21/11/2024 18:01
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Este fin de semana, a petición del grupo político Podemos, esta formación socialdemócrata y globalista supeditada a los intereses bursátiles y atlantistas, ha abogado por consultar al pueblo español, si aboga por una monarquía o república.

La monarquía es una institución gloriosamente fenecida como ya aseveró José Antonio Primo de Rivera, en su día, en cambio la II república, nació ya muerte. La II república fue fallida porque igual que la monarquía es liberal y desempeña un sistema: jacobino, burgués, ascético y comodón, en palabras del Doctor: José María Albiñana, calificó a la II república española como un gobierno de lobos.

Claro está y es una evidencia absoluta como que Dios, Nuestro Señor, existe que no hay comparativa entre el proyecto político de Don José María Albiñana y Santiago Abascal.

Pese a que ambos se les califica como patriotas, entrando a esbozar un poco más el cuadro y no quedarnos, solamente en meras pinceladas abstractas, la formación política del Doctor: José María Albiñana es de carácter nacionalista, ergo el Partido Nacionalista español se basaba en un programa de carácter: agrario y corporativo, contrario al liberalismo/ conservador que defiende: Vox, de la cual es hijo putativo del partido popular.

Es inadmisible, el confundir: Patriotismo con Nacionalismo ya que el primero es hijo de la revolución liberal y el segundo aboga por una cohesión: metafísica, corporativa, histórica y militar.

Por no hablar de las comparativas que son odiosas, en toda su dimensión ya que se juzga, el pasado con una mentalidad del presente. El doctor Albiñana era absolutamente monárquico, pero distaba afortunadamente con el partido de Santiago Abascal en que secunda un actual régimen borbónico liberal, supeditado a los intereses bastardos de la Agenda 2030.

Parafraseando al verbo de la tradición: Juan Vázquez de Mella: No se puede poner, tronos a las causas y cadalsos a las consecuencias. Por lo tanto retrotrayéndose al pasado y volviendo al presente, la monarquía es igual de nociva, como lo fue actualmente la II república española, así que de lo contrario de nada sirve aferrarse a un vasallaje que va en detrimento de los intereses nacionales, girando el timón a babor, los partidos políticos autoproclamados de izquierda abogan por un referéndum, cuestión que por otra parte, los que nos consideramos como nacionalistas, en el término social, no contemplamos un marco en el que un Rey se posicione con los que pretenden a toda costa derruir la sagrada: Unidad Nacional.

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El vasallaje y genuflexión que Vox muestra al igual que el partido popular en una dinastía borbónica que es de carácter masónico, les posiciona a ellos en el mismo baremo. Al igual que Podemos al «representar» falsamente los intereses de la clase trabajadora y popular, cuando sus políticas se rigen por intereses extranjeros.

El hacer un referéndum consultivo entre una forma de Estado ya sea este: monarquía o república, actualmente son dos formas de Estado que velan por intereses de los partidos políticos de turno y no de los compatriotas. Al igual que la Justicia Social, no es patrimonio de la izquierda, la bandera bicolor, no es competencia en exclusividad de la derecha sociológica, pertenecen al honrado y laborioso pueblo español.

¡Basta ya! de la dictadura inorgánica liberal de los perniciosos partidos políticos y sus pugnas pueriles.

España, sus gentes, su pueblo y su sencillez popular es mucho más compleja su metafísica que el término escueto, cuando lo que hay que abogar es por un Estado que sea el sujeto de una Nación y un predicado que sea el pueblo, sin pasar por el trance burocrático de los partidos políticos.

Cuando somos de tamaño microscópico y venimos a este valle de lágrimas, tal y como lo definió: Jesucristo, Nuestro Señor. Es un camino difícil y si alguna clase social como la burguesía, lo tiene accesible su peatonalización es porque le han facilitado el trabajo.

Al igual que las clases populares que repelen a esa burguesía, no les falta razón, pero su planteamiento es absolutamente erróneo, porque cuando alcanzan cotas de poder, renuncian de la espiritualidad intrínseca, reduciendo al colectivismo como preciados objetos vulgares materiales, cuando es el hombre el que cargado de idealismo y espiritualidad como puede ser el moverse hacia el punto de partida con afán superlativo a su segunda madre que es: España, una Unidad de destino en lo universal y una de las cosas más serias que se puede ser en el mundo.

De ahí que el sistema actual del régimen del 78 (masónico y liberal)  emplea la pugna, ahora mismo más recia, entre la derecha (Vox) y (Podemos) la izquierda.

Podemos, plantea un estólido referéndum que es totalmente nulo de pleno derecho y Vox, defiende un sistema Patriótico, pero derritiéndose a elogios del liberalismo. Cuando precisamente este sistema y a los que estoicamente, pese a las visicitudes del destino, disentimos de él, se nos tacha de «rojos» cuando denota una ceguera mental e ignorancia rebosante por parte del emisor.

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Al igual que por posicionarse en contra de los que enarbolan, la bandera tricolor ya que si les trastocas su cosmovisión socialista horizontal, en torno a la república. Cuando la República puede ser Nacional y la monarquía globalizadora, pero así en su contrario. Los botarates te tildan de fascista.

Esta forma tan obtusa de mente e intransigente, cerril y reaccionaria se debe a la poca lectura e información que la casta política tiene: culturalmente e históricamente sobre los hechos acaecidos en pretérito.

Así que sus señorías de Vox, deberían aplicarse rigurosamente aquello de: menos palabrería liberal y más respeto a la libertad profunda del hombre. Al igual que Podemos debería de dejar de tiranizar a las masas que es de donde salen, las peores formas de gobierno: Véase allí por donde han pasado en los respectivos consistorios, como hizo su homólogo, el partido socialista en Andalucía.

Un votante «derechista» y un votante «izquierdista» defienden la corrupción sistemática e  ideología caduca de su signo, color o símbolo político, determinado. Mientras coinciden en lo esencial, el sistema jacobino. El someter la verdad o la mentira al dictamen y mandato de las urnas. En las que de ahí es el caldo de cultivo para azuzar viejos odios del pasado ya superados.

La democracia es un timo.

La monarquía subyuga a los hombres de todas las tierras de España.

La república bien encauzada puede ser un régimen: Nacional, popular y netamente soberanista, sino cumple esos requisitos sine qua non. sería incompleta y nos volvería  a enfrentarnos  entre hermanos por pugnas estériles que llevarían al derramamiento de sangre continuo y desmesurado, la única forma de cortar la hemorragia es acabar de raíz con los partidos políticos y en especial los separatistas e izquierdistas que contempla esta funesta constitución aupada por la democracia cristiana y liberal, un significado etimológico incongruente que dista de ser social cristiano. No se puede poner una vela a Dios y otra al diablo. 

Autor

REDACCIÓN