Con una nueva burla de los criminales blanqueados por Sánchez en el Congreso durante el recuerdo por los dos guardias civiles asesinados por los narcos, conocemos que el Presidente del Gobierno se trasladará mañana miércoles a Marruecos junto al ministro de Exteriores, José Manuel Albares. Hoy mismo sus socios de ERC, Junts, Bildu, Podemos y parte de Sumar se han ausentado del minuto de silencio que se ha llevado a cabo en el Congreso por los dos guardias civiles asesinados por los narcos. Los diputados presentes han permanecido de pie durante este homenaje y han aplaudido al final. Además, los escaños azules, reservados para los miembros del Ejecutivo, también han estado vacíos. Si antes disimulaban, ahora los ciudadanos pueden tener la certeza de son dirigidos por empáticos delincuentes; de ahí las facilidades a los colegas delictivos, incluidos narcotraficantes, frente a la ley y el orden que aborrecen. Los escasos veinte segundos de Sánchez en un mitin del PSOE en Vigo en el que mostró su «enorme agradecimiento» a la labor de la Guardia Civil tras el asesinato de dos agentes han servido como suficiente homenaje al líder socialista, que viajará este miércoles a Marruecos sin que haya visitado Barbate.
Se desconoce el motivo concreto del viaje de Sánchez a Marruecos ni tampoco las ciudades que visitará el jefe del Ejecutivo, aunque se sospecha que todo paso que da está vigilado y coordinado para no contrariar el chantaje al que seguramente está sometido. Un desplazamiento que se produce dos semanas después del asesinato en las costas de Barbate de dos guardias civiles por parte de narcotraficantes que transportan droga de Marruecos a España. El jefe del Ejecutivo y el de la diplomacia española visitarán únicamente la ciudad de Rabat. En la capital marroquí ambos dirigentes esperan poder entrevistarse con el primer ministro, Aziz Ajanuch. Supuestamente porque tampoco se ha confirmado. Lo que Moncloa ya sabe seguro es que el presidente del Gobierno no será recibido por el rey Mohamed VI.
Suma y sigue de sospechas continuadas, con un Pedro Sánchez salpicado de alta traición y coceado a placer por Pegasus.
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