20/05/2024 00:59
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La verdad está tan destrozada que apenas puede identificarse. Los «progresistas» que progresan económicamente mientras nosotros nos empobrecemos, ya nos acostumbraron a no distinguir la verdad de la mentira. Se inicia su tibio camino desde la formación de VOX, en pos de la verdad, y costará lo impredecible el verla a la luz y hacerla prevalecer. Vivimos un estado excepcional, casi sin justicia. La mentira la sufrimos todos menos los cuatro gerifaltes principales que la crean y la consienten. Que nos hayan destrozado la economía y la moral a cada cual, eso es verdad y la sufrimos la mayoría. Terminaremos pasando en esta preguerra, más hambre que en la posguerra del 3639. El latrocinio a que nos someten las castas políticas, para sustraer lo que no les pertenece, y que nos roban a mano armada, no lo sufrirán los franceses ni el Marruecos que nos invade, si no, nosotros, los españoles. Eso sí que es verdad. Que se haga una parada militar como corresponde en el paseo de la Castellana el día de la Hispanidad, hoy eso es mentira para todos. Ni los propios soldados se pueden creer el papel mojado que representan. Todo es movedizo, nada firme, una película de ficción que pagarán los más inocentes. En consecuencia nada es verdad de lo representado, porque nadie se lo cree, todo es surrealista, una ironía, una falsedad y una mentira. Ver al pistolero de la Moncloa como pollo sin cabeza buscar un hueco donde camuflarse y pasar desapercibido del abucheo del pueblo, ya lo dice todo. Él es el principal responsable hasta de la debilidad del Rey de no saber pararle los pies y dejarle salir siempre con la suya. De firmar los indultos y lo que le ponga. Al rey lo utilizará mientras le convenga y cuando llegue el momento que busca lo liquidará. Todo es una columna de humo tóxico y narcotizante, para tapar los verdaderos problemas que el gobierno no solo no arregla sino que fomenta. Y para que mediante el narcótico sigamos dormidos, sin despertar y ver la realidad que envuelve falsamente todo lo que los «progresistas», principalmente, han creado. Todo está detrás del paripé de lo que se ve y que trajo la izquierda a España: odio, división y mierda. Y su diabólica hoja de ruta no se detiene, porque sigue cogiendo fuerza. Despedazando, hundiendo y arruinado nuestra tierra.

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Lo único que fue verdad en la parada militar es el Rolls Royce en el vino y se fue el rey. Si lo sabe la inculta izquierda de donde procede, acabará de identificarlo con el jefe de Estado del bienestar y progreso que ahora liquidan y que no se puede ni nombrar, para no molestarles. ¡Ah!… ¿Si? pues, ¡Viva Franco! ¡Pedazo de perversos imbéciles! La pena es que no haya nadie así que os dé lo vuestro que pedís a gritos. La medicina contra vuestro mal que es esa endemoniada locura. Que os meta en vereda como animales rebeldes.

Algún espía enemigo leerá esto y así se entera de lo que vale un peine. Por si no lo sabía. Con este ganado no se puede tratar ni andar con medias tintas, arrastrándose como ellos igual que las serpientes,  buscando los intersticios del terreno para camuflarse y pasar desapercibido como andaba por la Castellana Pedro Sánchez, el pistolero, según Arturo Pérez Reverte. No sabía dónde meterse porque su cobardía es tan grande como su maldad. Pedro Sánchez es más malo que un dolor de muelas que nunca se quita como el que arrastro todo el verano, por su culpa.

La falsa utopía de izquierdas sigue haciendo el daño de siempre, porque hay tantos tontos como malos para alimentarla. ¿Cómo se puede tener un elemento así de presidente? Y vendrá pronto exigiendo respeto. Se le devolverá el mismo que él prodiga a los demás. Debía de haberse dejado acompañar por la pistolera, la mema, médica y madre que así se nombra y que no puede ser más mema. Andaba escupiendo y eructando contra la Hispanidad su veneno de volcán.

Si miramos para quien nos dejó todo esto, nos encontramos al que dijo… «Aguantar el coñazo del desfile». El amigo Rajoy. Esto también lo dice todo y es el origen de la mierda y decadencia que nos trajo la maldita izquierda. El progresismo niega el mal hasta que se lo atribuye a alguien. A los que se lo denuncian. Entonces ellos son los que traen la crispación y el mal, son los malos, según la izquierda. Su utopía conduce a lo peor, y si no es a otra guerra civil, ya no se sabe, porque todo lo que sale de su boca es mentira, manipulación y delito. O sea, veneno con olor a azufre e infernal.

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Me gusta el desfile que veo con tremenda pena. Todo lo de la izquierda conduce y acaba en lo peor imaginable. Al que no matan de hambre lo matarán de algo peor. Parece como si estuviéramos esperando a que vengan por nosotros para llevarnos a las checas y de allí a Paracuellos. Estas cosas así son las que tienen en su mente enferma de odio. Lo malo es que nada de eso prevenimos y cuando acordemos ya será tarde. No es lo peor que los malos hagan su trabajo, si no que los buenos no hagan nada por evitarlo. Al ejército no lo quieren hasta que puedan utilizarlo; hasta que lo compren y asesine al pueblo por su orden sin ningún pudor. Tenemos el mejor espejo en los países comunistas de Cuba y Venezuela. Esa es la mejor prueba de la trampa y caeremos en ella, cuando ya nada podamos hacer por evitarla. En este estado de cosas, no podremos creer que una manifestación castrense de este tipo sea verdad como en los viejos tiempos más dignos, porque los que la mandan y mandan España están vendidos al diablo y su mentira. Y ahí están los resultados. Nada bueno se puede creer bajo este gobierno de coalición entre los malos y los peores.