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Existe en España la creencia general de que el Reino Visigodo de Toledo cayó ante las tropas musulmanas en el 711 prácticamente en su totalidad. Por lo mismo, se puede entender que su población y familias nobles fueron sometidas o huyeron a protagonizar una ya mítica resistencia en el norte de la península. No obstante, la realidad resultó mucho más compleja que esto, y numerosos sectores de la población, pese a ser cristianos de varias generaciones, cedieron ante las tropas musulmanas para poder sobrevivir. Otros vieron en la caída del reino godo la posibilidad de crecer en poder, y decidieron aliarse con el invasor. No hay mejor ejemplo de esto que la familia Banu Qasi, o Casio, como eran conocidos antes de convertirse al islam.

El rey Rodrigo había sido derrotado en la Batalla de Guadalete y los ejércitos musulmanes avanzaban de forma imparable por la península, perdonando a quienes les daban apoyo y guerreando contra los que se oponían. Cuando llegaron a la altura de Nájera se encontraron con una sorpresa, el conde local, Fortunius Casio, en lugar de poner resistencia hincó la rodilla, acepto sumisión al nuevo emir y ofreció su conversión al islam. La única históricamente registrada durante los primeros años de la conquista de España. Por esta buena voluntad el conde y su familia mantuvieron sus títulos, así como una serie de privilegios en la zona.

Al pasar los años, los Banu Qasi, ya convertidos al islam, fueron atacando fortalezas y pueblos a su alrededor, principalmente aquellas en posesión de los francos, que trataban de introducirse en la península. Así, logrando expandirse por toda la ribera del Ebro, gobernando directamente muchas plazas y obligando a otras a pagar tributo. También lograron aumentar mucho su influencia a través de favores al emir andalusí, brindándole hombres y dinero para combatir contra los bereberes y, paradójicamente, luchando contra sus antaño compañeros de fe, reprimiendo numerosas revueltas visigodas.

Sería en el siglo IX, unos 100 años después de la conversión, cuando alcanzarían su mayor tasa de poder. En el año 851, Musa ibn Musa, bisnieto del Conde Casio, logró derrotar al Reino de Asturias en la Primera Batalla de Albelda. Esta victoria le aseguró el control de una parte importante de la zona de la actual Rioja y demostró que su poder personal era igual, por lo menos, al de un rey. Así, en ese momento comenzó a hacerse llamar “tercer rey de España”, igualándose en prestigio al derrotado rey asturiano y el emir de Córdoba.

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Al acumular tanto poder comenzó a hacerse notar demasiado en la corte musulmana de Córdoba, en donde las intrigas eran habituales. La ambición de los Banu Qasi comenzaba a romper el saco y cuando Musa trató de situar a sus hijos como gobernadores de otras plazas que no le correspondían, fue demasiado. A partir del año 862, tras un intento de los herederos de Musa de rebelarse contra el emir, comenzó la caída de la dinastía. Desde Córdoba se comenzó a apoyar a linajes rivales de los Banu Qasi, que poco a poco fueron arrebatándoles tierras e influencia. Al ver esta situación de debilidad, los soberanos pamploneses y asturianos comenzaron a lanzar asaltos e invasiones a las fronteras de las tierras familiares, minando cada vez más el poder de la dinastía.

En el año 924 los Banu Qasi eran ya una sombra de lo que fueron, atrapados entre dos bandos. Por su ambición, habían logrado enfurecer tanto a los monarcas cristianos, resentidos por su conversión inicial, por los ataques a sus fronteras y el resultado de la batalla de Albelda; mientras que desde Córdoba se quería acabar con una dinastía que se había atrevido a igualarse en grandeza al emir. Ese mismo año se pierde registro de los últimos miembros de la familia, que se dispersaron por toda la península, empobrecidos y detestados.

Los Banu Qasi, los herederos del Conde Casio, que habían logrado igualarse en poder a reyes, desaparecieron de la historia entre el deshonor y la pobreza. La ambición que les había hecho traicionar al reino visigodo para medrar, les hizo también sobrepasarse en sus pretensiones y ser atrapados en un fuego cruzado. La primera familia noble visigoda en convertirse al islam por deseo de poder, acabó perdiéndose entre las mareas de la historia.

Autor

Yoel Meilán Pena
Yoel Meilán Pena
Yoel Meilán Pena (Lugo, 1999) es en la actualidad doctorando en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense de Madrid y colaborador en varios medios de comunicación de tirada nacional. Egresado del máster en Ciencia de las Religiones y ponente en sucesivas convocatorias de la International Political Science Association, sus principales campos de estudios son la historia religiosa en España, el radicalismo islámico y la pérdida de espiritualidad en Europa.
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