Don Miguel Ángel Barba, Pilar Redondo, doña Isabel Rezmo y amigos asistentes al acto
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Este libro nos muestra la dura realidad anclada al mes de enero. Es un útero que dispara a quemarropa y se refugia tras el espejo en el que se refleja su alma deshojada, el dolor lactante y el ahora hambriento de esperanza, donde intenta hallar la redención en las heridas que quedan por restañar.
Hablo de «Enero» el séptimo poemario de la Ubetense Isabel Rezmo, está publicado en la editorial madrileña: Nuevos Ekkos, es el número 16 de la colección: La palabra inquieta.
Va precedido de un magnífico prólogo de Rocío Biedma, que con gran profesionalidad y precisión milimétrica disecciona cada fonema realizando un profundo análisis.
El acto estuvo presentado por José Antonio Fernández y Pilar Redondo y Pilar Redondo, en Córdoba, en la Biblioteca Viva de Al-Ándalus.
Este enero es una constante evocación a su madre, ya que la columna vertebral del mismo es la muerte de su progenitora, acontecida en 2021.
Cada página tiene su propio latido. Son fotocopias de la orfandad de sus cicatrices irreversibles y del canto de los cipreses que rescatan a la ausencia sepultada bajo las ruinas del presente.
* Del poema titulado: Mujer: «No existir ningún 8 de marzo, que pueda reivindicar tu corazón, tu fuerza, tu lucha, tu leche materna diluida en el sacrificio, en el óbito. El feminismo no existe: Existes tú como mujer.»
A pesar de la dureza de los textos, Isabel los envuelve en la belleza del lirismo y nos los ofrece como regalo a nosotros, sus lectores. Pone de manifiesto la aceptación del duelo que desembarca en el borde de las lágrimas y en la comisura del ayer.
Versos que son oleaje que llevan y traen a la soledad incurable abierta en canal y al sonoro eco de las campanas que doblan a funeral.
Candentes reflexiones que nos muestran el deshielo del dolor inabarcable y del silencio que verbaliza su impotencia.
* Del poema: No querías dormir sola: Para que los fantasmas no te llevaran./ Pasó el trópico y el equinoccio./ Llegó enero./ El calendario puede ser tétrico,/ la diana con todos sus dardos ensangrentados y directos.»
Pilar Redondo, Isabel Rezmo y José Antonio Fernández en la presentación
Palabras de las que brotan los jazmines enlutados que devoran al olvido incunable que se viste de domingo, y la vulnerabilidad que se presenta ilimitada.
Esta es una de esas lecturas de las que no se sale indemne, ha marcado un antes y un después en su autora y lo marcará en los lectores.
Letras que sucumben e interrogan a la inaccesible pureza del vacío que deja la pérdida que intenta sanar el espíritu.
Isabel utiliza un lenguaje luminoso, fecundo, a través del cual va reinventando su mundo.
Poemas que acogen un poderoso diálogo entre la soledad y la muerte, que se adentran en un universo lleno de poesía, de dolor, de vacío. Vertiginosa apertura donde conviven presente y pasado, que la encadenan al tiempo fuera del tiempo, donde se conserva lo más puro de la esencia del ser humano, ¡imposible huir de sí misma!
Verdad y crudeza se imbrican en un doloroso viaje a través de la oscuridad, de la linde donde nace la poesía, atravesada por fronteras que se unen para situarse en el eco del vacío, para saldar una deuda, desnudar la noche, vaciar el cielo…
El desgarro se disfraza para albergar sus escritos que recogen un equilibrio sobre el diluvio macerado en futuro. Arropado por un retrato psicológico de su propio estado emocional, surgido de las entrañas de dos mundos en un sólo corazón. Es un libro de testimonio en primera persona. La pérdida acunada en sus manos hace balance de un naufragio que la detienen en el pasado. Escribe desde la escisión irreversible…
Con esta obra literaria Isabel se incorpora a la vida , campo en el que se libran todas las batallas, descompone el nido, e intenta hacer las paces con el recuerdo.
* Del poema: Suma tres en una lápida: Mi historia suma tres en una lápida,/ se resienta de moho,/ donde la fosa guarda/ el sentido/ el sentido de toda una vida./ La percepción de una lágrima./ El silencio de todas las velas./ Sumamos lápidas: hipotecas eternas./ Sumamos un tres o un cuatro,/ sumamos las llagas de Cristo./ Sumamos olvido.»
Autor
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Escribe en varios periódicos, entre ellos: "ÑTV", "El Cierre Digital", y revistas, algunas: "La Casa", "Sueños de papel", "Azahar".
Desde hace 23 años es miembro de la Asociación Literaria Hasday, aunque colabora con cuantos colectivos culturales se lo solicitan. Fundadora del primer club de lectura de la Biblioteca Provincial de Córdoba.
Junto a Francisco Muñoz coordina las rutas culturales: "Los Grandes de Córdoba" y "La Batalla de Munda".
Ha trabajado en dos programas de Canal Sur Televisión: "El público lee" y "Pido la palabra". Organiza actos culturales en colegios, instituciones, etc.
Es autora de dos libros de relatos: "Relatos atormentados" y "Relatos de humor", (incluidos en la Colección Guadalquivir).
Tres poemarios: "Mortalmente eterna", "Quejíos del alma", "La piel del alma".
Doce cuentos infantiles, pertenecientes a la Colección Albolafia y cuyo emblema es la rana Clotilde.
Junto a otras nueve escritoras es productora de un disco de poemas musicalizados, titulado: "Poetizando, mujeres con voz y verso". Es en apoyo a las víctimas de la violencia de género y cualquier tipo de violencia en general.
Ha publicado dos libros de artículos periodísticos: "El pacto de las libélulas" y "Los labios de las amapolas".
Junto a don Julio Merino ha escrito las siguientes novelas: "Vitoria Colonna, el gran amor del Gran Capitán". "Las marionetas de Cuspis". "La princesa del jazmín", "la boda cautiva", "Leila de Granada", (Pertenecientes a la trilogía de La Reconquista).
"Cuando los dioses se hacen humanos", "Penélope la Reina tejedora". "Betsabé y el Rey David", "Pelayo el Astur", (forman parte de la serie de los dioses).
Es fundadora de dos clubs de lectura en la Biblioteca Provincial de Córdoba. En uno llevan una andadura de casi dos décadas, y en el segundo, es de reciente creación, de este 2023.
