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A San Juan Pablo Magno (que muy probablemente esté disfrutando de la compañía de Dios en el Paraíso), unos pigmeos mentales están intentando echar basura sobre su impresionante biografía. Obviamente, no voy a escribir aquí las barbaridades que han inventado estos bellacos, y que ahora incluso se atreven a propalar en los medios infectos que se prestan a una operación de descrédito tan repugnante.
Si cualquier calumnia resulta siempre odiosa, las calumnias a un santo tan deslumbrante y maravilloso como el Papa polaco habría casi que tomarlas a chiste, si no fuera por su extraordinaria gravedad. Es imposible que este grupo de aliados de Belcebú puedan manchar la santidad de Juan Pablo II con sus embustes, pero de momento lo que sí han conseguido es indignar a millones de personas que queremos, admiramos y deseamos honrar a Wojtyla.
Casi puedo imaginar su rostro allá en el Cielo, con esa media sonrisa tan suya de galán de cine; una sonrisa entre la comprensión ante el pecado humano y la espontánea reacción ante tamaño dislate. Él, que tanto luchó por la paz del mundo. Él, que imitó a Jesús dando amor a los demás, aunque no los conociera. Él, Wojtyla, el Papa que derribó el muro de Berlín y puso sordina a la guerra fría. Él tampoco se ha librado del ataque furioso de sus enemigos.
Es bueno recordar que, tras la marejada que provocó el Concilio Vaticano II y después la teología de la liberación, Karol Wojtyla demostró una habilidad extraordinaria para subrayar lo más nuclear de la tradición de la Iglesia, yendo de nuevo a la raíz, al Evangelio, evitando así malas y heréticas interpretaciones modernistas. Pero además, lo hizo con una personalidad arrebatadora, con verdadero sentido paternal, desde el amor al otro, sin levantar muros innecesarios pero siendo firme en lo esencial.
San Juan Pablo Magno fue, sin ningún género de dudas, el gran Papa del siglo XX, y uno de los más importantes de la Historia de la Humanidad. Su legado, tanto personal como papal, es ciertamente impresionante. Ningún personajillo de aviesas intenciones, en busca del vil metal (qué otra cosa, si no) logrará su objetivo, siempre que los hijos de la Fe Verdadera nos mostremos firmes en la defensa de la memoria y la santidad de Juan Pablo II.
Les invito, desde esta modesta tribuna, a que no se callen. No, no guarden silencio ante esta canallada infame. Alcen la voz por quien tantas veces alzó la suya para defender a los más débiles (niños no nacidos, ancianos, enfermos). Digan alto y claro, allí donde haga falta proclamarlo, que tenemos un santo muy cerquita de Dios. Un Papa bueno y único, que supo sembrar humildad y altura moral en un mundo en decadencia. ¡Viva San Juan Pablo Magno!
Autor
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Nació en Madrid en 1975. Es Doctor en Periodismo por la Universidad San Pablo CEU. Ha dedicado casi toda su vida profesional a la radio, primero en Radio España y desde 2001 en Radio Inter, donde dirige y presenta distintos programas e informativos, entre ellos "Micrófono Abierto", los Domingos a las 8,30 horas. Ha dirigido la versión digital del Diario Ya y es columnista habitual de ÑTV en Internet. Ha publicado los libros "España no se vota" y "Defender la Verdad", "Sin miedo a nada ni a nadie", "Autopsia al periodismo". Esta casado y tiene un hijo.
El Papa JuanPablo II fue la revolucion que el catolocismo necesitaba para volver a su esencia.
Un Santo Padre militante que puso las cosas en su sitio tras el vendaval de destruccion qe represento el concilio Vaticano II, uno de cuyos productos mas genuinos es el actual PP, mezcla de trabucaire argentino y militante de la teología de la Liberacion.
Como Juan Pablo II sigue siendo el recuerdo de lo que debe ser un Santo Padre y como su grandeza no cesa, su sucesor en el Trono de San Pedro busca como ensombrecerlo sin que se note que detrás de las toneladas de basura que intentan echarle encima al grandioso papa polaco, esta el y una paloma que nadie sabe como se poso en el hombro de este nefasto individuo
Sr. Nieto, acuérdese de la novena bienaventuranza: «Bienaventurados seréis cuando os persigan, os injurien, os calumnien y digan toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Regocijaos, porque grande será vuestra recompensa en el Reino de los Cielos». No hay deshonra alguna en las acusaciones del demonio, sino honra ante Dios, que es Juez Justo. Así que de las acusaciones del demonio y de sus vástagos, ni caso. San Juan Pablo II acercó a muchísimas almas al Señor, luego es inequívoco que el demonio intente desacreditarle con los suyos.
¿A qué tanta indignidad viniendo de donde vienen los ataques, de los que quisieron matarle de un tiro el día de la conmemoración de la Santísima Virgen María de Fátima en 1981? ¿Acaso es más el siervo que el Amo? Pues si a Nuestro Señor le persiguieron, le injuriaron, le querían apedrear y prender, le prendieron, le condenaron y le crucificaron, qué no harán con los suyos (Jn 15, 18 y ss.). Lo raro es ese tipo de papas, cardenales, arzobispos, obispos y sacerdotes que gozan de una adulación pública y mediática prácticamente generalizada, especialmente de los políticos de uno y otro signo, abortistas todos ellos. En nada se parecen al Señor esos ministros que padecemos como cruces pesadísimas hasta que el Señor nos libre de ellos o los convierta, desde luego.
San Juan Pablo II tuvo la inmensa valentía de herir mortalmente al demonio beatificando y canonizando a Santa Mª Faustina Kowalska (1905-1938), nombrada por Jesucristo Nuestro Señor, Apóstol de la Divina Misericordia, encargándole escribir un Diario que debía llegar a todos los hombres y mujeres del mundo a partir de sus ministros, los sacerdotes. Se trata de una santa polaca que, inéditamente desde tiempos del Señor, recibió una revelación del mismo Señor Jesucristo para la salvación de todas las almas de la tierra, mostrándose en su principal atributo divino que precede a la Justicia, la Infinita Misericordia que tiene por todos nosotros, independientemente del estado en que se encuentre nuestra alma y de lo abyectos que sean los pecados que haya cometido. Es un mensaje de esperanza para todo el mundo hoy descristianizado por desgracia. Una última tabla de salvación para todos los hombres y mujeres. El mismo Señor le enseña la Coronilla de la Divina Misericordia (se reza todos los días en Radio María entre las 14:50 y las 15 horas, hora santa. Esta oración atrae innumerables gracias si son conforme la Santísima Voluntad de Dios. Cada vez más personas dan fe de ello) y le brinda una dirección espiritual a la santa que le exige dejar por escrito y propagar. Un texto de valor incalculable para la salvación eterna de las almas. El Señor se dirigió a la santa, incluso conminándola a pintar un cuadro de Él mismo para ser venerado en los templos y casas (ya son cada vez más las parroquias que lo exhiben, gracias a Dios), del mismo modo a como se dirigía a los apóstoles, los evangelistas y San Pablo, tal vez previendo la impostura generalizada que desde el siglo XX se viene dando en su Santa Iglesia Católica Apostólica, con caída de fieles y vocaciones constante, y la práctica imposibilidad de muchos de acudir a ejercicios espirituales y a la imprescindible dirección espiritual, por falta de sacerdotes. Este mensaje ha topado con incontables obstáculos, incluso con la prohibición en tiempos de Juan XXIII y de Pablo VI, papas muy influidos por el anticristo socialista y democrático. Pío XII, siendo cardenal Pacelli, luchó mucho por su difusión. Y San Juan Pablo II es el que más ha hecho por difundir la Santísima Voluntad de Dios, su Infinita Misericordia transmitida por la santa polaca.
U QUE AVENNO NOS VENGAS CON ALICANTINAS DEJA EN PAZ AL DIABLO QUE A LO MEJOR ESTA DENTRO DE LA IGLESIA ES EL HUMO DE SATANÁS N SANTO A CAÑONAZOS VENDIO LA IGLESIA A LA SINAGOGA NI MEDIA PAÑABRA DE LA SALVAJE AGRESIÓN A YUGOSLAVIA Y A IRAQ. LOS MALES ACTUALES DE ROMA COMIENZAN CON ÉL WOJTYLA ERA UN AGENTE SECRETO DE LA CIA
Ya pueden deciros eso los rabinos o los reverendos protestantes, que ya sabemos que quienes asesinaron a Jesucristo, también quieren asesinar en masa a todos sus fieles, como hicieron con éste en 13/5/1981.
Ni revolucionario, ni militante de partido ninguno. Santo, que es justo lo contrario.
Y el PP nació en los años ochenta de su fundador, Manuel Fraga Iribarne, ex ministro de Franco, para más traición. Y del PP surgió VOX por escisión, como el PCE surgió por escisión del PSOE, ETA del PNV, etc.
Has interpretado mal (es lógico) lo de PP. Si lees atentamente verás que se refiere al Papa Bergoglio, no al partido político.