27/04/2024 17:08
Getting your Trinity Audio player ready...

La visita que el día 1º de septiembre de 1883 realizó a La Coruña el Rey D. Alfonso XII, acompañado de su esposa Dña. María Cristina de Habsburgo y Lorena, con el fin de inaugurar la Estación férrea de nuestra ciudad, trajo aparejada, como era costumbre en estos años, la presencia de buques de la Armada en nuestras aguas, procedentes, en este caso, de la vecina Base Naval de El Ferrol.

Los Reyes llegaron a la ciudad por vía férrea, en un largo viaje que se inició a las ocho y media de la mañana del 31 de agosto y concluyó a las cinco de la tarde del día 1º de septiembre cuando D. Alfonso XII y Dña. María Cristina fueron recibidos a pie de andén por las primeras Autoridades civiles y militares coruñesas.

En ese mismo instante, tanto la Batería de Salvas como las Fragatas surtas en la bahía, integrantes de la Escuadra de Instrucción, dispararon las salvas de ordenanza de saludo al Rey.

Con anterioridad, a las doce de la mañana del día 30 había quedado fondeada en la bahía la Escuadra de Instrucción, procedente de Ferrol, integrada por las Fragatas “Numancia”, “Vitoria”, “Carmen” y “Lealtad”, a las que se le añadió, al día siguiente, el Vapor de guerra “Ferrolano” en el que viajó hasta La Coruña el Capitán General del Departamento Marítimo para recibir al Rey.

Entretanto, como otras veces, La Coruña comenzó a ponerse guapa iluminando de forma artística sus edificios más señeros, así como las fachadas de las Sociedades recreativas, los parques y paseos e incluso alguna de sus calles, como la de Luchana que recibió de Francia unas artísticas farolas con las que iluminarla. Además de esto, los comerciantes coruñeses costearon un gran arco de triunfo que se instaló en la calle de San Andres. Por su parte, el Ayuntamiento programó una serie de festejos para celebrar la venida de los Reyes y la inauguración de su estación de ferrocarril.

De acuerdo con el programa, el día 1º de septiembre, a las siete de la mañana, diferentes bandas de música se encargaron de despertar a la vecindad, recordándoles que comenzaba una jornada de fiesta.

A las once, de las Casas Consistoriales, salieron los Gigantes y Cabezudos de la ciudad, acompañados de bandas de música y gaitas del país, para recorrer las calles deteniéndose, como era costumbre, ante los edificios de las sociedades recreativas y de las corporaciones. En aquella vistosa comitiva figuraban “Holofernes y Judit”, los dos gigantones coruñeses, construidos en 1874, y que, representado a un guerrero y a una dama, aquí recibían esos nombres.

Aquella misma mañana, en los jardines de Méndez Núñez se celebró el tradicional “paseo matinal”, amenizado por una Banda de Música.

La Fragata acorazada “Vitoria”

Ya por la tarde, a las cuatro, los diferentes Cuerpos de la guarnición, vistiendo uniforme de gala, se dirigieron a la Estación del ferrocarril, con el fin de rendir honores a los Reyes, así como para cubrir la carrera por la que transitó la comitiva real. Un largo itinerario que discurrió por diferentes calles y plazas del centro coruñés y que condujo a los monarcas, que marchaban sobre un coche tirado por caballos con cubierta abatible, y a su séquito a la iglesia de San Jorge donde se cantó un Te Deum.

Como en los grandes acontecimientos ciudadanos, las calles y los balcones se hallaban profusamente engalanados y La Coruña entera se echó a las calles para dar una calurosa y respetuosa bienvenida a los monarcas.

A las siete de la tarde se inauguraron, ante la expectación general, las iluminaciones especiales en los edificios públicos, casas particulares, sociedades, arcos de triunfo, paseos y parque de Méndez Núñez.

Concluido el Te Deum, la regia comitiva se trasladó al Palacio Provincial donde a las ocho de la tarde sirvió la cena oficial.

Lo desapacible de la jornada, con lluvia y un fuerte temporal obligó a las Autoridades a suspender los actos populares que estaban previstos para la noche, en especial la sesión de fuegos flotantes, a modo de combate naval, anunciada para las nueve de la noche de este día que iba a tener como escenario la bahía y que culminaría con la elevación de vistosos globos, una costumbre muy al gusto de los coruñeses de aquellos años.

LEER MÁS:  El ocaso de las tradiciones. Por Eugenio Fernández Barallobre

Finalmente, por la noche se celebró en los salones de la Reunión Recreativa de Artesanos un baile en honor de los forasteros presentes en la ciudad que resultó muy lucido y animado.

A las diez de la mañana del día 2, el Rey D. Alfonso XII revistó las fuerzas de la guarnición coruñesa a las que arengó y, seguidamente, lo hizo a los buques de la Armada surtos en la bahía.

Aquella misma noche, los Reyes acudieron a una función organizada por la Diputación a la que concurrió lo más granado y distinguido de la sociedad coruñesa que abarrotó los palcos y demás localidades del Teatro Principal.

Fragata de hélice “Lealtad”

La regia visita concluyó a las siete menos cuarto de la mañana del día 3 en que, por vía férrea, SS. MM. los Reyes abandonaron la ciudad.

Con relación a los buques integrantes de la Escuadra de Instrucción, presentes en aguas coruñesas, cuyo Comandante jefe suponemos que enarbolaba insignia en la gloriosa Fragata “Numancia”, cabe señalar los siguiente:

La Fragata acorazada “Numancia”, a la que le cupo el honor de ser el primer buque acorazado en dar la vuelta al mundo y de participar en la gloriosa campaña del Pacífico a las órdenes del ilustre marino D. Casto Méndez Núñez, fue construida en los Astilleros francés de La Seyne (Tolón) y entregada a la Armada en diciembre de 1864.

Con un desplazamiento de 7.500 tn., su eslora era de 96,08 m.; 17,34 de manga; 8,87 de puntal y 7,90 de calado, con una dotación de 600 hombres.

Disponía de una máquina de vapor con ocho calderas y una hélice que le proporcionaba una potencia de 1.000 cv., y un andar de 13 nudos.

Poseía una coraza de hierro desde la cubierta hasta 2,3 m. por debajo de la línea de flotación, con un espesor de 13 cm. en la parte inferior y 12 en la superior. Su artillería estaba formada por 34 cañones de 20 cm. y otras piezas menores.

En 1912 se dispuso su baja y venta para chatarra en contra de la opinión pública que abogaba por convertirla en museo flotante debido a su valor histórico. Pese a la campaña de prensa iniciada para salvar el buque, en 1916 fue vendido a una empresa vasca que dispuso su desguace. Sin embargo, por más que se intentó en dos ocasiones no fue posible su traslado desde el Arsenal de La Carraca; finalmente, a la tercera intentona, la vieja Fragata se hizo a la mar y, cuando navegaba remolcada frente a las costas de Setúbal (Portugal), el buque rompió amarras y se hundió para siempre.

La Fragata acorazada “Vitoria”, fue construida en los astilleros ingleses de Blackwall y entregada a la Armada en noviembre de 1867.

Con un desplazamiento de 7.250 tn., su eslora era de 90,17 m.; 17,34 de manga; 11,8 de puntal y 8 de calado, con una dotación de 600 hombres.

Disponía de una máquina Peen de 1.000 cv. con ocho calderas y una hélice que le proporcionaba una velocidad de entre 11 y 13 nudos.

Poseía una coraza de hierro desde la cubierta hasta 2 m. por debajo de la línea de flotación, con un espesor de 16 cm. en la flotación y 14 en el costado. Su artillería estaba formada cuatro cañones Armstrong rayados de avancarga de 250 libras; 17 de 20 cm. de diferentes tipos.

Fragata de hélice de 2ª clase “Carmen”

El buque fue dado de baja en 1912.

La Fragata de hélice “Lealtad”, de casco de madera, fue construida en Ferrol y entregada a la Armada en septiembre de 1861.

Desplazaba 3.200 tn., su eslora era de 70 m.; 14 de manga; 7,33 de puntal y 6,16 de calado, con una dotación de 500 hombres.

Su máquina Peen de 500 cv. le proporcionaba un andar de entre 9,5 y 11 nudos. Disponía de aparejo de fragata con bauprés y tres mástiles.

LEER MÁS:  El vergonzoso clan de “la ceja”. Por Eugenio Fernández Barallobre

Iba armada con 14 cañones de 20 cm., 26 de 16 y otras piezas menores.

Causó baja en 1893.

La Fragata de hélice de 2ª clase “Nuestra Señora del Carmen”, “Carmen” de forma abreviada, fue construida en Cartagena y entregada a la Armada en septiembre de 1862.

Desplazaba 3.116 tn., con una eslora de 70 m.; 14 de manga; 7,02 de puntal y 6,40 de calado, con una dotación de 500 hombres.

Poseía una máquina Peen de 600 cv. que le permitía alcanzar una velocidad de 13 nudos. Disponía, igualmente, de aparejo de fragata con bauprés y tres mástiles.

Iba armada con 20 cañones de 20 cm., 9 de 16 y otras piezas menores.

Causó baja en 1893.

Por su parte, el Vapor de guerra “Ferrolano”, con casco de hierro, fue construido en los Estados Unidos y adquirido por la Armada, como Remolcador, en 1860.

Desplazaba 275 tn., con una eslora de 39,25 m., una manga de 6,90, con 3,13 de puntal y 2,80 de calado. Su dotación era de 56 hombres.

Disponía de una máquina de 100 cv., con dos calderas y seis hornos que le proporcionaban un andar de 9 nudos.

Iba armado con dos cañones rayados de bronce de 12 cm.

Fue dado de baja en 1888.

Autor

Eugenio Fernández Barallobre
Eugenio Fernández Barallobre
José Eugenio Fernández Barallobre, español, nacido en La Coruña. Se formó en las filas de la Organización Juvenil Española, en la que se mantuvo hasta su pase a la Guardia de Franco. En 1973 fue elegido Consejero Local del Movimiento de La Coruña, por el tercio de cabezas de familia, y tras la legalización de los partidos políticos, militó en Falange Española y de las J.O.N.S.

Abandonó la actividad política para ingresar, en 1978, en el entonces Cuerpo General de Policía, recibiendo el despacho de Inspector del Cuerpo Superior de Policía en 1979, prestando servicios en la Policía Española hasta su pase a la situación de retirado.

Es Alférez R.H. del Cuerpo de Infantería de Marina y Diplomado en Criminología por la Universidad de Santiago de Compostela.Está en posesión de varias condecoraciones policiales, militares y civiles y de la "F" roja al mérito en el servicio de la Organización Juvenil Española.

Fundador de la Comisión Promotora de las Hogueras de San Juan de La Coruña, del Museo Policial de la J.S. de Policía de Galicia y de la Orden de la Placa y el Mérito de Estudios Históricos de la Policía Española.

Premio de narrativa "Fernando Arenas Quintela" 2022

Publicaciones:
"El Cuerpo de Seguridad en el reinado de Alfonso XIII. 1908-1931" (Fundación Policía Española)

"La uniformidad del Cuerpo de Seguridad en el reinado de Alfonso XIII 1887-1931 (LC Ediciones 2019)

"Catálogo del Museo Policial de La Coruña". Tres ediciones (2008, 2014 y 2022)

"Historia de la Policía Nacional" (La Esfera de los Libros 2021).

"El Cuerpo de la Policía Armada y de Tráfico 1941-1959" (SND Editores. Madrid 2022).

"Policía y ciudad. La Policía Gubernativa en La Coruña (1908-1931)" (en preparación).


Otras publicaciones:

"Tiempos de amor y muerte. El Infierno de Igueriben". LC Ediciones (2018)

"Historias de Marineda. Aquella Coruña que yo conocí". Publicaciones Librería Arenas (2019).

"El sueño de nuestra noche de San Juan. Historia de la Comisión Promotora de las Hogueras de San Juan de La Coruña". Asociación de Meigas (2019).

"Las Meigas. Leyendas y tradiciones de la noche de San Juan". Comisión Promotora de las Hogueras de San Juan de La Coruña (2011).

"Nuevas historias de Marineda. Mi Coruña en el recuerdo". Publicaciones Arenas (2022). Ganadora del premio de ensayo y narrativa "Fernando Arenas Quintela 2022".