares donde se aplicó generó miseria, hambre y odio.
Llegó a decir que creía que el socialismo era una enfermedad mental, que tenían un problema por el que no podían entender los datos, una especie de dificultad para entender las matemáticas y la economía. Pero llega a la conclusión de que el socialismo es una enfermedad del alma, porque en el fondo el socialista lo que hace es esconder su resentimiento y su fracaso bajo la pátina del buenismo, la generosidad, ser caritativo y bondadoso, pero en realidad está escondiendo su envidia, su resentimiento y pobreza de espíritu, porque es un fracasado.
En Argentina y en toda Europa se le despreció y calificó como un loco, incapaz de llegar a ilusionar a los votantes en un país que lleva décadas bajo ese socialismo tan peculiar como el peronismo, que ha llevado a Argentina de ser uno de los países más ricos del mundo a ser un país pobre.
Para Milei el liberalismo que él defiende frente al socialismo es el respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo, basado en el principio de no agresión defendiendo el derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad. Y siempre termina esta definición con un “viva la libertad carajo”.
Milei se declara anarcocapitalista y reconoce tres derechos: a la vida, a la libertad y a la propiedad; considerando al Estado una banda de ladrones y una organización criminal despreciable. El Estado, para Milei, tiene el monopolio de la violencia, de la emisión monetaria y se financia a través de los impuestos que considera un robo.
Hace tres años fundó un partido -La Libertad Avanza- y en ese increíble espacio de tiempo ha conseguido ganar las elecciones en Argentina con un 56% de los votos frente al hasta ahora presidente.
Ayer pensaba que era imposible que Milei ganase teniendo en contra a la maquinaria del Estado, a los medios de comunicación, a los sindicatos y a todos los que viven de subvenciones y prebendas. Pero el milagro se produjo hoy y solo con su fuerte voluntad, solo con decir la verdad y llamar a las cosas por su nombre, solo con ser políticamente incorrecto y amar profundamente a Argentina, el milagro se ha producido. Ya tenemos dos ejemplos en nuestros países hermanos El Salvador y Argentina, de que la libertad y el liberalismo aún no han muerto.
Eso nos debe animar a no desfallecer y a los políticos liberales a serlo cada vez más y de manera más radical.
Al parecer funciona, y la gente lo entiende mucho mejor cuanto más claro se dice, y lo entiende peor cuando se maneja la tibieza y lo políticamente correcto.
El liberalismo y su explicación más radical como el minarquismo o el anarco-liberalismo es una vía poco explorada por VOX, a pesar de ser un partido abiertamente liberal y que espanta al PP, pero que sin embargo produce mejores resultados electorales que un centrismo cada vez menos entendido por los ciudadanos.
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Los argentinos están tan hartos de socialismo que han votado a alguien que según los medios de comunicación esta mas loco que un cencerro.
Como de loco no tiene nada habrá que ver como utiliza el poder para resolver los problemas que tiene Argentina, pero hay algo en este hombre que gusta, no le pasa una a los «zurdos» y va a por ellos con todo lo que tiene a mano
Y solo por eso merece nuestra atención…y como se ve también la de los argentinos
Me temo que esto no funciona así.
La libertad de este pájaro significa malvender los recursos de Argentina a extranjeros, algo que aquí hizo un tal Aznarín y así estamos ahora. Que acabe con el dispendio y la corrupción de los rojos, pero sin descapitalizar el país, si es que sabe.
Globalista y sionista como el que más.
Me parecen tan increíbles como lamentables estos artículos basados en impulsos, sin ponderación, reflexión, razonamiento, prudencia. Semejan todos ustedes niños de cuatro años que nada han visto y, por tanto, nada pueden recordar. «El cuarto poder» tiene una gran responsabilidad, y yo no sé si está en manos de intereses muy oscuros ( ¿se le ha perdido algo al «escribiente» de turno con Milei? ) o de adolescentes juguetones que se alivian de su exceso de hormonas tecleando lo `primero que se les ocurre; para eso, váyanse al fútbol. Ah, Argentina es un país cercano al que debemos gratitud pero El Salvador ni eso, serán «hermanos» de USTED. Hincha, que es usted un hincha.