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Los cuernos son como los dientes, duelen al salir, pero luego sirven para comer” Dicho popular

Hoy en día la fidelidad solo se da en los equipos de sonido” Anónimo

Parece ser, según noticias aparecidas en los medios rosas de la comunicación, que durante el confinamiento ha aumentado la infidelidad. Uno se queda perplejo ante semejante noticia, pues no ve cómo se puede ser más infiel (ellas y ellos) encerrado en casa. Debe de ser una nueva aportación del coronavirus a nuestras vidas que hace que el ingenio se agudice, y que ha creado esta nueva forma de infidelidad pandémica

Un niño pregunta a su padre: ¿papá tú tienes cuernos? Y yo que sé hijo mío – le contesta el padre – ¡tengo tantas cosas en la cabeza!

No nos engañemos, la infidelidad existe en este mundo desde que el ser humano lo pisó por primera vez; forma parte de su naturaleza. Lo que sucede es que la infidelidad ha cambiado con el paso de los años. En la actualidad existen diversas formas de infidelidad además de la clásica y de siempre: intercambio de parejas – todo el mundo sabe lo que es esto – “swingers”, que consiste en entremezclarse hombres y mujeres aleatoriamente y sin distinción de sexos acabando llenos de babas, saliva y fluidos por fuera y completamente vacíos por dentro; y la última que nos ha llegado es una especie de infidelidad a la carta ofrecida por empresas dedicadas a esto que te dan a escoger entre diferentes formas, diferentes sitios, diferentes personas y siempre la puerta abierta a lo que tu imaginación te diga. Es curioso que esta forma de infidelidad donde más ha calado es en las mujeres. Lo explica unjo de los directivos de una de esas empresas: “Es así porque son las mujeres las que mayormente se inscriben” Añadiendo algo inquietante para los hombres españoles: “España es el segundo país detrás de Australia con el mayor número de mujeres inscritas”. Hay más. Un estudio realizado por el Journal of Sexual Medicine con 1.500 mujeres de entre 18 y 45 años da como resultado que el 53% son adictas al vibrador. Ellas alegan que este aparatito está muy cerca de ser el amante perfecto porque no falla, no pide, no protesta y siempre está dispuesto. Así estamos. Vamos, que tu pareja te sea infiel es una putada, pero que lo sea con un vibrador, además de putada es recochineo. No, si la tan cacareada infidelidad del macho va a quedar en tortas y pan pintado en comparación con la de la mujer, no solo en la cantidad, sino en las formas.

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Una vez conocidos estos datos, no me vengan más con la cantinela de que los hombres somos más infieles que las mujeres y que lo somos solo por sexo, mientras ellas lo son por otras circunstancias, casi siempre atenuantes. Se van cayendo los mitos, los tópicos y lo típico en esto de la infidelidad. Puede que haya sido así siempre, pero lo cierto es que, a partir de ahora, lo primero que debemos hacer los hombres al ir al baño para afeitarnos es ver que toca afeitar: SI LA BARBA O LOS CUERNOS.