01/10/2024 00:31
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Ayer día 17 de mayo fue aprobado por el gobierno en Consejo de Ministros, el aborto libre para las jóvenes mayores de 16 años, sin consentimiento paterno ni reflexión previa. Detrás van todas las medidas derivadas del hecho capital, pues ya sabemos la voracidad y falta de mesura de los «progresistas» en su carrera de criminalidad, en el mal, que no dejan de progresar inadecuadamente. Del mal, no vino ni vendrá jamás, nada bueno. Los socialistas y su corte de toda la izquierda, del mal van al peor.

El peor pecado y más dañino delito de los «progresistas» está en su mente. Es su ADN. Decir lo contrario para hacer siempre lo peor. Son ellos mismos, incapaces de desenredarse de los tentáculos del demonio que los envuelve y ver la luz de la verdad en su ceguera voluntaria. Con su sectarismo no llegan a más. Su creencia fanatizada de que todo el que no piense como ellos está radicalmente equivocado y es su enemigo a batir, les hace ser imposibles de convivir. Terminan eliminándolo moral y físicamente, como acredita la evidencia empírica.

No les digas que el aborto o la eutanasia es un asesinato porque no te escucharán,  tildándote de lo peor, que en estado de guerra no dudarán en asesinarte, sin más. Así lo hicieron y así lo volverán a hacer en cuando se presente la ocasión. No pueden vivir sin esa droga venenosa, ni menos reconocerla y salirse de su error. Son enfermos crónicos peligrosos.

Los amigos de ETA que la volverán a activar en cuanto lo crean necesario, son tan criminales que matan desde la concepción del ser humano. Esto es el aborto. Desde ahí matan hasta llegar al tiro en la nuca como cuando clamaban: ¡ETA, mátalos! Toda su historia no es más que la carrera criminal contra la gente de bien, aquella que según Lenin, es la primera que hay que matar. Viendo a sus maestros se ven los alumnos.

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La derecha o lo que así llaman no está capacitada para entenderlos y cae todos los días en las trampas que le tienden. Hay que ver lo que hicieron los rojos, como se auto bautizaron, en la guerra civil, hasta hacerla estallar abiertamente. (Ahora no les gusta que les llamen «rojos») Hay que observar cómo son, y cómo no han cambiado. No les cabe en su depravación ni un pecado o delito más que parte de la raíz de su sinrazón.

Para ellos no hay límite moral ni de otro rango, o contención ante nada. Por eso no respetan la ley, ni la costumbre y los principios generales del Derecho. El que lleven el aborto como todo lo relacionado con la mujer, en este caso, hasta sus últimas consecuencias, es normal en su lógica indefinible. Poseídos por el demonio y las fuerzas del mal, ven las cosas conforme se las va inspirando Lucifer del que son siervos.

Nos llevarán al final a lo peor que antes era la guerra civil, y ahora ignoramos qué será. ¿Adónde te puede llevar el espíritu del mal?, pues ahí. Salvo el milagro de que aparezca otro salvador de España, de lo que no hay ni el menor síntoma. Ya prepararon las condiciones para que esto no sucediera ni se volviera a repetir que alguien les parara los pies, pero les puede salir el tiro por la culata. Torres más altas han caído.

Hay que ser asesino convicto y confeso, para en su ejercicio de criminalidad llegar a estos extremos: matar al nasciturus. Pues ahí están. No busquéis más delincuentes y criminales si los tenéis en el gobierno. La derechita cobarde es incapaz de comprender lo malos que son. Los tibios caen todos en sus redes.

¿Y los señores obispos no dicen nada? Pues parece que no. Se amparan en el llamado Santo Padre por cuya conversación tanto rezan los católicos. El triunfo del mal es algo indiscutible. Si nadie se opone a él, pues vemos cómo crece. Desde luego que no queda otra que rezar a ver si se produce un milagro.

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El primer atentado por el PSOE es el provocado por Pablo Iglesias, al anunciarlo en el Congreso de Diputados donde organizó una trifulca sacando su pistola el primer día que allí aterrizó como único diputado del partido por él creado. Amenazó a Antonio Maura, uno de los mejores político, con esta serenata que termina así:

 «…Hemos llegado al extremo de considerar que antes que Su Señoría suba al poder debemos llegar al atentado personal.» Naturalmente Maura que ya llevaba librándose de varios atentados, a los pocos días de estas amenazas sufrió uno del que aunque no murió en el acto, ya no levantó cabeza hasta fallecer poco después. Ocurrió hace poco más de un siglo en el que no cambió sus siglas el partido más criminal, ni sus mañas. Desde entonces hasta los últimos abortos conseguidos con sus políticas liberticidas y anti natura causó un largo río de muertos que no cesa. El diabólico partido, cáncer de España, no ha cesado de asesinar españoles, y dividir y destruir la nación. Y sin contar sus responsabilidades en la pandemia donde murieron tres veces más de lo que dicen. Y como en todas, desde la primera, se han ido de rositas… Y cada vez más crecidos.

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REDACCIÓN