21/11/2024 22:30
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Parece que toca a su fin el culebrón de la renovación del CGPJ; parece, pero dados los actores principales, Sánchez y Feijó, el PSOE y el PP, los cuatro mentirosos compulsivos, puedo asegurarles que no, que en realidad se va a aparentar que se arregla pero para que todo siga igual.

El artículo 122 de la Carta Magna es claro en cuanto a la renovación del CGPJ: “…estará integrado por el Presidente del Tribunal Supremo (…), y por veinte miembros nombrados (…) doce entre Jueces y Magistrados de todas las categorías judiciales (…); cuatro a propuesta del Congreso de los Diputados, y cuatro a propuesta del Senado, elegidos (…), entre abogados y otros juristas, todos ellos de reconocida competencia y con más de quince años de ejercicio en su profesión”. Pero claro, si fuera así, el CGPJ sería un órgano cuasi independiente porque los políticos, o sea, sociatas y peperos sobre todo, no podrían mangonearlo; excepción hecha de la propia politización de la carrera judicial que como sabemos es hoy brutal, pero eso es otra historia. Y claro, hasta ahí podían llegar, toda vez que desde 1978, y antes también, sabían que más temprano que tarde todos ellos, todos los políticos, iban a sentarse en el banquillo; de ahí también el maremoto de aforamientos.

Pues bien, en año tan temprano como 1985 ya se encargó González, ese “gran estadista” y “demócrata de toda la vida”, y con el él el PSOE, de aprobar la ley orgánica 6/1985 por la cual, ciscándose en lo establecido en la Constitución, eso sí, nombrándola hasta la saciedad para aparentar lo contrario, se decidió que la elección del CGPJ quedaba por completo en manos del Parlamento, o sea, de los partidos, es decir, de los políticos, en definitiva totalmente politizado. Por eso y para que no quedara duda el “demócrata” Alfonso Guerra nos espetó aquello de que “Montesquieu ha muerto” porque bien sabía que él, junto con González y el PSOE con su mayoría aplastante, que lo habían asesinado; y con su cadáver la imparcialidad e independencia del poder y sistema judicial. Claro que, todo hay que decirlo y recalcarlo, con el silencio cómplice y entusiasta de Alianza Popular ya en vías de degenerar en el PP que no hizo ascos, no interpuso ningún recurso ante la evidente inconstitucionalidad de dicha ley y se frotó las manos porque, como los sociatas, sabía muy bien que más temprano que tarde iban a sentarse, asimismo, en el banquillo. Y que el emérito sancionó encantado por lo que a él le atañía, y ya me entienden.

Desde entonces, la renovación del CGPJ ha sido una merienda entre políticos corruptos  –¿hay alguno que no lo sea?–  cocinada a espaldas de los españoles que, esto también, han dejado hacer. Así, podemos afirmar que desde la cabeza, el CGPJ, hasta los pies, los tribunales con jueces mayormente dedicados a la política para medrar, el sistema judicial español es una basura que ha provocado que nuestro Estado no lo sea de Derecho, sino de impunidad.

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El problema para su renovación ahora ha estado sólo en que el PP, para desgastar aún más al más que quemado Sánchez, repito que sólo para eso, se puso demócrata y le exigía hacerlo conforme a la Constitución y no a la Ley 6/1985; en realidad quien llevaba razón era Sánchez porque con la citada ley en vigor y nunca recurrida por el PP y con la complicidad de éste de casi 30 años de renovación del CGPJ por ella, no tenía el PP agarre alguno para montar el pollo, de ahí que lo único que ha pretendido es ese desgaste suplementario y curarse en salud ante la evidencia de que la patita dictatorial de Sánchez es tal que con un CGPJ en su manos, más el TC, INDRA y el apoyo de los separatistas, por muy quemado que esté es capaz de volver a sentarse en la poltrona por… ni se sabe cuántos años más.

De la reunión y aparente acuerdo, nada transparente como corresponde a dos demócratas de toda la vida, entre Sánchez y Feijó sólo podemos esperar, por todo lo dicho, que aparenten cambiar la cosa pero en realidad para que todo siga igual, es decir, para que el CGPJ y con él todo el sistema judicial siga tan politizado y corrupto como hasta ahora, porque ninguno de ellos, como ninguno de sus partidos y partidarios, como al parecer tampoco los españoles por mucho que aparentan quejarse pero que les seguirán votando, están dispuestos a resucitar a Montesquieu derogando la ley 6/1985 y ajustándose a la Constitución que, aunque llena de agujeros, en esto de la elección del CGPJ es bastante aceptable y desde luego clara y concreta… salvo en la inocencia de creer que en España los Jueces y Magistrados se dedican sólo a administrar Justicia conforme a las leyes en vigor.

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PD.- España cuenta con 17.603 aforados pertenecientes a instituciones del Estado y de las Comunidades Autónomas (políticos, carreras judicial y fiscal, Tribunal de Cuentas, Consejo de Estado, Defensores del Pueblo, etc.), Italia uno y Alemania ninguno. ¿Ven por qué les es tan importante controlar el CGPJ?

Autor

Francisco Bendala Ayuso