Risto Mejide denunciado judicialmente por desear que los no timovacunados se conviertan en "apestados" y "que los marquen". Por Luys Coleto

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Programa Todo es mentira del pasado martes 9 de noviembre de 2021. Ricardo Mejide Roldán, vulgo Risto, pasada una hora, 16 minutos y 27 segundos. Literal. “Quería comentar con usted algunas de las medidas nuevas que convierten a los no vacunados prácticamente en apestados, QUE A MÍ ME PARECE BIEN”. En otro momento, una infecta basura progre de la caja tonta tele grazna. “QUE LOS MARQUEN”. Y Risto remata, “me lo apunto”. Y agreguen a otro zurullo dizque humano, ese mismo día, mismo programa: el epidemiólogo Joan Carles Márquez (1 hora, 17 minutos y 56 segundos). «Podemos plantearnos un confinamiento de los no vacunados».

Incitación a odiar

OSCE, Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa. 2003. Definiendo delito de odio. «(A) Cualquier infracción penal, incluyendo infracciones contra las personas o las propiedades, donde la víctima, el local o el objetivo de la infracción se elija por su, real o percibida, conexión, simpatía, filiación, apoyo o pertenencia a un grupo como los definidos en la parte B”.

“(B) Un grupo debe estar basado en una característica común de sus miembros, como su raza real o perceptiva, el origen nacional o étnico, el lenguaje, el color, la religión, el sexo, la edad, la discapacidad intelectual o física, la orientación sexual u otro factor similar».

No timovacunados, nuevo chivo expiatorio

Factor similar. Sic. Los no timovacunados, como grupo. Nuevo y odioso chivo expiatorio. Sin llamarnos bebelejías, juas, pero de igual manera incitando a nuestra abierta exclusión social. Al marcaje. A la abierta discriminación. Al apartheid, hacia el gueto…

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Autor

Luys Coleto: Nacido en Bilbao, vive en Madrid, tierra de todos los transterrados de España. Escaqueado de la existencia, el periodismo, amor de juventud, representa para él lo contrario a las hodiernas hordas de amanuenses poseídos por el miedo y la ideología. Amante, también, de disquisiciones teológicas y filosóficas diversas, pluma y la espada le sirven para mitigar, entre otros menesteres, dentro de lo que cabe, la gramsciana y apabullante hegemonía cultural de los socialismos liberticidas, de derechas y de izquierdas.

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