Tal y como establece la Constitución española “la forma política del Estado español es la monarquía parlamentaria”, lo cual viene a significar que “el rey reina, pero no gobierna”, de tal forma que la regia figura fundamentalmente simboliza la unidad y continuidad histórica de España. A su vez, ello supone que las tareas de gobierno le corresponden al presidente elegido por el Congreso de los Diputados tras su conformación en virtud de los resultados obtenidos por las distintas formaciones políticas que concurren al proceso electoral. Sin embargo, en España, desde la llegada de Pedro Sánchez al poder, se da la insólita situación de que “el presidente preside, pero no gobierna”.
Ante tan anómalo escenario político cabe lógicamente preguntarse quién gobierna en España y la respuesta inequívoca es que a día de hoy son los líderes independentistas catalanes y vascos los que tienen la sartén por el mango y, por tanto, hacen y deshacen a su antojo. En consecuencia, en España actualmente impera una situación de caos institucional y social provocado por un gobierno que, en lugar de actuar en función de las necesidades y aspiraciones del conjunto de los españoles, dirige sus esfuerzos a mantenerse en el poder a toda costa.
Esencialmente todo lo acontecido en estos últimos años de desgobierno obedece a que, tras celebrarse las elecciones generales de 2019 y ante la falta de apoyo ciudadano para gobernar en solitario, P. Sánchez, decidido a llegar a la Moncloa a cualquier precio, no tuvo escrúpulo alguno en ligar su destino a los independentistas y comunistas. Obviamente, el apoyo de unos y otros no podía de ninguna manera concederse de forma gratuita, de tal forma que el psicópata monclovita se vio en la obligación de plegarse ante las exigencias de los enemigos seculares de la nación española, algo que hizo sin importarle lo más mínimo las graves consecuencias que inevitablemente habría de acarrear tan perversa asociación.
Así, en la pasada legislatura tuvimos que soportar como se indultaba a los golpistas catalanes, como se rebajaban las penas por el delito de malversación de caudales públicos, cómo se permitía la inmersión lingüística en contra de lo establecido por los tribunales de Justicia; cómo se blanqueaba a ETA y se acercaba a los presos etarras a las cárceles vascas para que así gozaran de beneficios penitenciarios; cómo se rebajaban las penas o se excarcelaban a violadores y pederastas o cómo se blindaba por ley la “okupación” de viviendas, por citar alguna de las muchas medidas absolutamente esperpénticas puestas en marcha por el Gobierno de P. Sánchez a instancias de sus socios independentistas y comunistas.
Después de un nuevo fracaso en las elecciones generales de 2023 P. Sánchez, cómodamente instalado en esa ciénaga donde tan solo se respiran los efluvios que emanan de la amoralidad absoluta, decidió entregarse en cuerpo y alma a la definitiva consolidación del nuevo Frente Popular. No obstante, en esta nueva legislatura se han producido dos hechos que han venido a condicionar la acción de gobierno del psicópata monclovita aún más de lo que ya lo estaba. Así, la aritmética parlamentaria varió de tal forma que para lograr ser investido presidente P. Sánchez tuvo que recurrir al apoyo de Junts, con lo cual la actividad gubernamental quedó a expensas de un prófugo de la Justicia como Carles Puigdemont, cuyo rasgo ideológico primordial es el odio a España. A su vez, las discrepancias entre Sumar y Podemos, básicamente por cuestiones de índole personalista, concluyeron con la escisión de los comunistas y la permanencia en el seno de la coalición socialcomunista de la formación liderada por Yolanda Díaz, de tal forma que P. Sánchez también se encuentra obligado en esta nueva legislatura a llegar a acuerdos con la formación morada para lograr una cierta estabilidad política.
En este escenario, hemos podido comprobar como P. Sánchez acataba sumisamente las demandas que Junts le planteó para concederle su apoyo en la sesión de investidura. Así, en un nuevo ejercicio de poder absolutamente fraudulento por suponer el incumplimiento de los compromisos adquiridos con la ciudadanía durante la campaña electoral, el psicópata monclovita acordó con el patético mequetrefe de Waterloo promulgar una ley de amnistía que, tal y como previamente defendió el propio partido socialista y posteriormente confirmaron jueces y fiscales, supone la abolición del Estado de Derecho y la eliminación del principio de igualdad de todos los españoles ante la ley. Sin embargo, C. Puigdemont, conocedor de la debilidad parlamentaria y las carencias morales de P. Sánchez, se ha propuesto convertir esta legislatura en una película de terror cuyo anhelado final es la independencia de Cataluña. De esta forma ante la tramitación de los primeros decretos ley propuestos por el Gobierno socialcomunista Junts se dignó a abstenerse para así facilitar la aprobación de los mismos tan solo después de haber conseguido, entre otras cosas, la transferencia de las competencias en materia de inmigración, para así controlar los flujos migratorios en la región catalana. En este punto cabe señalar la indecencia que adorna a nuestro lamentable presidente, ya que resulta que previamente el propio P. Sánchez había declarado que Junts era un partido supremacista, xenófobo y racista, razón por la cual el partido socialista en su conjunto entendía que dicha formación política estaba inhabilitada para la gestión de la inmigración. En consecuencia, con su nuevo cambio de rumbo, el psicópata monclovita volvía a demostrar que la incongruencia entre lo que dice y lo que hace es su forma habitual de conducirse en la vida.
No tuvo la misma suerte el Gobierno socialcomunista con el decreto ley promovido por Sumar que pretendía reformar el subsidio de desempleo, ya que el mismo no salió adelante debido al voto en contra de Podemos, viniendo así la formación morada a poner de manifiesto que no aceptaba ser un espectador pasivo de las políticas sanchistas, sino que, por el contrario, se postulaba como un interlocutor de vital importancia para sacar adelante cualquier iniciativa legislativa, lo cual evidentemente viene a complicar sobremanera la actividad gubernamental.
Por lo que respecta al País Vasco también se están empezando a ver ya las primeras señales del pacto oculto contraído entre P. Sánchez y Arnaldo Otegi. Así, después de que el PSOE concediera de forma ignominiosa la alcaldía de Pamplona a Bildu, el entramado abertzale, poniendo precio a su apoyo, no ha tenido reparo alguno en convocar una manifestación en las calles de Bilbao para pedir la amnistía de los asesinos de ETA que actualmente se encuentran presos o en paradero desconocido, debiéndose entender todo ello como la tenebrosa antesala de la celebración en las provincias vascongadas de un referéndum de autodeterminación.
En definitiva, atrapado en su laberinto narcisista y cegado por su desmesurada ambición de poder, P. Sánchez se ha convertido en servil rehén del independentismo, ante la indignación de una parte cada vez más numerosa de la ciudadanía. Por esta razón es lícito afirmar que el psicópata monclovita está absolutamente inhabilitado para desarrollar un proyecto político capaz de garantizar el bienestar y el progreso del conjunto de la sociedad, lo cual es razón suficiente para exigir al pueblo español la utilización de todos los medios a su alcance para desterrar definitivamente de la política española a tan infausto personaje.
Autor
-
Rafael García Alonso.
Doctor en Medicina por la Universidad Complutense de Madrid, Especialista en Medicina Preventiva, Máster en Salud Pública y Máster en Psicología Médica.
Ha trabajado como Técnico de Salud Pública responsable de Programas y Cartera de Servicios en el ámbito de la Medicina Familiar y Comunitaria, llegando a desarrollar funciones de Asesor Técnico de la Subdirección General de Atención Primaria del Insalud. Actualmente desempeña labores asistenciales como Médico de Urgencias en el Servicio de Salud de la Comunidad de Madrid.
Ha impartido cursos de postgrado en relación con técnicas de investigación en la Escuela Nacional de Sanidad.
Autor del libro “Las Huellas de la evolución. Una historia en el límite del caos” y coautor del libro “Evaluación de Programas Sociales”, también ha publicado numerosos artículos de investigación clínica y planificación sanitaria en revistas de ámbito nacional e internacional.
Comenzó su andadura en El Correo de España y sigue haciéndolo en ÑTV España para defender la unidad de España y el Estado de Derecho ante la amenaza socialcomunista e independentista.
Últimas entradas
- Actualidad19/11/2024Postmodernismo I: Apuntes sobre una teoría de la nada. Por Rafael García Alonso
- Actualidad05/11/2024La Dana y la Rosa: Crónica de una catástrofe. Por Rafael García Alonso
- Actualidad30/10/2024La colmena roja. Por Rafael García Alonso
- Actualidad28/10/2024Pedro Sánchez ha convertido al PSOE en un nido de corrupción. Por Rafael García Alonso