13/05/2024 05:34
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Las cinco primeras, dizque. Una. 2.400-2.000 millones de años: La Gran Oxidación. Dos. 443 millones de años: Extinción ordovícica-silúrica. Tres. 372 millones de años: Extinción devónica. Cuatro. 252 millones de años: Extinción pérmica-triásica. Cinco. 201 millones de años: Extinción triásica-jurásica. Y arribando la sexta, según tantos, extinción del Antropoceno, es el evento de extinción masiva en el actual período Holoceno. La ONU, documento clave, mascándose el «asunto. Pacto del futuro 2024. Plataforma de emergencias 2024. Escenario más propio del Juicio Final.

Catástrofes

Y leyendo el “profético” Strengthening the international response to complex global shocks, va desapareciendo ante nuestros estragadas y asombradas ( ¿ sí?) retinas una grandísima parte de la humanidad y otras y plurales especies.

Ya sea por el geoingenieril clima ( «scale climatic or environmental»), «virus» («Future pandemics»), colapsos económicos, además de ciberataques ( » Large-scale destructive and/or disruptive, activity in cyberspace»). Hasta ahí, más o menos, lo de siempre…

Y de repente…

…»A major event in outer space that causes, severe disruptions to one or several critical systems on Earth«. Pues ya me dirán. ¿ Devastadora tormenta solar? ¿ Errabundo asteroide? ¿ Invasión alien sin extraterrestres, puro y falsario Blue Beam?

«Unforeseen risks, “black swan” events«. Pues ya saben, el celebérrimo cisne negro, inesperado y raro acontecimiento  que tiene consecuencias graves y generalizadas que a menudo se sienten mucho, muchísimo después de sucedido el hecho. Vamos, lo que el genocida mago negro decida sacar de la manga. O del mandil. En fin.

 

Autor

Luys Coleto
Luys Coleto
Nacido en Bilbao, vive en Madrid, tierra de todos los transterrados de España. Escaqueado de la existencia, el periodismo, amor de juventud, representa para él lo contrario a las hodiernas hordas de amanuenses poseídos por el miedo y la ideología. Amante, también, de disquisiciones teológicas y filosóficas diversas, pluma y la espada le sirven para mitigar, entre otros menesteres, dentro de lo que cabe, la gramsciana y apabullante hegemonía cultural de los socialismos liberticidas, de derechas y de izquierdas.
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