22/11/2024 08:59
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El jurgol de élite nos nutre, de imágenes dantescas, groseras, nauseabundas y 1.001 adjetivos dañinos más (la pequeña parte positiva es tan obvia que no la mento, ni lamento que exista, porque a mí me sigue gustando el jurgol en ese pequeño porcentaje)

La final de la Copa de Europa en Heysel es uno de los hitos jurgolerdos más conocidos, y a la vez más desconocidos… porque la simpleza humana está tan extendida y va tan de la mano a su maldad, que jamás he visto un buen análisis de la atrocidad brutal que se pudo ver en este partido televisado al mundo entero… porque no me refiero a los muertos (que, por supuesto, también), ni al robo que le hicieron al Liverpool, sino a lo que muestro en este corto vídeo, que debería ser de obligado visionado –arreglado técnicamente, porque me quedó fatal la compresión de la imagen, ya de por sí de muy mala calidad – en todas las escuelas deportivas y extradeportivas del mundo. Es impresionante que ese partido se disputara, pero gracias a esta barbaridad de haberse jugado se pudo ver el verdadero escándalo que es el negocio del jurgol de élite y el analfabetismo y la psicopatía de muchos, pero muchos, de los aficionados.

Yo tenía 10 años entonces, por lo que no vi el partido… pero si me pilla de adulto hubiera dejado de ver jurgol de élite ipso facto y lo hubiera combatido desde mi posición de combate mediático.

Sabiendo esto, jamás hubiera sido miembro de los Boixos Nois ( sección Centre, de los 18 a los 20 años, tuve hasta carnet y tuve otro ya a los 30 y pico palos, pero simbólico) ni amigo de algunos Ultrassur (secc. Mod y secc. Cubos) ni del Frente Atlético (secc. TNT sobre todo). Vamos, que sé un poco sobre este tema del jurgol de élite y sus aficionados.

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Pasen y vean este vídeo. Ya en 1985 la sociedad estaba más tarada que ahora con el congojavirus, por eso a mí no me coge nada por sorpresa, es más, me asombra que todavía estemos “tan bien”. Lo mejor de este vídeo es que deja por los suelos la moralidad tanto de jugadores, técnicos, directivos, políticos, seguidores, fuerzas del orden, sanitarios, periodistas, teleespectadores… ¡NO SE LIBRA NI UNO! Igual, entonces, el inmoral soy yo… Juzguen ustedes…

Autor

REDACCIÓN