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BOE» núm. 157, de 4 de junio de 2020, páginas 36990 a 36999 (10 págs.) Pastizal por «diagnóstico», ingreso y muerte covid (exitus), Y Real Decreto-ley 22/2020, de 16 de junio, por el que se regula la creación del Fondo COVID-19, estableciendo establecen las reglas relativas a su distribución y libramiento. 16. 000 millones, no está nada mal, la verdad. Claves leguleyas para entender la matanza de ancianos. Por supuesto, ningún virus. Eutanasiar sistémica y sistemáticamente a lo grande.

Tom Renz

El prestigioso abogado estadounidense Tom Renz ha testificado ante el Senado de Ohio con explosivas acusaciones contra la industria médica y funcionarios de salud del gobierno federal. Según Renz, se “incentivó” a hospitales y médicos a “asesinar” a sus pacientes para crear la ilusión de que la calandraca pangolinica era una amenaza importante para la salud pública.

Durante su testimonio, Renz reveló que los hospitales recibieron más dinero del Gobierno por cada paciente que dio “positivo” por covid. Además, recibieron fondos adicionales para tratar a pacientes con covid y, aún más, cuando el “virus” figuraba como la causa de su muerte. Renz señala que este sistema alentó a los hospitales a inflar las cifras covid e incluso a “asesinar” a los pacientes. “Si vas al hospital y obtienes una prueba de Covid positiva, el hospital recibirá más dinero”, dijo Renz a los legisladores durante la audiencia. “Si te recetan remdesivir, el hospital recibe más dinero. Si te ponen un ventilador, el hospital recibe más dinero. En lugar de decir: ‘Obtendrás más dinero cuando este paciente esté sano’, dijimos: ‘Obtendrás más dinero cuando muera’”.

El crimen del siglo

Eutanasiar criminalmente. Mediante una letal combinación de mierdas medicamentosas. O respiradores. Ni virus ni nada de nada. Asesinatos. Planificado, planificadísimo gerontocidio a lo bestia en todo el orbe occidental. Los pacientes de edad avanzada recibieron innecesariamente protocolos/protoculos de final de vida. Aquellos que dieron «positivo» a través de fraudulenta PCR, mayestático engaño, recibieron dosis mortales de medicamentos como los deletéreos midazolam y cloruro mórfico, incluso si la sintomatología covidicia era leve. Chutando tóxicos fármacos se cepillaron a los ancianos y los pacientes figuraron como fallecidos a causa del denominado covid.

Decenas de miles de personas ancianas fueron bárbaramente asesinadas para aumentar las tasas de mortalidad. La causa de sus muertes fue catalogada como “covid”. Se atribuyó falazmente estas muertes al covid, grosso modo, lo que indicaba para la opinión publica encerrada y acojonada en sus quelis que el inexistente virus estaba matando a miles de personas mayores.

En el ínterin un pequeño grupo de piernas impulsaba la necesidad de bozales e inóculos obligatorios (véase la carpetovetónica Koldosfera). Los pacientes, pues, fueron sacrificados casi ritualísticamente para aumentar las “muertes por covid” e incrementar la cagalera del telecreyente, mientras se obtenía el entusiasta apoyo de las masas sumisas para todo tipo de absurdas, atroces y liberticidas medidas de linaje militaresco: secuestros domiciliarios, cierres perimetrales, toques de queda, timovacunas

En fin.

Autor

Luys Coleto
Luys Coleto
Nacido en Bilbao, vive en Madrid, tierra de todos los transterrados de España. Escaqueado de la existencia, el periodismo, amor de juventud, representa para él lo contrario a las hodiernas hordas de amanuenses poseídos por el miedo y la ideología. Amante, también, de disquisiciones teológicas y filosóficas diversas, pluma y la espada le sirven para mitigar, entre otros menesteres, dentro de lo que cabe, la gramsciana y apabullante hegemonía cultural de los socialismos liberticidas, de derechas y de izquierdas.
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