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Hablaba en mi artículo anterior de la persecución religiosa en 1936. Podríamos haber pensado que con la libertad de pensamiento de la que presumimos, habríamos terminado con este problema, al menos  en nuestra querida España pero no, el problema está en que el enemigo no descansa porque no cree en la libertad.

Habría que esperar 50 años, desde el final de la guerra civil, para la nueva persecución religiosa en San Lorenzo de El Escorial y es una persecución religiosa que no ha terminado, que los católicos ven, leen, sienten, porque en los tiempos actuales los medios de comunicación no sólo la hacen notar, si no que forman parte de esa persecución, diferente a las anteriores, pero que la hace mucho más difícil de comprender, más cercana a los perseguidos, más continua, más conocida y sobretodo más cruel.

La zona más al norte del término municipal, era conocida ya en época de Enrique IV Trastámara como el Valle de Cuelgamoros, ahora conocido como Valle de Cuelgamuros.

Tras la Guerra civil, después de la compra por parte del Estado de esta finca, se comienza a construir en ella un monumento  a los Caídos en la misma, erigiéndose una Cruz de 150 m y una Basílica Católica, donde se reza por el eterno descanso de los más de 33.000 muertos de la Guerra Civil. Junto a ella se crea una Abadía que desde el 17 de Julio de 1958 es ocupada por 20 monjes Benedictinos, originarios de la Abadía de Silos.

El 23 de Agosto de 1957 se publica un decreto-ley por el que se crea la Fundación de la Santa Cruz del Valle de los Caídos. El Papa Pio XII, el 27 de Mayo de 1958, a través de un breve Pontificio, “Stat Crux”, dispone la creación de una abadía en el Monasterio citado.

El grupo actual de monjes es de 23, su primer abad fue el erudito medievalista Fray Justo Pérez de Urbel, que siguen la Regla de San Benito, una de las reglas que han marcado la historia de Europa.

La existencia de una Escolanía, de las más prestigiosas de España y con gran reconocimiento internacional por el cultivo del Canto Gregoriano, una magnífica biblioteca con más de 30.000 volúmenes, especializada en Ciencias sociales ( doctrina social de la Iglesia ), la han convertido en una abadía de referencia. En 1958 también se creó un Centro de Estudios Sociales para la difusión de esa Doctrina Social que extendió su magisterio entre 1958 y 1982.

Pero en 1982 el PSOE ganó las elecciones y con él volvieron los viejos fantasmas del pasado. Ese mismo año el Centro de Estudios Sociales dejó de funcionar regularmente y el abandono de las instalaciones y del mantenimiento en general se fue extendiendo, haciéndose muy palpable su abandono.

Con la llegada de un nuevo Gobierno socialista se recrudece la persecución religiosa y el 10 de Diciembre de 2007, el Presidente Rodriguez Zapatero aprueba la Ley de Memoria Histórica que comienza el ataque jurídico, tanto contra el monumento situado en el término municipal de San Lorenzo, como contra los vecinos benedictinos y el resto de los católicos.  Su art. 16  se dedica exclusivamente al Valle de los Caídos, cambiando su normativa y regulando su actividad. Esto marcará un hito de actuación anti-Valle de los Caídos, la línea a seguir de los partidos de izquierda y sus medios de comunicación, abriendo una línea de hostilidades contra el mismo y el comienzo del intento de destrucción de la Cruz, como símbolo de paz y cristianismo,  persiguiendo la expulsión de la Orden Benedictina de San Lorenzo de El Escorial.

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Momentos muy difíciles, por el cierre del mismo y el comienzo de una lucha heroica de los monjes contra esta línea del gobierno, que tuvieron que enfrentarse prácticamente en solitario contra todos, incluida la jerarquía eclesiástica.

Con el cierre del Valle, el sentimiento de persecución aumentó. Los monjes decidieron que la parte activa de Fe y oración que habían tenido en los últimos 50 años, ante la acción del gobierno socialista, de los medios de comunicación fieles al mismo y el abandono de la Jerarquía Católica, les lleva a celebrar misas en el exterior del recinto, teniendo gran repercusión mediática, acción que vino a exponer el tema al pueblo y que permitió reiniciar el culto católico en el interior del recinto.

Con ello se inició una fuerte lucha legal que dura hasta el presente. En ella se enfrentan desde problemas Jurídico-económicos (incumplimiento de contrato), hasta una pelea ideológica marcada por lo que ha sido desde sus orígenes la lucha entre el ateísmo ideológico del Marxismo y el catolicismo originario de la Orden Benedictina. Una lucha desigual entre los Gobiernos social-comunistas y los Benedictinos con sus escasos apoyos.

En San Lorenzo de El Escorial  siempre había existido un punto de lejanía entre la población del municipio y los vecinos de este Valle cercano. Los intereses y servicios municipales no han salido de lo imprescindible, aguas, basuras, alcantarillado, licencias, impuestos y pocos intereses más. No obstante ha habido un acercamiento en los últimos años que está poniendo el Valle de los Caídos en el mapa municipal.

Los Ayuntamientos de la Derecha con Fernández-Quejo (PP) como alcalde durante 20 años desatendió los problemas que comenzaron a surgir con la llegada de los socialistas al Gobierno de la Nación, con descuido de los intereses municipales en el Valle de los Caídos (B.I.C) en los momentos en que estaba en sus manos el haber llevado a buen término estas demandas, cuasi históricas.

La llegada de la Izquierda al Ayuntamiento, con Blanca Juárez, hizo pasar al mismo, de la indiferencia de la derecha, al abandono absoluto de la izquierda, que pasó a cooperar con el gobierno social-comunista de Pedro Sánchez (Ex alumno del Real Colegio Universitario María Cristina), renunciando a los derechos y acciones municipales que la normativa le atribuye, con lo que el abandono de los Benedictinos alcanzó casi el nivel sufrido por  los Agustinos en la Guerra Civil, hasta el momento de su expulsión, que es el deseo manifestado por ministros del Gobierno actual.

El 27 de Mayo de 2011 el gobierno acuerda la creación de una comisión de expertos para estudiar el futuro del Valle de los Caídos, en la que nunca se hizo hueco a los intereses municipales y menos aún los intereses religiosos de este centro católico.

Continuando con el acoso socialista, se aprueba un Real Decreto modificando la Ley de Memoria Histórica, convalidado por el Congreso de los Diputados el 13 de Septiembre de 2018.

La modificación da una nueva vuelta de tuerca al tema, afectando a San Lorenzo de El Escorial, de nuevo en el Valle de los Caídos. En ella de una manera muy directa se afectó la normativa municipal y comunitaria en el tema de “cementerios”, conculcando, por razones políticas, principios regulatorios y religiosos, con una dejación por parte del Ayuntamiento de San Lorenzo,  gobernado en ese momento por la izquierda y entorpeciendo tratar el tema en sus plenos. (Alcaldesa Blanca Juárez)

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La anuencia de la política antirreligiosa se va reflejando poco a poco, como una continuidad de lo ocurrido en la España de los años 30.

El carácter antirreligioso, en este momento no tiene un componente económico primigenio como en la época de la desamortización, si no un suma y sigue del anticlericalismo revolucionario de principios del siglo XX.

El Gobierno habla sin tapujos  de la expulsión de la Orden Benedictina del Valle de los Caídos y por tanto de San Lorenzo de El Escorial.

El Consejo de Ministros aprobó el anteproyecto de ley de Memoria Democrática el 15 de Septiembre de 2020, un nuevo ataque a San Lorenzo de El Escorial, a fecha de hoy, 9 de Octubre de 2020, el Ayuntamiento del Municipio ni siquiera ha hablado del tema. Hoy nos gobierna la derecha, Carlota López (PP) que parece seguir la línea de sus antecesores, no intervenir en defensa de los vecinos atacados por la corriente de anticlericalismo que nos gobierna.

El nuevo proyecto redunda en la política de los gobiernos de izquierda socialistas. Continúan olvidándose de los derechos municipales, de la autonomía municipal y de la libertad religiosa. Esperamos que no se alcancen los hechos ocurridos en 1936, pero San Lorenzo de El Escorial sigue en el punto de mira del anticlericalismo y ahora son los Benedictinos los que sufren las iras del mismo.

Es sintomático que el Valle de los Caídos comience a aparecer, no sólo como noticia de su abandono, deseo de destrucción o cambio de estructuras que lo lleven a su fin. Ningún partido político habla del mismo, en defensa de lo que indica su carta de fundación, de “reconciliación bajo el signo de la Cruz” si no que todo el mundo calla, es “el silencio de los corderos” del Profesor Rainer Mausfeld , camino de su final ya marcado y lo atacan encarnizadamente los medios de comunicación. Y digo marcado porque hay quien ya lo da por hecho, desde Dan Brown en Origen o en la más reciente serie La valla, donde se nos muestran piedras de sus restos guardadas como reliquias de su destrucción, como desiderata de un gobierno comunista.

Esto es lo que refleja el exterior, la persecución es más profunda, es una idea que pretende socavar la Fe y todos los principios que han venido a formar la idiosincrasia que hizo surgir la Europa en la que vivimos y que sin el Cristianismo no sería la que es hoy. España, Europa y el Cristianismo son un todo que no existiría el uno sin los otros.