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La ley de bienestar animal sigue dando mucho de sí por lo polémica y absurda. Un ejemplo, por maltratar a «animales vertebrados» puede acarrear condenas de hasta 18 meses de prisión en caso de que se ocasione la muerte del animal.
La reforma del Código Penal, aprobada el pasado jueves en el Congreso de los Diputados, ha resultado especialmente polémica por afectar a los animales silvestres que viven en libertad, como ratas o culebras. Esa modificación fue impulsada por el Ministerio de Derechos Sociales, que dirige Ione Belarra.
El anteproyecto ideado inicialmente por Belarra recogía penas aún más elevadas, que llegaban hasta los dos años de cárcel para quien provocase la muerte de un animal vertebrado (unas 72.000 especies).
El texto contempla penas de entre seis y 18 meses de cárcel, además de inhabilitación de dos a cuatro años para el ejercicio de la profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales y para la tenencia de animales, a quien «cause la muerte de un animal vertebrado». Si se trata de un animal «doméstico, amansado, domesticado o que viva temporal o permanentemente bajo el control humano», la pena es superior, de 12 a 24 meses, además de inhabilitación especial de dos a cuatro años.
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A lo largo de millones de años han desaparecido cientos de miles de especies debido a causas naturales y han aparecido otras especies nuevas. Quienes defienden que hay que proteger a los millones de especies que existen actualmente en la Tierra (el mito de la biodiversidad) no comprenden que muchas de esas especies son perjudiciales para los seres humanos, como las bacterias y los virus que son patógenos, los animales que son transmisores de enfermedades (como los mosquitos, las ratas, etc.), los animales venenosos, etc. La Humanidad hace lo correcto protegiéndose de todas las especies que ponen en peligro su salud y la biosfera seguirá evolucionando como lo lleva haciendo desde que se formó la Tierra.