13/05/2024 17:18
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«Ningún camino terrenal te conducirá al grial» se decía en Parsifal del espléndido Wagner.
Hoy en día, en nuestro «maravilloso» mundo moderno, el artista más escuchado en «Spotify» se llama «Bad Bunny» (conejito malo) y nos deleita con mensajes tan profundos como estos:
— «Tu ele (eres) una bellaca y yo zoy (soy) un bellaco, y ezo (eso) e’ (es) lo que no’ (nos) une», o la romantiquísima estrofa de:  «La puse a brincal (brincar) y en la cama dijo ay ay ay ay…»
Poesía en estado puro.
Los mensajes no solo son antagónicos, sino incomparables en cualquier rango que lo intentes. Esto es significativo del mundo moderno en el que vivimos.
La decadencia de occidente ya no se circunscribe a esa órbita, sino que se ha extendido por todo el mundo como el virus más letal y contagioso imaginable.
Si antes Asia podía ser considerada el bastión de la tradición, hoy en día ya no podemos ignorar que está cayendo en la profundidad del agujero negro de la modernidad a una velocidad imparable ya.
Korea del sur se destaca por su música (Kpop) y por su cine que está de moda y ciertamente es de calidad.
El tigre asiático tienen una economía potente y produce productos de excelencia que exporta a todo el planeta. Seoul es sin duda una ciudad muy moderna y organizada donde la gente consume con desmesura y continuamente. Korea está a la altura de Japón y dando muestras de quererlo superar.
Este país del norte de Asia, también está destacando por otras facetas desconocidas y muy preocupantes.
No solo es el país que bate récords en suicidios entre jóvenes (es el número uno a nivel mundial con 25,5 por 100,000 hab.), sino que también posee el dudoso número uno en operaciones de estética del mundo en porcentual.
¿Habrá alguna relación entre su éxito económico, su modernidad, sus famosos grupos de kpop, las operaciones de estética masivas y los tremebundos índices de suicidio entre jóvenes?
No hace falta ser un sociólogo ni un psicólogo social para ver que claramente está relacionado.  El costo de la modernidad conlleva sus efectos colaterales y el que no lo quiera ver es que gana algo con ello.
Subsanar esta situación es muy complicado, ya que implica un cambio de sistema al que nadie está dispuesto.
Las corporaciones suelen dictar la política de los países y en otros casos, aún más inquietantes, lo hacen entidades supranacionales que les importa un bledo el desenlace de sus medidas.
Para ser más honestos, diremos que en realidad lo que pretenden en la mayoría de los casos es abocar a una situación de esclavitud donde las naciones no tengan ninguna manera de liberarse.
Este es el caso de España, donde la deuda es mucho más alta que la propia deuda de korea del sur. Korea del sur es la economía número 12 y su deuda externa es tan solo del 51,44%, mientras que España – economía número 15 –  tiene una deuda externa del 113% al 150% dependiendo de los indicadores.
En estos momentos la deuda en España es de 1.535.356.000.000 euros.
Hasta el año 2008 permaneció estable, pero a partir de marzo de 2008 (gobierno del nefasto Zapatero), cuando España tenía una deuda de 380.270 M.€, comenzó a subir, primero lentamente y después de forma exponencial. Desde entonces, la deuda ha subido 1.155.086 Millones de €, es decir, un 304%.
Sánchez – el capataz de la granja –  se endeuda en únicamente un mes, el equivalente a toda la recaudación adicional del año pasado. Para exponerlo de una manera más clara, Sánchez – el eficaz siervo de la agenda 2030 –  incrementa la deuda cada minuto en 145.244 euros.
Y el garante eres – obviamente –  tú ,y tú ,y todos y cada uno.
Y cada segundo que pasa, el esfuerzo de los españoles se va succionando con la potencia de un aspirador  energético de dimensiones colosales.
Y todo empezó con el fraude del dinero deuda…
La postura de Jackson (presidente de EEUU en el periodo 1829-1837) contra el sistema bancario y el interés del dinero se basaba en su creencia en un gobierno más limitado y en una mayor igualdad económica. Su postura anti-bancaria y anti-interés del dinero lo convierte en uno de los presidentes más conocidos por su crítica a dicho sistema en la historia de Estados Unidos.
El intento de magnicidio hacia Jackson, fue perpetrado por la primera víctima de «MK Ultra» (control mental de la CIA), un tal Lawrence que se creía Ricardo lll y que fue manipulado mentalmente para que disparara sobre el opositor al plan de la incipiente reserva federal norteamericana.
Y el sortilegio se acentuó con el modernismo mecanicista de la revolución industrial.
El reloj – invento maquiavélico –  había tomado el tiempo y cada día marcaba las horas más rápido.
La gente y sus «tics» ya no tiene aliento ni para hablar.
El tiempo los apremia y deben seguir la zanahoria a trote de hámster con síndrome de trastorno obsesivo-compulsivo.
El tiempo cuenta los periodos de pago de tu deuda cada vez más elevada y te esclaviza aunque no lo quieras.
¿Alguien de verdad no lo ve?

La verdad es algo que no tiene cabida en un mundo de mentira y de plástico, y de huracanadas tormentas de confusión global cada día más violentas.
Y empezó entonces y algunos lo vieron, pero el progreso los cegó con su brillo iluminador y sus maquinitas atractivas.
Y llegaron las computadoras y la gente se conectó frenética. Y como un aparato de diálisis, ya todos somos crónicos enfermos y adictos a los «bits».
Y luego los teléfonos celulares que lo tienen todo para que no busques nada fuera del espejito mágico negro.
Y ya se olvidó el escribir cartas y postales, y ya se perdió el misterio y la aventura. Desapareció la conexión real para ser transferida y a través de un aparato y un programa.
Las relaciones humanas ya no son directas, sino que se hacen a través de intermediarios que coleccionan tus datos, tus comportamientos, tus gustos, tus horarios, tus sueños, tus anhelos más íntimos y tus secretos más inconfesables.
El modernismo tecnológico, la tecnocracia global y su guardia pretoriana está siempre vigilándote aunque no los veas.
Vayas donde vayas, llevas en tu bolsillo un «beacon» (baliza de ubicación) que señala en todo momento tu localización mediante G.P.S.
Los viajes actuales son meros productos enlatados que hasta el bobo más atolondrado y despistado puede acceder. Y la gente transita de un lugar a otro sin el más mínimo respeto por nada, como si fueran cucarachas curiosas en busca de materia orgánica donde defecar con vistas exóticas.
Un aeropuerto es como un McDonald’s en versión restaurante. Los aviones son cápsulas voladoras donde la plaga se extiende en mil direcciones.
Todo se ha desprovisto de la sacralidad ancestral donde los hombres tenían que tener honor y dignidad.
Donde la aventura de vivir entrañaba peligro y exigía sabiduría y valentía. Íbamos armados y el respeto era el salvoconducto. Hoy en día, desde los aparatos de adoctrina-zión se impele a la plebe a degradarse con celeridad. Se promueve la vulgaridad y la grosería más desagradable continuamente.
Los seres humanos ya no buscan la excelencia debido a un comportamiento ejemplar, sino todo lo contrario. Los raperos más decadentes y las actrices más inmorales son los ejemplos a seguir.
Los bobalicones adolescentes los siguen irremediablemente como al flautista de «Hamelín» al precipicio de la idiocracia.
Ni las relaciones de amor, ni las relaciones de amistad, ni la propia familia ha podido mantenerse en pie ante el monstruo de cables, metal y ahora, ondas hertzianas que gobierna el ergastulo global.
El tiempo se aceleró en el mundo mecánico y nos llevaron al universo digital donde ya la hierba no huele ni la sonrisa es real.
Amontonados en enjambres de cristal y ladrillo, los seres – antes – humanos intentan no olvidar pero sin éxito.
Ya pocos saben plantar y menos aún cosechar sus propios alimentos. El mundo sobrenatural del hechicero industrial lo puso fácil.
Te lo dio todo por el módico precio de tu alma y tu cordura.
El mundo automático fue manufacturado para que los hombres ya no lo fueran de verdad. Los héroes de antaño fueron sustituidos por muñecos de «Marvel»; homosexuales disfrazados con trajes horteras, emulando fantasías de guionistas de barrabás bien pagados por «Horrywood».
Y el show cada día es más patético y descaradamente satánico, pero nadie lo puede comprender por qué sus ídolos son sus héroes a imitar.
Ya nadie sabe de las proezas de Hércules ni ningún joven sueña con emular a Perseo.
Ni al Cid, ni a Viriato, ni a los de Numancia, ni al almirante Lezo, ni a Maria Pita, ni al Gran Capitán, ni a Álvaro de Bazán, ni a Agustina de Aragón. De hecho, ni les suenan.
Todo ellos, pobres infelices, adolescentes de género fluido y ego de cristal, quieren ser Aquaman, o Antman (hombre hormiga), o Flash, o sabe dios que nombre le pondrán al próximo memo disfrazado con unas mayas apretadas y un antifaz ridículo.
Los chavales ya no quieren ser gallardos caballeros de fuertes ideales, ni ser protagonistas de gestas heroicas, no, ya no. Ahora quieren emular a los Youtubers y decir chorradas y gilipolleces con la trascendencia de una meada de perro callejero.
Y ellas, las vulgares adolescentes de este tiempo convulso, en lugar de pretender volverse mujeres dignas de ademanes elegantes y encantos intrigantes como se enseñaba en el mítico manual «Kama Sutra» (Vatsyayana lll d.C.), quieren ser «instagramers».
Mover el culo como una mona en celo al son de una estrofa pegadiza o repetir una frase completamente desprovista de sentido para volverse famosas en» TikTok» al menos por media hora.
Todo se ha vuelto desagradablemente mecánico y además muy bien engrasado porque el «aceite» no falta. El aceite es tan omnipresente que la gente lo «pierde» por donde la espalda pierde su nombre.
La maquinaria está más que engrasada con una grasa tan tosca y oscura que parece salida del ano del mismísimo Azazel, que lo ensucia todo y apesta desde lejos.
Y es que parece que los del C.E.R.N. han tenido éxito y por fin han dejado entrar a las huestes de Amodeo, al «gang» de Astaroth, al equipo de Belzebú (בַּעַל זְבוּב /Ba’al Zvuv) y al propio Baphomet como si fuera un equipo de hooligans de fiesta tras una victoria.
Tendremos que hacer caso a Julius Evola y aprender a «Cavalcare la tigre», porque el animal salvaje (el tigre de «JavaScript») ya posee inteligencia artificial y garras en forma de algoritmos.
Pronto aniquilarán el dinero físico y pondrán en su lugar la engañifa de los C.B.D.C. para que siempre estés dentro de su Matrix tecnocrática.
Como nos advirtió el gran apóstol, San Juan de Patmos en sus revelaciones:
La bestia recibirá autoridad y poder de un dragón (¿China?), que representa a Satanás. La gente maravillada por la bestia le dará su adoración y seguirá sus mandatos.
San Juan menciona una marca que será impuesta por la bestia en la mano derecha (donde se sujeta el móvil) o en la frente de las personas («Neuralink» del simpático Elon). Esta marca es considerada como un símbolo de lealtad y adhesión a la bestia (al sistema moderno), y sin ella, las personas no podrán participar en el comercio o realizar transacciones (CBDC).
El discípulo más cercano de Jesús, nos advierte sobre el engaño y la seducción de la «bestia», ya que hará grandes señales (¿de WIFI y 5G?) y prodigios para engañar a las personas.
Las computadoras cuánticas podrán resolver problemas que ahora tardarían siglos, en minutos.
Esos monstruos crearían una inteligencia artificial tan potente que sería capaz de controlar el mundo en su totalidad y reaccionar en tiempo real sobre cada individuo.
También menciona – Ionnaes el de Betsaida -que la bestia perseguirá a los seguidores de Dios y los someterá a pruebas y tribulaciones.
El que no sucumba al sistema, estará fuera y estar fuera significará, vivir como un proscrito.
La revolución contra el mundo moderno (la Bestia) ya no es una opción, sino una obligación espiritual.

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Irene

luego lo leo. si puedo.
https://youtu.be/2_lxkJVYv40
la estategiia de tensióonn la explicaba GiiLa enn televisión.

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